El Gobierno renuncia a comprar el joven ¡®Felipe IV¡¯ de Rubens
El alto precio del retrato impide la adquisici¨®n de la obra del maestro flamenco. La Junta de Calificaci¨®n lo declara inexportable
El ¨²nico cuadro de un joven Felipe IV pintado por Rubens, y que reapareci¨® el oto?o pasado tras medio siglo extraviado, seguir¨¢ ausente de las colecciones espa?olas. El gobierno no lo comprar¨¢. Sin embargo, ha declarado su inexportabilidad de manera cautelar. La Junta de Calificaci¨®n, Valoraci¨®n y Exportaci¨®n de Bienes del Patrimonio Hist¨®rico, del Ministerio de Cultura, lo acaba de decidir. En los pr¨®ximos d¨ªas lo comunicar¨¢ de manera oficial a sus propietarios que se mantienen en el anonimato.
¡°La decisi¨®n se debe al alto precio pedido que sobrepasa los l¨ªmites del presupuesto del Ministerio y a la coyuntura actual¡±, asegura un portavoz del Ministerio. El ¨²nico retrato original del monarca espa?ol, con 23 a?os, pintado por el maestro flamenco que ha sobrevivido, ahora podr¨¢ ser comprado por cualquiera, pero no podr¨¢ salir del pa¨ªs.
El gobierno ten¨ªa la primera opci¨®n de compra desde comienzo de septiembre de 2015, cuando los due?os de la obra solicitaron un permiso de exportaci¨®n. La Junta de Calificaci¨®n se reuni¨® el 16 de septiembre y en un documento oficial, fechado el 6 de octubre, declar¨® su inexportabilidad temporal, mientras estudiaba la posibilidad de adquirirlo durante los siguientes seis meses que establece la ley, los cuales acaban de vencer. En noviembre, Jos¨¦ Mar¨ªa Lasalle, secretario de Estado de Cultura, dijo a EL PA?S que no descartaba que el Gobierno adquiriera la pieza.
En su momento el Museo del Prado hizo un informe favorable de la obra. ¡°Respeto y asumo la decisi¨®n de la Junta porque soy, adem¨¢s, miembro de ella. Es un cuadro original de Rubens, uno de los artistas m¨¢s interesantes y del coleccionismo del Museo del Prado¡±, ha dicho Miguel Zugaza, director de la pinacoteca madrile?a. ¡°Es una obra importante pero no puede salir de Espa?a¡±, a?adi¨® Zugaza.
Un precio secreto
"Es una pena y un error que no lo compre el Estado. Y sorprendente que se deje pasar esta oportunidad teniendo en cuenta que es un cuadro excepcional", se lament¨® Merc¨¨ Ros, representante de los due?os del Rubens e historiadora del arte, perito judicial, tasadora, asesora de coleccionistas y propietaria de la galer¨ªa madrile?a que lleva su nombre. Seg¨²n Ros, la inversi¨®n que se hiciera en el cuadro se podr¨ªa recuperar con las visitas del p¨²blico en el espacio que lo acogiera, "teniendo en cuenta la expectativa que ha despertado y que es uno de los descubrimientos m¨¢s importantes de Rubens en los ¨²ltimos a?os".
Las cosas se podr¨ªan haber hecho de otra manera, seg¨²n la galerista. Al final, agreg¨® Ros, "todo depende del Ministerio de Hacienda, es decir, en ¨²ltima instancia del ministro, el se?or Crist¨®bal Montoro¡±. Merc¨¨ Ros est¨¢ convencida de que el Prado o Patrimonio Nacional hab¨ªan podido buscar otra forma de financiaci¨®n. Desde el Ministerio de Cultura recuerdan que "el Gobienro est¨¢ en funciones y no puede aprobar cr¨¦ditos extraordinarios para la compra de arte".
Aunque el precio pedido es un secreto, la copia de mejor calidad de este Felipe IV que se conservaba en Z¨²rich se quem¨® en 1985 y ten¨ªa un valor estimado de cinco millones de francos suizos, es decir, unos dos millones de euros de la ¨¦poca. La ¨²ltima obra de Peter Paul Rubens vendida hace tres a?os por la casa de subastas Sotheby's, en Londres, Retrato de caballero, tambi¨¦n hecha en Espa?a, alcanz¨® la cifra de 3,8 millones de euros.
