¡°Hicimos divertida la Espa?a de los 70 y 80¡±
Se mantiene como si fuera la prolongaci¨®n de la imagen de la ni?a Alaska, musa de una ¨¦poca en la que madur¨® para seguir siendo la misma.
De lo que le ha ocurrido, ?qu¨¦ le ha conmovido m¨¢s? Ver la fragilidad en el otro. Todos creemos que somos m¨¢s fuertes de lo que somos; he visto a personas que pensaban que iban a luchar y a sobrevivir y al final ni lucharon, ni sobrevivieron.
A muchos de su generaci¨®n les toc¨® decir adi¨®s muy pronto¡ Todas las generaciones tienen accidentes, enfermedades tempranas. La nuestra fue la generaci¨®n del caballo y del sida. Siendo muy j¨®venes perdimos a gran parte de la gente que ten¨ªamos alrededor por unos motivos u otros. He perdido antes a gente de mi edad que a mis mayores.
?Le dio miedo? No. Est¨¢ bien que me preguntes eso porque nunca me lo hab¨ªa planteado. No, no me dio miedo.
?C¨®mo se salv¨® usted? Del caballo fue f¨¢cil, porque si no consumes no hay peligro. Y del sida supongo que porque nunca he tenido unas pr¨¢cticas de riesgo. No tiene misterio: no soy una persona arriesgada en lo f¨ªsico, me dan miedo hasta las monta?as rusas. Me alimento mal, tendr¨ªa que tener todas las enfermedades, pero me ten¨ªa que castigar de alguna forma.
?De qu¨¦ hu¨ªan aquellos compa?eros suyos? No se trataba de huir hacia un para¨ªso artificial, nunca lo vi as¨ª. Conozco a gente que bebe para quitarse de en medio. Lo nuestro era pura extroversi¨®n. Diversi¨®n en la Espa?a de los 70 y 80, que no era divertida: nosotros la hicimos divertida.
Aparte de los problemas evidentes, ?aceler¨® al menos la creatividad? Por mi car¨¢cter y por mi experiencia personal tengo mis dudas. Si estoy mal y me han dejado no sirvo creativamente, si estoy ebria tampoco: solo funciono en condiciones. Entiendo que exista ese artista maldito al que las musas se le presentan en estado de embriaguez o de enorme desolaci¨®n. A m¨ª no me ocurre. Soy muy met¨®dica, muy germ¨¢nica.
Ha mantenido una energ¨ªa similar. ?Qu¨¦ le alimenta, aparte de los malos alimentos? ?Los malos alimentos que no me alimentan! No tengo la sensaci¨®n de que sea la misma energ¨ªa¡ Cuando Carmen Maura habla de nuestro primer encuentro en Pepi, Lucy y Bom de Almod¨®var y la energ¨ªa que mostramos cada una all¨ª dice que vio a una ni?a segura de s¨ª misma, y que eso la ayud¨® en la primera escena que tuvimos en la pel¨ªcula, la de la lluvia dorada, y que pensaba: ¡°?Pues esta ni?a va tan segura¡!¡± Y yo no iba nada segura. La energ¨ªa a veces es lo que manifiestas¡ Antes ten¨ªa una energ¨ªa m¨¢s de aire, muy poco de la realidad.
?Y ahora? Una energ¨ªa consistente, alimentada por lo que tengo. Me alimento de la vor¨¢gine, que es el trabajo que yo he elegido, y que en el fondo es una afici¨®n por la que nos pagan. Y tengo una estructura de vida asentada. Piensa que soy hija de refugiados en M¨¦xico, de cubana y espa?ol republicano; siempre me pareci¨® que cuando cumpliera cierta edad me tendr¨ªa que ir corriendo del pa¨ªs, porque esa huida permanente era la posibilidad en la que me hab¨ªa criado. Ahora tengo mi sill¨®n y mi apego.
?Qu¨¦ m¨¢s hered¨® de esa mezcla? ?Nada bueno, me he quedado con lo malo de cada uno! Mi madre es vibrante, vital, con 86 a?os tiene organizada su propia vida con sus amigas de 40 que le siguen el juego. Mi padre muri¨® en M¨¦xico un poco enfadado con el mundo. Por car¨¢cter me parezco m¨¢s a mi padre que a mi madre, y de los dos he heredado la convivencia con los diferentes: eran muy distantes ideol¨®gicamente, pero se entendieron y de ellos sal¨ª yo.
?Usted est¨¢ enfadada con el mundo? No, pero soy muy ce?uda. Mi madre no lo es, va con la cara despejada. Yo soy un poco m¨¢s circunspecta.
?Qu¨¦ le cabrea? Me cabrea no poder defenderme de lo que me rodea. Pero m¨¢s ce?luda que conmigo estoy cabreada con lo que observo. Mi madre te dir¨ªa: ¡°Ella nunca se va a decepcionar porque nunca deposita su confianza en nadie¡±. En el fondo debe tener raz¨®n.
Babelia
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