Verbena can¨ªbal
Si las cl¨¢sicas pel¨ªculas can¨ªbales levantaban su pesadilla sobre la culpa colonial, Roth apunta a los activismos medioambientales
Citada, de manera harto desconcertante, por Patricio Guzm¨¢n como una de sus pel¨ªculas de formaci¨®n,?Este perro mundo (1962), de Franco Prosperi y Gualtiero Jacopetti, con su montaje sensacionalista y su discurso cuestionador de las l¨ªneas de demarcaci¨®n entre civilizaci¨®n y barbarie, no solo fund¨® un subg¨¦nero de (presunta) no ficci¨®n ¨Cel cine mondo-, sino que plant¨® la semilla que, una d¨¦cada m¨¢s tarde, germinar¨ªa en forma de otro subg¨¦nero ¨Cen este caso, de ficci¨®n-: las pel¨ªculas (preferentemente italianas) de can¨ªbales, que tuvieron su pistoletazo de salida con El pa¨ªs del sexo salvaje (1972), de Umberto Lenzi, y su gran succ¨¨s de scandale con la expl¨ªcita y brava?Holocausto can¨ªbal (1980) de Ruggero Deodato, cineasta que se vio obligado a demostrar que lo que hab¨ªa hecho era puro artificio y no una pel¨ªcula snuff.
EL INFIERNO VERDE
Direcci¨®n: Eli Roth.
Int¨¦rpretes: Lorenza Izzo, Ariel Levy, Aaron Burns, Daryl Sabara, Ram¨®n Llao.
G¨¦nero: terror. Estados Unidos, 2013.
Duraci¨®n: 100 minutos.
Con la complicidad del chileno Nicol¨¢s L¨®pez en labores de producci¨®n y con un guion coescrito junto al uruguayo Guillermo Amoedo, Eli Roth dedica su ya pen¨²ltima pel¨ªcula, El infierno verde, a Ruggero Deodato y ofrece, en los cr¨¦ditos finales, pistas para que el espectador interesado ampl¨ªe su cultura y conocimiento de ese subg¨¦nero de gore selv¨¢tico. Las cartas est¨¢n sobre la mesa: lo que ofrece El infierno verde es una reescritura, en clave de puro divertimento, de un modelo de ficci¨®n exiliado de todo favor cr¨ªtico a cargo de cin¨¦fagos de la vieja cultura de videoclub.
Si las cl¨¢sicas pel¨ªculas can¨ªbales levantaban su pesadilla sobre el territorio de cierto sentido de culpa por la memoria colonial, Roth apunta aqu¨ª los dardos a las contradicciones, hipocres¨ªas, pero tambi¨¦n ingenuidades de los nuevos activismos medioambientales. Travesura pol¨ªticamente incorrecta m¨¢s que ejercicio posmoderno al modo tarantiniano, El infierno verde usa la amputaci¨®n de miembros como eco nost¨¢lgico de un tiempo donde el cine popular guardaba menos las formas.
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