Quiero ser japonesa

Si en?Estupor y temblores la belga Am¨¦lie Nothomb explor¨® el lado oscuro de su relaci¨®n con Jap¨®n, en?Ni de Eva, ni de Ad¨¢n quiso contrapuntear el discurso con una aproximaci¨®n m¨¢s luminosa a esa cultura que hab¨ªa sido tel¨®n de fondo en sus a?os de infancia y objeto de seducci¨®n ¨Cy de desencuentros- a principios de los 90, cuando regres¨® al pa¨ªs para trabajar como traductora en una empresa (y, de paso, enamorarse de su alumno de clases particulares de franc¨¦s). En ambos ejercicios de autoficci¨®n late un conflicto ling¨¹¨ªstico: el diferente sentido que el t¨¦rmino responsabilidad adopta en la cultura japonesa y en la occidental recorre?Estupor y temblores; la barrera idiom¨¢tica que une y al mismo tiempo separa a Am¨¦lie y Rinri conforma la esencia de la singular historia de amor de?Ni de Eva, ni de Ad¨¢n, novela que adapta Stefan Liberski en?Romance en Tokio perdiendo, en la traducci¨®n de un medio a otro, los matices y el tono que singularizan el discurso de la escritora.

La Am¨¦lie de?Romance en Tokio no es, pese a la aparente fidelidad al texto, la Nothomb, cuya mirada incisiva no deja detalle revelador sin sopesar y cuya fascinaci¨®n por Jap¨®n va bastante m¨¢s all¨¢ de la de una Pauline ?tienne a un palmo de ser una mu?equita articulada, modelo ingenua franc¨®fona media, seducida por la cultura nipona en torno a lo kawaii (lo lindo y tierno). Un n¨²mero musical con corazoncitos digitales marca el techo de una cursiler¨ªa que el libro nunca roza. Liberski prescinde de episodios fundamentales ¨Cel viaje a Hiroshima- y se queda en la superficie de otros ¨Cla excursi¨®n al monte Fuji- porque prefiere hacer una pel¨ªcula encantadora que entrar a fondo en esta historia de amor entre dos personas enamoradas de espejismos culturales.