Ungaretti, la vida en verso
Una nueva edici¨®n re¨²ne en un ¨²nico volumen toda la obra del poeta italiano y dibuja un itinerario humano y art¨ªstico solitario en una excelente traducci¨®n
Varios de los poetas mayores del siglo XX ¡°atacaron¡± el centro desde la periferia: Fernando Pessoa, por ejemplo, desde Lisboa. Ungaretti (nacido, igual que aquel, en 1888), desde el otro extremo, Alejandr¨ªa; la misma ciudad que, 15 a?os antes, hab¨ªa visto nacer al gran Constantino Cavafis. Fueron los tres mayores renovadores de unas tradiciones tan gloriosas como algo alica¨ªdas de modernidad: portuguesa, griega, italiana. Tres lenguas que, gracias a ellos en buena medida, iban a volver a integrarse en el tronco mayor de la l¨ªrica europea del siglo XX. Ungaretti naci¨® en Egipto porque su padre, toscano de Lucca, hab¨ªa ido a trabajar en la construcci¨®n del canal de Suez; de all¨ª pasar¨ªa al bullente Par¨ªs de los a?os previos a la Gran Guerra (se enrolar¨ªa como voluntario), donde conoci¨® a Apollinaire, quien le se?al¨® la v¨ªa para actualizar el legado de los simbolistas franceses, ¨ªdolos de sus a?os de formaci¨®n.
El talento de Ungaretti consisti¨® en no imitar a ninguno de los dos, sino en metabolizarlos en su luminoso estilo fragmentario, que nace ya rotundo en sus primeros op¨²sculos ¡ªuno de ellos, El puerto sepultado, sali¨® en 1923 con pr¨®logo de¡ Benito Mussolini¡ª que luego recoger¨ªa en su primer libro importante, La alegr¨ªa (1931). La esencia musical de la poes¨ªa simbolista y la manifestaci¨®n pict¨®rica de la vanguardia se transforman en el destello de una econom¨ªa extrema de palabras; su famosa ¡®Mattina¡¯ (¡°M¡¯illumino?/ d¡¯inmmenso¡±; ¡°Me ilumino?/ de inmensidad¡±, en la traducci¨®n de Carlos Vitale) es un emblema de esa po¨¦tica. Como se?ala certeramente el brasile?o Haroldo de Campos en un ensayo de los a?os setenta que este volumen rescata, con gran tino, a modo de pr¨®logo (recordando que Ungaretti fue en parte poeta brasile?o: vivi¨® en S?o Paulo en uno de sus periodos de mayor esplendor creativo, entre las d¨¦cadas de 1920 y 1930), el juego de los acentos r¨ªtmicos, el color voc¨¢lico y la breve mancha de tinta resonando contra el blanco del papel establecen una prodigiosa amalgama entre o¨ªdo cl¨¢sico y arte plenamente contempor¨¢neo. No casualmente, Ungaretti uni¨® en un libro sus traducciones de G¨®ngora y de Mallarm¨¦. Lamentablemente, el aspecto gr¨¢fico de la po¨¦tica ungarettiana se pierde en esta edici¨®n, que llena la p¨¢gina con sucesivas composiciones e incluso establece cortes de poema entre una p¨¢gina y otra, suponemos que para componer un libro menos voluminoso.
Sentimiento del tiempo (1933) y El dolor (1947), en los que el verso se vuelve m¨¢s expansivo y el ritmo se suaviza en cadencias menos herm¨¦ticas, son otros de los grandes t¨ªtulos de la obra del poeta de Alejandr¨ªa. Su relaci¨®n de pertenencia y de distancia a la vez respecto de Italia ¡ªa diferencia de poetas tan diversos como Montale, Pavese o Pasolini, que encarnaron, en distintas sensibilidades y facetas, el complejo destino del pa¨ªs¡ª hace que la obra de Ungaretti dibuje un itinerario humano y art¨ªstico solitario y, acaso por eso mismo, m¨¢s universal: de all¨ª el t¨ªtulo elegido para el conjunto de su obra, Vida de un hombre. Buena parte de ella hab¨ªa sido ya traducida al castellano; dos ejemplos excelsos: la versi¨®n de Oreste Fattoni de La alegr¨ªa. La tierra prometida (Buenos Aires, 1974) y la de Tom¨¢s Segovia de Sentimiento del tiempo. La tierra prometida (Barcelona, 2006). El m¨¦rito de la edici¨®n de Igitur consiste en reunir en un ¨²nico volumen toda la obra, en excelente traducci¨®n de Carlos Vitale; agregando los poemas escritos en franc¨¦s (y en versi¨®n de Lentini y Gaviria) de la ¨¦poca parisiense, dedicados a Apollinaire, Cendrars o Breton, y muy interesantes en su encendido esp¨ªritu vanguardista.
Vida de un hombre. Poes¨ªa completa. Giuseppe Ungaretti Traducci¨®n de Carlos Vitale, Rosa Lentini y R. Cano Gaviria Igitur Tarragona, 2015 358 p¨¢ginas 14,50 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.