La sequ¨ªa saca a la luz un antiguo templo sumergido en M¨¦xico

Cuando el templo emerge, en Jalapa del Marqu¨¦s ya saben que vienen malos tiempos. La construcci¨®n dominica, del siglo XVI, s¨®lo reaparece en a?os de sequ¨ªa. Lo que en este poblado de Oaxaca, en el sur profundo de M¨¦xico, siempre supone menos pesca y menos cosechas. Es decir, m¨¢s penuria. El templo, un bell¨ªsimo conjunto de iglesia, convento y campanario, ha vuelto a la luz estos d¨ªas debido al descenso del nivel de agua de la presa de Benito Ju¨¢rez, ubicada en la uni¨®n de los cauces del Tehuantepec y el Tequisistl¨¢n.

El embalse, con capacidad para 947 hect¨®metros, aneg¨® en 1962 la poblaci¨®n de Jalapa Viejo, donde se ubicaba el templo. Desde entonces, la edificaci¨®n ha emergido tres veces, siempre coincidiendo con periodos de sequedad extrema. La ¨²ltima vez fue en 2006.

La presa est¨¢ ahora al 40% de su capacidad. Su agotamiento ha encendido las alarmas de los 247 municipios del istmo de Tehuantepec. Y tambi¨¦n del millar de pescadores que viven de sus aguas, abundantes en mojarras, y que para salir adelante han empezado a usar sus lanchas para llevar turistas hasta el reci¨¦n emergido templo.

Xalapa fue un punto nodal de la historia del sur de M¨¦xico. Tomada a sangre y fuego por Pedro de Alvarado en su camino hacia Guatemala, el propio Hern¨¢n Cort¨¦s la incluy¨® como parte de los 15 pueblos que en 1526 pidi¨® al emperador que se le entregasen como encomienda. Densamente poblada y rica por sus cultivos de ma¨ªz, la zona atrajo el inter¨¦s de los dominicos, que la eligieron como uno de los principales centros evangelizadores de Oaxaca. Fruto de esta actividad religiosa fue la construcci¨®n del templo. Una enorme edificaci¨®n en ladrillo y piedra que centr¨® la vida del lugar y que durante casi tres siglos mantuvo una intensa actividad hasta que, tras su desamortizaci¨®n en 1859, pas¨® a manos del Gobierno. Desde entonces fue languideciendo. La poblaci¨®n se redujo y finalmente la construcci¨®n, junto al pueblo, donde habitaban apenas 350 familias, fue sepultada bajo las aguas como parte de las grandes obras hidr¨¢ulicas llevadas a cabo en el mandato de Adolfo L¨®pez Mateos. Su prolongada inmersi¨®n ha da?ado sus c¨²pulas, la cruz y el campanario, pero la nobleza de sus estructuras a¨²n asombra al visitante.

Este no es el primer templo que queda al descubierto por la sequ¨ªa. En octubre el templo de Quechula, erigido en el siglo XVI tambi¨¦n por monjes dominicos, emergi¨® en la presa de Malpaso, en Chiapas.