Picasso recibe a Pollock en casa
El legendario Mural del artista norteamericano, icono del expresionismo abstracto, desembarca en M¨¢laga
Una de las obras que cambi¨® el devenir del arte contempor¨¢neo en los Estados Unidos de los a?os cuarenta aterriza esta semana en M¨¢laga. Se trata de Mural, ese cuadro que naci¨® destinado a ocupar el recibidor del apartamento neoyorquino de la rica y exc¨¦ntrica Peggy Guggenheim, ese ante el cual el artista norteamericano experiment¨® un monumental bloqueo, el que se convirti¨® en germen de una nueva t¨¦cnica para Pollock y en icono de un nuevo movimiento, el expresionismo abstracto. El legendario cuadro de Jackson Pollock, (Cody, 1912 - Long Island, 1956), firmado en 1943, desembarca en la casa de su antiguo rival, del artista que le hac¨ªa perder el sue?o. El Museo Picasso lo acoge a partir del pr¨®ximo 20 de abril.
Se trata de una obra ic¨®nica, que algunos consideran preludio del dripping, la t¨¦cnica con la que Pollock, pitillo colgando de sus labios, botas llenas de salpicaduras, disparando chorros de color con el pincel o derramando la pintura directamente desde el bote sobre un lienzo pegado al suelo, revolucion¨® el discurso pict¨®rico de la posguerra. Recala en Espa?a hasta el 11 de septiembre despu¨¦s de haber sido restaurado ¡ªsufri¨® los efectos de unas terribles inundaciones en Iowa en 2008¡ª, y de haberse embarcado en una gira europea que lo ha llevado a la Peggy Guggenheim Collection de Venecia, a la Deutsche Bank Kunsthalle de Berl¨ªn y, ahora, a orillas del Mediterr¨¢neo. Mural, una obra que cuenta muchas historias, marc¨® el inicio del expresionismo abstracto, movimiento mediante el cual Nueva York le rob¨® la modernidad a Par¨ªs de la mano de una nueva generaci¨®n de artistas. Es la primera vez que esa gigantesca tela se puede ver en Espa?a.
La historia de este cuadro arranca con un p¨®quer de nombres clave del arte contempor¨¢neo. Fue un encargo que Guggenheim hizo a Pollock, asesorada por Piet Mondrian, y con la bendici¨®n de Marcel Duchamp. La coleccionista y mecenas estadounidense, impulsora de una nueva generaci¨®n de artistas desde su galer¨ªa neoyorquina The Art of this Century, quer¨ªa un mural que ocupara toda la pared del recibidor de su apartamento en Manhattan. Y quer¨ªa impulsar la carrera de ese joven al que hab¨ªa echado el ojo, Paul Jackson Pollock. Corr¨ªa el a?o 1943.
Por aquel recibidor estaba destinada a pasar la cr¨¨me de la cr¨¨me del momento, como Max Ernst, Andr¨¦ Breton o Fernand L¨¦ger. Mondrian fue uno de los que sugiri¨® el nombre de Pollock a Guggenheim. Y Duchamp fue quien le aconsej¨® que, en vez de trabajar directamente sobre la pared, pintara sobre un lienzo. El encargo, firmado en julio, inclu¨ªa un sueldo de 150 d¨®lares (unos 133 euros) al mes hasta que completara la obra, que deb¨ªa ser entregada en noviembre.
El joven Pollock, hasta entonces enfrascado en la pintura regionalista, se vio de pronto frente a un inmenso lienzo en blanco de seis metros de ancho y dos y medio de altura. "Sab¨ªa que era el momento de causar impresi¨®n, de hacer una declaraci¨®n de intenciones, de presentar algo nuevo y diferente", explica en conversaci¨®n telef¨®nica desde Iowa Sean O¡¯Harrow, director del Museo de Arte de la Universidad de Iowa, instituci¨®n propietaria de la obra. Peggy Guggenheim, Mondrian, Duchamp, el cr¨ªtico Clement Greenberg, todos ten¨ªan la vista puesta en ¨¦l. "Todos ellos se dieron cuenta del ¨¦xito de Pollock antes de que este ocurriera", sostiene O¡¯Harrow.
