¡°Me da miedo que no nos curemos de los fanatismos¡±
Catal¨¢n de Sevilla. Lorca y Morente son sus maestros. El grito del cante le viene de Andaluc¨ªa. Su ambici¨®n es el mundo, la m¨²sica es su terapia.
Interpreta a Lorca, su tristeza. ?Qu¨¦ le produce tristeza a usted? Lo que pasa en el mundo los atentados por fanatismo, la muerte me produce tristeza.
?Y de la vida cotidiana? La deshumanizaci¨®n en el trato. Me produce pena la envidia, palpable y mucho en este pa¨ªs, y la traici¨®n, no saber qui¨¦n tienes al lado. Me gusta aprender, necesito estar en contacto con la vida, para poderla expresar. Si todo a mi alrededor es mentira, poco alimento puedo tener. ?Ahora me nutro de la verdad m¨¢s absoluta, mi hijo de diez meses!
?Por qu¨¦ su encuentro con Lorca fue m¨¢s especial que otros? Fue el primer poeta que cant¨¦, por un encargo de la universidad de Bolonia, que dirig¨ªa entonces Umberto Eco. Llevaba cinco a?os como profesional. Me pasaron las canciones populares de Federico y luego indagu¨¦ en su obra, en su persona, en su v¨ªnculo tan potente con el flamenco. Organiz¨® el primer concurso de cante flamenco en Granada, en 1922. Y siempre ha sido mi poeta predilecto.
La envidia le produce pena. La muerte de Lorca fue precedida de la envidia, que produce odio. Esa fue una de las cuestiones; hubo otras: sus ideales, su condici¨®n sexual y, por supuesto, la envidia, porque era un hombre que ten¨ªa mucho poder. Hasta d¨®nde llega el ser humano que eso le cost¨® la vida. Y es incomprensible que cosas as¨ª sigan ocurriendo.
No nos vamos curando. No, creo que no. A mi me da miedo de que no nos curemos de los fanatismos, y que a quienes les corresponde remediarlos, los pol¨ªticos, no tengan conciencia de la que la mejor manera no es bombardear, ni atacar. Hay otras formas de combatir el terrorismo y la guerra.
En Espa?a no hay bombas como hubo en el 36, pero hay otros hechos. ?C¨®mo ve este momento? Con una gran duda. Me parece que se puede producir un cambio, necesario, pero no se sabe por d¨®nde nos va a llevar; estamos con ganas de conocer nuestro futuro.
El cante parece reproducir una herida. ?C¨®mo lo ha hecho el cante? Me ha servido de terapia; ha sido mi mayor psiquiatra y psic¨®logo. He tenido muchas etapas de conflictos interiores duros; como soy muy pasional he sufrido mucho, y la m¨²sica, el cante, me ha ayudado a canalizar todos esos sentimientos. Tambi¨¦n a estar alerta a otras culturas, a sacar fuera lo que me ha preocupado o me ha dolido.
?Cu¨¢les son las cosas que m¨¢s lo han herido? Las del amor y el desamor, ?como a todo el mundo! He sido bastante enamoradizo, he amado con todo, y cuando amas sin freno, sin paraca¨ªdas, sin salvavidas.
Tiene una relaci¨®n muy potente con su familia. Sobre todo con mis dos hermanos; somos una pi?a, una misma persona; ?somos Acuario! Los tres tenemos la misma sensibilidad de mi padre y el car¨¢cter de mi madre. Ya tenemos nuestros propios hijos. ?Es m¨¢gico! Adem¨¢s, al faltarnos mi padre el v¨ªnculo se ha hecho a¨²n m¨¢s fuerte.
?Ya es usted el padre que tuvo? ?Ojal¨¢! Ese es mi referente, mi dios, mi maestro. El hombre menos ego¨ªsta que conoc¨ª en mi vida. Me gustar¨ªa ser como ¨¦l. ?En esa tarea estoy!
?Y en el arte qui¨¦n es su padre? Enrique Morente. Un s¨ªmbolo de libertad. Camar¨®n, Paco de Luc¨ªa. Esos artistas que han roto barreras, tirado muros, y han hecho el camino m¨¢s libre.
?Por qu¨¦ ese cante se traduce en llanto en gente tan joven y alegre, como usted, como Lorca? Hay mucho dolor, el pueblo andaluz no lo tuvo f¨¢cil. El pueblo gitano tampoco; es un pueblo que llora, que grita ante las injusticias. Andaluc¨ªa es como muchos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica: pasan enormes penurias, y a la vez tienen una alegr¨ªa innata que les permite superarse.
Dec¨ªa Hemingway sobre una mujer: ¡°Conoci¨® la tristeza y el dolor pero nunca estuvo triste una ma?ana¡±. ?Claro, eso es! As¨ª es el pueblo andaluz tambi¨¦n.
Usted es una combinaci¨®n: Catalu?a, donde naci¨®, Andaluc¨ªa, de donde viene. Un 50-50, s¨ª. ?Y no porque quiera quedar bien con los dos! Intento conocer la cultura donde me ha tocado nacer, aunque mis padres eran de fuera. Aprendo much¨ªsimo de Catalu?a, pero la m¨²sica flamenca y lo andaluz tambi¨¦n me pueden much¨ªsimo.
?Qu¨¦ ha producido en usted esa mezcla? Lo que soy, un t¨ªo libre, un t¨ªo que no tiene problemas de identidad. Soy del mundo entero. Amo Andaluc¨ªa y amo Catalu?a. ?Y soy feliz cuando estoy en Buenos Aires, en Nueva York, en La Habana¡.! Como Lorca, claro. O cuando voy a M¨¦xico o a cualquier otro lugar. ?Absorbo la vida, los paisajes! ??C¨®mo voy a hacerme una identidad cerrada?!
Dice usted que cuando va a Sevilla abraza los ¨¢rboles bajo el Puente de Triana, como si abrazara a su padre. ?Ya se abrazar¨ªa a s¨ª mismo tambi¨¦n? Voy a esperar unos a?os y que lo diga mi hijo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.