El humanismo de Pacheco se hace latente en el Bellas Artes de Sevilla
Una muestra recoge 58 obras entre pinturas, dibujos y manuscritos del polifac¨¦tico artista andaluz
La arenilla de las m¨¢rgenes del r¨ªo Guadalquivir daban el tono rojizo a sus obras, las policromaba, las dibujaba antes, escrib¨ªa reflexiones sobre ellas... El artista Francisco Pacheco (Sanl¨²car de Barrameda, 1564 - Sevilla, 1644), conocido tambi¨¦n por ser maestro y suegro de Diego Vel¨¢zquez, fue un hombre humanista, polifac¨¦tico, pintor, editor y escritor. Una referencia para la Sevilla de los siglos XVI y XVII que cuatrocientos a?os despu¨¦s la ciudad recupera con una amplia exposici¨®n de su trayectoria en el Museo de Bellas Artes. La exhibici¨®n, llamada Francisco Pacheco. Te¨®rico, artista y maestro, se compone de 58 obras entre las que se encuentran pinturas, libros, dibujos, manuscritos y esculturas tanto de su autor¨ªa como de Vel¨¢zquez y Alonso Cano.
Un retrato de Pacheco con gola blanca mirando al espectador, pintado por Diego Vel¨¢zquez, abre esta muestra de producci¨®n propia para dar paso en la secci¨®n enmarcada como te¨®rico al Libro de descripci¨®n de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones dibujado y escrito por el autor y considerado "una de las obras m¨¢s hermosas del Siglo de Oro" por la directora del museo, Mar¨ªa del Valme Mu?oz, que ha destacado la creaci¨®n de una aplicaci¨®n digital que simula el paso de las hojas de este libro, perteneciente a la Fundaci¨®n L¨¢zaro Galdiano, y que ha vuelto a Sevilla para esta ocasi¨®n despu¨¦s de m¨¢s de un siglo y medio.?
"Con esta exposici¨®n queremos reivindicar la figura de Pacheco, que trasciende m¨¢s all¨¢ de ser un pintor modesto y suegro de Vel¨¢zquez. Y que en realidad trabaj¨® como bisagra entre los siglos XVI y XVII, que conoci¨® el momento hist¨®rico y art¨ªstico de la ¨¦poca y el que refleja el tr¨¢nsito de manierismo al naturalismo. Adem¨¢s de ejercer como autor y editor literario", ha apuntado Mu?oz antes de la inauguraci¨®n de la exposici¨®n, que ser¨¢ este martes, a las 20.30.
Entre los libros destaca tambi¨¦n uno de los tratados art¨ªsticos m¨¢s completos de la historia de Espa?a: El arte de la pintura, su antig¨¹edad y grandezas, impreso en Sevilla en 1649, en el que Pacheco describi¨® "su ideolog¨ªa respecto a los modos de proceder en el oficio de pintor", como recoge el cat¨¢logo de 283 p¨¢ginas editado por la Consejer¨ªa de Cultura sobre esta exposici¨®n y en el que se incluyen art¨ªculos sobre dibujos in¨¦ditos, nuevas atribuciones o policrom¨ªas.
El recorrido prosigue con la faceta del autor como artista por el claustro del museo, que antes era el Convento de la Merced Calzada y que, precisamente, acog¨ªa entre sus paredes, a la intemperie, una serie de cuadros de Pacheco que representaban las tareas que realizaban las hermanas de la orden con los cautivos de la ¨¦poca. A modo de recordatorio, se han impreso unas reproducciones de estas obras que han quedado flanqueando el patio, y cuyos originales se pueden observar tambi¨¦n en la exposici¨®n.?
En la ¨²ltima fase, en la que se destaca a Pacheco como maestro, el naturalismo y la retroalimentaci¨®n con la obra de Vel¨¢zquez se hacen presente con la representaci¨®n de ¨®leo sobre madera de las santas Justa y Rufina, dos obras que se exponen por primera vez en Espa?a despu¨¦s de que hayan pasado previamente por Par¨ªs e Inglaterra, pertenecientes a una colecci¨®n particular. "Es interesante ver c¨®mo los rostros de estas santas coinciden exactamente con otros pintados por Vel¨¢zquez. Compartieron modos de hacer y componer", ha apuntado Ignacio Cano, coordinador de la exposici¨®n.
La muestra, que se inaugura en las v¨ªsperas de la Semana Santa y que podr¨¢ visitarse hasta el pr¨®ximo 12 de junio, cuenta con obras de la colecci¨®n del Museo de Bellas Artes de Sevilla y expone pr¨¦stamos procedentes del Prado, la Biblioteca Nacional, la Biblioteca del Palacio Real, la Fundaci¨®n L¨¢zaro Galdiano, la Catedral de Sevilla, la Universidad de Sevilla y distintas parroquias de la provincia y de distintas colecciones particulares. Por unos meses, en unos metros cuadrados, se hace latente desde hac¨ªa siglos el humanismo de Pacheco en Sevilla.
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