Duelo de pintores y obsesiones
Pollock siempre vio a Picasso como un rival. "Era un hombre obsesionado con Picasso, lo odiaba", explica la cr¨ªtica de arte ?ngela Molina. "Pollock necesitaba superar al gran genio; su relaci¨®n con ¨¦l es como la de Salieri y Mozart". El autor norteamericano concibi¨® su 'Mural' poco despu¨¦s de que otro gran mural pasara por el MOMA (y por la Valentine Gallery) de Nueva York en el a?o 1939: el 'Guernica', de Pablo Picasso.
"Pollock representa la libertad del individuo que quiere hacer las cosas a su manera", dice Jos¨¦ Lebrero, "y el 'Mural' es un icono que ayuda a entender qu¨¦ sucedi¨® en el arte contempor¨¢neo a mediados del siglo XX". El museo malague?o exhibir¨¢, adem¨¢s del gran Mural, unas 40 obras entre las que hay pinturas, esculturas, fotograf¨ªas y facs¨ªmiles que muestran la influencia que tuvieron en Pollock los naturalistas mejicanos y un gran cl¨¢sico como El Greco.
La presi¨®n jug¨® una mala pasada a este James Dean del arte contempor¨¢neo con denodada inclinaci¨®n por la botella. Sufri¨® un bloqueo. El lienzo en blanco se convirti¨® en una obsesi¨®n, en una pesadilla. Varios historiadores sostienen que Pollock, artista que traslad¨® las turbulencias de su atormentado mundo interior a su obra ¡ªy que muri¨®, ebrio, a los 44 a?os, en un accidente de coche del que su amante sali¨® ilesa¡ª padec¨ªa en realidad un trastorno bipolar.
Cuadros y objetos
Durante a?os circul¨® la leyenda de que el precursor del dripping sali¨® del bucle en una noche de inspiraci¨®n y complet¨® el trabajo en apenas d¨ªa y medio. Pero el proceso de restauraci¨®n llevado a cabo por el Getty Conservation Institute de Los ?ngeles, previo al inicio del tour europeo del cuadro, puso de manifiesto que lo pint¨® a lo largo de varios meses, en el verano de 1943. "Pollock logr¨® combinar la apariencia de una extrema espontaneidad con lo que en realidad era una forma muy calculada de pintar", manifiesta v¨ªa correo electr¨®nico David Anfam, el comisario de la muestra Mural. Jackson Pollock. La energ¨ªa hecha visible.
"En aquellos d¨ªas, los cuadros eran objetos", explica el director del Museo de Arte de la Universidad de Iowa ¡ªPeggy Guggenheim don¨® el cuadro esa instituci¨®n, dotada de un vibrante programa de arte, en 1948¡ª. "Fue la primera vez que un lienzo se convirti¨® en una instalaci¨®n participativa. Al entrar al recibidor, uno casi entraba en el cuadro, que se convert¨ªa en parte del entorno. Es una especie de primera instalaci¨®n creada por un pintor".
El contenedor de 1.500 kilos que transporta esta obra valorada en unos 200 millones de d¨®lares (177 millones de euros) desembarca ahora en M¨¢laga envuelto en su misteriosa aura. Se supone que representa una de esas brutales estampidas de vacas y b¨²falos a las que asisti¨® Pollock en su infancia en los EE UU profundos. Pero es una obra muy abierta a interpretaciones. Algunos ven en ella figuras en danza. "Es un cuadro term¨®metro, de pulsiones y emociones", manifiesta Jos¨¦ Lebrero, director art¨ªstico del Museo Picasso de M¨¢laga. "En un d¨ªa bueno, te hace sentir grande".
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