Vanesa en verso
La cantante Vanesa Mart¨ªn presenta 'Mujer oc¨¦ano', su primer libro de poes¨ªa, arropada por sus amigos Inma Cuesta, ?lex Garc¨ªa y Silvia Abascal
Desnuda, sin el abrigo del p¨²blico ni las luces ni los amplificadores de los conciertos. A capela, sin m¨¢s m¨²sica que la m¨¦trica de las estrofas y la cadencia de las s¨ªlabas t¨®nicas y ¨¢tonas. As¨ª, a cuerpo limpio, sin su sempiterna guitarra por escudo, ha presentado Vanesa Mart¨ªn el volumen Mujer Oc¨¦ano (Planeta), su primer libro de poemas. Palabras peladas, a veces l¨ªricas, a veces ¨¦picas, que retratan a una generaci¨®n de mujeres fuertes, libres y comprometidas que quieren ser due?as de sus vidas de piel para fuera por muy perdidas que se sientan por dentro.
¡°Estar¨¢s por ah¨ª, en alg¨²n lugar/ comiendo y ri¨¦ndote con gentes,/ como yo,/ que tambi¨¦n hago lo prudente, /teji¨¦ndome otras manos, /dej¨¢ndome sin freno, /fingiendo que te olvido. Como en este poema aut¨®grafo, parece Vanessa Mart¨ªn (M¨¢laga, 1985) una mujer resuelta, moderna, autosuficiente. O al menos, quiere parecerlo. Se nota que est¨¢ acostumbrada a llenar auditorios pero puede que no tanto a que se la escuche en silencio sin necesidad de levantar la voz y cantarle nada a nadie. Quiz¨¢ por eso, la chica amable, profesional y eficiente que debutaba como poeta con libro de tapa dura exhib¨ªa tambi¨¦n cierto exceso de seguridad en s¨ª misma que ocultaba probablemente cierto pudor a parecer demasiado hipersensible y vulnerable .
Por eso tambi¨¦n, quiz¨¢, quiso Mart¨ªn rodearse de amigos ¨ªntimos -los actores Inma Cuesta, ?lex Garc¨ªa y Silvia Abascal- y que fueran ellos quienes le prestaran sus voces para exponer sus versos m¨¢s descarnados y carnales al p¨²blico. La complicidad era absoluta, hasta el punto que Cuesta y Garc¨ªa no pod¨ªan evitar apostillar a la autora si cre¨ªan que necesitaba un capote. Cont¨® Mart¨ªn que la oferta de la editorial le vino grande en principio, pero que se fue encelando en el proceso y no descarta convertir en canciones algunos de los poemas del ¡°viaje emocional¡± que ha supuesto para ella sumergirse en el oc¨¦ano del t¨ªtulo .
Los editores, ufan¨ªsimos, anunciaban que el libro ya se ha reeditado a base de las reservas de los libreros antes de salir a la venta. Hablaban del auge de los nuevos juglares urbanos. Un mercado lo suficientemente atractivo para que un gigante como Planeta haya decidido editar poes¨ªa, dos conceptos que hasta hace nada parec¨ªan no poder ir juntos en la misma frase. Pero las cifras cantan. Llevan m¨¢s de 50.000 ejemplares vendidos de Todos mis futuros son contigo, de Marwan, otro cantante y poeta de grandes minor¨ªas gracias a su dominio de las redes sociales capaz de enganchar a la lectura a los m¨¢s j¨®venes. Ayer, una peque?a multitud de adolescentes guardaban cola en los grandes almacenes donde firmaba Vanesa Mart¨ªn horas m¨¢s tarde. ¡°No deja de sorprenderme que en los conciertos se me acerquen ni?os y ni?as de 14 o 15 a?os, cuando mis canciones son mucho m¨¢s adultas. Pero creo que ellos captan la emoci¨®n, el mensaje, se sienten protagonistas, y en nuestra mano est¨¢ ofrecerles lecturas que puedan sentir y que les haga pensar¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.