¡°La b¨²squeda de la belleza es un tema que me da asco¡±
El director italiano Luca Guadagnino presenta su nueva pel¨ªcula, ¡®Cegados por el sol¡¯, y responde a los ataques de la cr¨ªtica de su pa¨ªs
Un guion. Otro. Y unos cuantos m¨¢s, hasta quinientos. No es una hip¨¦rbole: resulta que Luca Guadagnino (Palermo, 1971) ha contado todas las propuestas que ha le¨ªdo en los ¨²ltimos a?os. Sin embargo, ninguna le convenc¨ªa. Entre filmes que le parec¨ªan falsos, y otros que sonaban id¨¦nticos entre s¨ª, iban pasando los a?os. Y el curr¨ªculo del autor de Melissa P. no avanzaba desde Yo soy el amor, que en 2009 le gan¨® tanto fans entregados como cr¨ªticos enfurecidos. Hasta que sobre su mesa apareci¨® Cegados por el sol. Pese a su t¨ªtulo, Guadagnino por fin vio la luz. La pel¨ªcula se estren¨® en el pasado festival de Venecia y llega hoy a Espa?a.
La oferta que el cineasta recibi¨® consist¨ªa en rehacer a su manera el filme de 1969 La piscina, de Jacques Deray. ?No se limita as¨ª su creatividad? ¡°El cine est¨¢ hecho de ocasiones y todas son v¨¢lidas. Es un prejuicio italiano que tengas que tener la idea detr¨¢s. No tiene nada que ver. No hay nada original: lo que cuenta son el punto de vista y el control¡±, responde. Y sobre todo de lo segundo el director anda sobrado: se suele definir como un neur¨®tico de la organizaci¨®n, una receta que aplica en sus rodajes.
Todo lo contrario que el propio filme. Cegados por el sol arranca con las tranquilas vacaciones de una estrella del rock y su pareja en la isla italiana de Pantelleria, pero la visita inesperada de un examante, acompa?ado por su hija, da pie a un caos que no se detiene hasta el desenlace final. De fondo, el tema del deseo, la m¨²sica de los Rolling Stones ¨Ccon los que se mantuvo en contacto durante el rodaje-, un Ralph Fiennes desatado y el propio paisaje completan un relato que vuelve a centrarse en personajes ricos y exclusivos, como en Yo soy el amor. ¡°Me parece demasiado pronto para buscar tendencias en mi carrera¡±, objeta el cineasta.
Con su anterior trabajo, Cegados por el sol comparte m¨¢s elementos. Por un lado, una nueva colaboraci¨®n con Tilda Swinton. Adem¨¢s, vuelven los encuadres de fuerte poder¨ªo est¨¦tico de Guadagnino, aunque el cineasta no lo ve tan claro: ¡°La b¨²squeda de la belleza es un tema que me da asco. Est¨¢ sobrevalorada, capitalista. Y su punto de partida no existe, ya que no tenemos un canon absoluto¡±. Finalmente, tambi¨¦n la respuesta de la cr¨ªtica recuerda a Yo soy el amor. M¨¢s ¨¦xito fuera que dentro de Italia, y alg¨²n que otro silbido en su debut en Venecia: ¡°He notado que la atenci¨®n a mi trabajo en otros pa¨ªses es totalmente laica respecto al furor ideol¨®gico con el que se me interpreta en Italia¡±.
Una y otra vez Guadagnino ha hecho hincapi¨¦ en su escasa ¡°pertenencia¡± al cine italiano. Y explica: ¡°La financiaci¨®n poco tiene que ver con los canales industriales habituales en Italia. No trabajo mucho con actores de all¨ª, ni empleo historias o g¨¦neros t¨ªpicos de mi pa¨ªs. Y en mis filmes se hablan muchos idiomas, no tienen miedo a ser cosmopolitas¡±. Tal vez por eso se haya ganado un frente de enemigos, que esta vez ha atacado por ejemplo la aparici¨®n fugaz de los migrantes en el filme, o su retrato despiadado de los carabinieri.
Lo cierto es que lo primero que el cineasta pregunta al coger el tel¨¦fono es qu¨¦ opina el cr¨ªtico del diario de su filme. Aunque, en el fondo, Guadagnino lo tiene claro. Ante la insistencia del semanario L¡¯Espresso en sacarle alguna autocr¨ªtica contest¨®: ¡°No tengo mucho que reprocharme¡±.
Su m¨¦todo lo aprendi¨® en los libros, las entrevistas de otros cineastas y ¡°la vida¡±: empez¨® con siete a?os y una super8, nunca fue a ninguna escuela de cine y lamenta que ¡°tras las revoluciones que trajo la Nouvel Vague, empez¨® a avanzar un cine de autor que era puro narcisismo¡±. Sin pelos en la lengua, declar¨® a The Guardian que las pel¨ªculas italianas parecen ¡°promoci¨®n tur¨ªstica¡± y respecto a La gran belleza dijo: ¡°La idea de que hemos perdido algo grande del pasado es agradable, pero no estoy de acuerdo¡±.
M¨¢s severo se pone el director respecto a otro colega, Nanni Moretti: ¡°Encuentro sorprendente que un cineasta que empez¨® con la voluntad de destrozarlo todo y acusaba a Monicelli de ser ¡®viejo¡¯ haga hoy un cine cansado y muy muy muy polvoriento dram¨¢ticamente¡±. Otros son los directores que fascinan a Guadagnino, de Bertolucci a Nagisa Oshima, pasando por Jonathan Demme. O Dario Argento, del que ahora prepara un remake de Suspiria. Diga lo que diga la cr¨ªtica, el filme ya supone un ¨¦xito: le ha ahorrado al director leerse otros 500 guiones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.