El ¡®dios salvaje¡¯ que todo el mundo lleva dentro
La comedia negra de Yasmina Reza vuelve al teatro con una adaptaci¨®n de Jordi Galcer¨¢n dirigida por Paco Montes

Puede una situaci¨®n inocente acabar en una apote¨®sica crisis de valores. Igual que la miseria humana resulta hilarante si se contempla desde fuera. Se han visto muchas versiones de Un dios salvaje desde que la escritora francesa Yasmina Reza estrenara la obra original en Par¨ªs, en enero de 2008. Una de ellas cuenta con el premio Tony a la mejor obra teatral de Broadway. Tambi¨¦n dio el salto al cine en 2011 bajo las ¨®rdenes de un peso pesado del mundillo, Roman Polanski, una pel¨ªcula que le vali¨® varias nominaciones a los Globos de Oro, el Goya a la mejor pel¨ªcula extranjera y dos premios de Cine Europeo. A¨²n as¨ª, a la historia no le falta cuerda. Por eso regresa a las tablas, en el teatro Nuevo Apolo de Madrid, con un texto adaptado por Jordi Galcer¨¢n y dirigido por Paco Montes.
Montes defiende la gran variedad de enfoques con los que puede plantearse la historia, y que son estos los que logran que la obra se mantenga fresca. "Es muy importante el conflicto inicial, la proyecci¨®n de cada personaje", afirma.
Saca partido a la comicidad de los cuatro protagonistas a trav¨¦s de un conflictivo encuentro. "Cuanto m¨¢s desquiciado parece el enfrentamiento, m¨¢s se r¨ªe la gente", recuerda el dramaturgo. Lo que empieza siendo una civilizada reuni¨®n de padres por una pelea de patio de colegio entre sus dos hijos, acaba resultando una ca¨®tica explosi¨®n que desata la carcajada a base de pisotear los valores, la educaci¨®n y las reglas de urbanidad de unos anodinos individuos de clase media.
Ninguno de los cuatro se salva del declive. Fernando Ramallo, Jaime Zatara¨ªn, Lidia Navarro y Maia Sur comparten el peso dram¨¢tico. Todos ellos se transforman en apenas hora y media. Alan (Zatar¨ªn), un desvergonzado hombre de negocios, acaba mostr¨¢ndose sincero y cabal. Su diplom¨¢tica y conciliadora mujer, Annette (Sur) estalla en una horda de verdades bastante pol¨ªticamente incorrectas. Michelle (Ramallo), un pusil¨¢nime padre de familia, saca su lado m¨¢s inmaduro y ego¨ªsta. Y su esposa, V¨¦ronique (Navarro), el ¨²nico pilar aferrado a la rigidez moral, termina cuestion¨¢ndose si se puede luchar contra el lado primitivo de la sociedad. "Esta funci¨®n es una aut¨¦ntica polifon¨ªa", incide el director. Y a?ade: "Para construir el montaje he tratado de entender a cada personaje y estar de acuerdo con ¨¦l". Aunque el director reconoce que hay un perfil que destaca de forma positiva. "La de Anette es la voz que m¨¢s se escucha, y es la m¨¢s sincera de todos. Ella se despoja de sus miedos, de la presi¨®n social". Maia Sur le da vida, adem¨¢s de producir la obra. "Es un personaje muy rico. Habla poco, pero lo que dice son todo verdades", se?ala la actriz.
No obstante, la obra no se sostiene sin los cuatro v¨¦rtices. "Esta pieza tiene un mensaje absolutamente positivo, porque plantea preguntas al p¨²blico, los anima a descubrise a s¨ª mismo", apunta el director. Para ¨¦l, la obra no tiene sentido sin la ¨²ltima frase con la que se sentencia la funci¨®n. Un interrogante que invita al espectador a irse a casa reflexionando. "?Voy por el buen camino?"
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