Otro ¡®remake¡¯. ?Y para qu¨¦?
Y Hollywood, siempre tan atento a territorios propios o ajenos que pueden generar pasta, se apunta a esa moda tan in¨²til
Hay directores de los que esperas todo y que, a veces, te dejan a medias, o suponen una sonrojante decepci¨®n, a no ser que te coloques anteojeras convenientemente falsas, que te enga?es a ti mismo y al presunto receptor destacando virtudes que no existen, que est¨¢n de fugitiva moda, que quedan bien para salvar tu imagen, una imagen que probablemente solo le interesa a tu esposa y a tu familia. Acostumbra a darme grima el hipersensible, llor¨®n seudol¨ªrico cine de un director argentino llamado Juan Jos¨¦ Campanella, para mis embrutecidos gustos un cl¨®nico porte?o del cine de Garci, pero siempre estoy dispuesto a que alguna de mis razonables fobias me sorprenda con una pel¨ªcula maravillosa, tal vez la que nunca puedan firmar los amigos de mi alma. Y Campanella realiz¨® hace unos a?os una pel¨ªcula magn¨ªfica, de verdad, oscura y terrible, verdaderamente rom¨¢ntica, que se titula El secreto de sus ojos. Con un Ricardo Dar¨ªn inmenso, como siempre, y una actriz a la que no conoc¨ªa, Soledad Villamil, sobre la que tengo? dudas si es una mujer tan hermosa como actriz eximia, en ambos aspectos me enamora, e incluso con un Guillermo Francella, que le roba plano a cualquiera interpretando al amigo alcoh¨®lico y tragic¨®mico del protagonista. Es una pel¨ªcula tan compleja como emocionante, algo cercano a la obra maestra.
EL SECRETO DE UNA OBSESI?N
Direcci¨®n: Billy Ray.
Int¨¦rpretes: Julia Roberts, Chiwetel Ejiofor, Nicole Kidman.
G¨¦nero: thriller. EE UU, 2015.
Duraci¨®n: 112 minutos.
Y Hollywood, siempre tan atento a territorios propios o ajenos que pueden generar pasta, se apunta a esa moda tan in¨²til del remake, para demostrar que su glamour y sus d¨®lares puedan superar al modelo original. Y lo que hacen es vacuo, sin exigirle demasiada imaginaci¨®n a los autores del guion, haciendo rutinaria una pel¨ªcula apasionante.
Y vale, disponen de la antigua novia de Am¨¦rica, una tal Julia Roberts con escaso maquillaje para sustituir a aquel hombre desesperado y calculador que ejercita la venganza m¨¢s feroz para el violador y asesino de su esposa, de su mayor ra¨ªz con la tierra; personaje que ahora fusionan con el del compa?ero. Y tambi¨¦n aparece Nicole Kidman, esa guapa se?ora y atractiva actriz, que no s¨¦ qu¨¦ demonios se ha hecho en el rostro para intentar mantenerse como la antigua diosa, que ¨²ltimamente siempre me provoca la molesta sensaci¨®n de ver a alguien pavorosamente artificial. ?Y el personaje de Dar¨ªn? Ya no es un secretario aplicado de tribunales, es un agente negro del FBI. Me imagino la pasta que han cobrado los autores del argumento por este viraje tan trascendente.
Y no te ocorre nada malo por ver esta pel¨ªcula. Es como contaba el c¨¢ustico Gene Hackman sobre el cine de Rohmer en la desolada La noche se mueve. Dec¨ªa el cornudo: ¡°Es tan interesante como ver crecer la hierba¡±. Y de acuerdo en que hay remakes que son mejores que el modelo original. Pero son m¨ªnimos. Que dejen tranquilas a las pel¨ªculas que son inmejorables. Alguien me podr¨ªa jurar que Valor de ley de los Coen es mucho mejor que la pel¨ªcula de Hathaway, por la que el maravilloso John Wayne recibi¨® un oscar abyectamente retrasado. O que hay cin¨¦filos que prefieren con diferencia Primera plana de Wilder a Luna nueva de Hawks. Pero no entiendo que el gran Scorsese profanara con una continuaci¨®n est¨²pida la genial El buscavidas, cont¨¢ndonos la vejez de Eddie Felson. Pero tambi¨¦n convert¨ªa una ininteligible pel¨ªcula de Hong Kong, que seg¨²n la vanguardia cr¨ªtica era magistral, en la muy buena (mejora cada vez que la veo; la primera vez me perd¨ª) Infiltrados. Voy a revisar esta noche y despu¨¦s de varias veces El secreto de sus ojos. Seguro que me sigue conmoviendo.
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