La pizza, ?Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?
Italia presenta ante la Unesco la candidatura de uno de sus productos gastron¨®micos m¨¢s c¨¦lebres
El voto a favor ha sido un¨¢nime. Una rareza absoluta en el pa¨ªs del transformismo y la ingobernabilidad. Todos los miembros de la comisi¨®n nacional italiana para la Unesco estaban de acuerdo. Y, con ellos, el casi mill¨®n de firmantes de una petici¨®n online. O los Ministerios de Agricultura (el autor de la propuesta) y de Exteriores, Universidad, Medioambiente y Econom¨ªa, volcados en apoyar la batalla. Una uni¨®n ins¨®lita, que el belpaese apenas experimenta cada cuatro a?os, por el Mundial de f¨²tbol. Al fin y al cabo, se trata de encumbrar a una de las marcas m¨¢s c¨¦lebres de la casa: Italia decidi¨® el pasado viernes pedir a la Unesco que nombre la pizza ¨Cen concreto, ¡°el arte tradicional de los pizzaioli napolitanos¡±- Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
La candidatura oficial llegar¨¢ ante el organismo en los pr¨®ximos d¨ªas, aunque para la respuesta habr¨¢ que esperar 2017. Mientras tanto, el pa¨ªs se ha volcado en celebrar todos los ingredientes de su plato m¨¢s famoso y amado junto con la pasta: los gastron¨®micos, pero tambi¨¦n los econ¨®micos y sociales. Por ejemplo, los 100.000 trabajadores y 10.000 millones de euros que vale el sector, seg¨²n Roberto Moncalvo, presidente de Coldiretti, la principal asociaci¨®n nacional de asistencia a la agricultura. "La pizza representa a Italia en todo el mundo¡±, ha resumido el ministro de Agricultura, Maurizio Martina. De hecho, la recogida de firmas en la Red ha recibido apoyos mucho m¨¢s all¨¢ de las fronteras italianas, de Jap¨®n a Argentina.
La pizza aspira as¨ª a reforzar la presencia italiana en las listas de la Unesco: ya es el pa¨ªs con el mayor n¨²mero de sitios considerados por el organismo como Patrimonio Material de la Humanidad, con 50 lugares y monumentos. En el documento elaborado por la comisi¨®n, se atribuye al plato un valor que trasciende de lejos su sabor, debido a su ¡°funci¨®n de rescate social, como elemento de identidad de un pueblo, no solo de los napolitanos, sino de toda Italia¡±, tal y como destacan varios medios locales. Los mismos peri¨®dicos adelantan tambi¨¦n una tramitaci¨®n larga y compleja, ¡°especialmente porque hasta ahora la Unesco nunca ha registrado una tradici¨®n relacionada con una producci¨®n alimentaria¡±, seg¨²n el responsable legal de la candidatura, Pierluigi Petrillo.
Bajo el paraguas del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, la Unesco protege aquellas pr¨¢cticas culturales y tradiciones que ¡°ayudan a demostrar la diversidad del patrimonio [cultural] y aumentan la conciencia de su importancia¡±. En el caso de Espa?a, por ejemplo, la lista incluye el flamenco o la fiesta de la Mare de D¨¦u de la Salut de Algemes¨ª. E Italia ya cuenta con la opera dei pupi (un teatro de marionetas de Sicilia), el canto a tenore de los pastores de Cerde?a o la pr¨¢ctica tradicional del cultivo de la vi?a en vaso (vite ad alberello) de la comunidad de Pantelleria.
Al parecer, hace un a?o la misma comisi¨®n ya quiso encumbrar la pizza, pero la propuesta nunca lleg¨® ante la Unesco ¡°por razones t¨¦cnicas¡±, asegura el diario napolitano Il Mattino: para evitar que las peticiones se acumulen ante el organismo, solo se analizan unas 50 al a?o. As¨ª que ahora la candidatura ya estaba lista para salir del horno, y tuvo incluso que acelerarse: la comisi¨®n descubri¨® que Estados Unidos quer¨ªa pedir a la Unesco el reconocimiento de la ¡°pizza New York Style¡±.
Un bofet¨®n que el orgullo nacional no hubiese podido tolerar. Bastante tiene Italia con otra noticia sobre la pizza que ha sido muy comentada estos d¨ªas. El IX campeonato internacional del Pizzaiuolo Napoli-Trofeo Caputo, que escog¨ªa al mejor maestro pizzero de entre 150 candidatos de todo el mundo, ya anunci¨® su ganador. Tiene 33 a?os y un apodo que enga?a: por mucho que le llamen "Pasquale", de napolitano no tiene nada. Su nombre es Akinari Makishima y es japon¨¦s. Definitivamente, la pizza es Patrimonio de la Humanidad.
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