El Felipe IV (1628 -29), de Rubens, mide 63,5 cent¨ªmetros de alto por 49 de ancho. Es un retrato de busto largo donde la luz cae sobre el rostro de un Felipe IV como salido de la penumbra de una cortina, mientras esa luz se refleja sutilmnete en sus ojos. Un rostro que emerge de una golilla gris donde se aprecia el trazo largo y seguro de Rubens para darle su forma circular. El rey posa algo de medio lado, con la mirada al frente, bigote y perilla incipientes; luce el Tois¨®n de Oro. Rubens lo pint¨® en tabla, material que usaba para sus composiciones m¨¢s ambiciosas. Existen varias copias de la obra, una de ellas en el Hermitage, de San Petersburgo, y algunas m¨¢s en colecciones privadas, como la que posee la Casa de Alba.
Historia de la obra
La importancia de este original de Felipe IV ¡°no es solo el valor de la obra en s¨ª, sino tambi¨¦n lo que hay fuera del cuadro, la historia que lo rodea cuando se cre¨®¡±, asegura Merc¨¨ Ros. El retrato, que habr¨ªa pintado Rubens entre 1628 y 1629, estuvo perdido m¨¢s de dos siglos y medio, desde la muerte del pintor en Amberes en 1640 hasta que el cuadro volvi¨® a la luz a comienzos del siglo XX. Luego se le perdi¨® la pista en los a?os sesenta.
Su periplo tiene dos vertientes: por qu¨¦ lo pinta Rubens y el momento de su creaci¨®n y el destino sombr¨ªo que parece acompa?ar al retrato. Cuando Rubens (1577-1640) ya era el gran Rubens y Vel¨¢zquez (1599-1660) iba camino de ser el genio Vel¨¢zquez, el artista flamenco lleg¨® a Madrid y pint¨® a Felipe IV. Es el encuentro entre los dos: el monarca ten¨ªa 23 a?os y los cuadros que se hab¨ªan realizado de ¨¦l lo mostraban juvenil y t¨ªmido. En manos de Rubens se torn¨® adulto.
El pintor viaj¨® a Espa?a a petici¨®n del rey, que buscaba informaci¨®n de las negociaciones de paz entre Espa?a y los Pa¨ªses Bajos. Durante su estancia, entre 1628 y 1629, le pidi¨® un retrato. El artista pint¨® varios: tres se quemaron en 1734, incluido un retrato ecuestre que era el favorito del monarca.
¡°Lo que no est¨¢ claro es si Rubens pint¨® ese cuadro en Madrid o en Amberes¡±, dice la historiadora. Todo indica que lo hizo en la ciudad flamenca al ser en una tabla; a partir de ella se realizaron todas las dem¨¢s copias. Al morir, el autor lo dej¨® inventariado, pero no se volvi¨® a saber de ¨¦l hasta principios del siglo XX, cuando reapareci¨® en manos de una familia de Kent (Inglaterra), a la que se lo compr¨® el brit¨¢nico H. M. Clark. Durante su posesi¨®n, en los a?os veinte, el historiador August L. Mayer lo contempl¨® y lo registr¨® en el Burlington Magazine. En 1926, el famoso marchante estadounidense Joseph Duveen adquiri¨® el cuadro: en 1929, lo vendi¨® a los millonarios Vanderbilt, por 160.000 d¨®lares. Para entonces la obra ya hab¨ªa sido transferida a lienzo. En los sesenta, pas¨® al millonario Otto Eitel, muerto en 1983.
El destino que espera a este Felipe IV, ahora que Espa?a ha cerrado su puerta, es el de fijar un nuevo precio y sacarlo al mercado espa?ol; pero no en subasta, porque la gesti¨®n la har¨¢ la galer¨ªa de Merc¨¨ Ros. Queda por ver qui¨¦n lo comprar¨¢ y si la mirada del monarca seguir¨¢ oculta al p¨²blico general.
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