Resacas de Sant Jordi
En los ¨²ltimos a?os se ha venido a confirmar uno de los s¨ªntomas m¨¢s graves que afligen al sector desde 2008: las ventas de libros se hacen cada vez m¨¢s estacionales
En los ¨²ltimos a?os, Sant Jordi y su octava (incluyendo la madrile?a Noche de los Libros) han venido a confirmar uno de los s¨ªntomas m¨¢s graves que afligen al sector desde 2008: las ventas de libros se hacen cada vez m¨¢s estacionales. Mis amigos libreros (s¨ª: a¨²n los tengo) se quejan de la desertizaci¨®n de sus establecimientos fuera de d¨ªas o semanas puntuales, cuando se concentra el negocio. Los libros, incluyendo los best sellers, se venden menos: incluso las ¡°grandes esperanzas¡± de esta primavera libresca, como las novelas de Vargas Llosa, Mars¨¦ o Posteguillo han empezado con peor pie que otras anteriores de los mismos autores. Ya no funcionan bien ni los grandes premios, que antes serv¨ªan para animar el cotarro. El mercado se reduce porque la gente compra menos libros. ?Que por qu¨¦? Por razones que sabemos demasiado bien: desde la inercia del miedo a consumir provocada por una largu¨ªsima crisis que parece autorre?producirse hasta la falta de inter¨¦s de las Administraciones (ahora ¡°en funciones¡±) hacia la cultura, pasando por la persistencia de la pirater¨ªa (en 2015, el 87,48% del consumo de contenidos culturales fue ilegal). Pero, entre todas las explicaciones, la que m¨¢s me preocupa es la progresiva p¨¦rdida de prestigio del libro y de la lectura. S¨ª, ya s¨¦ que a todos se nos llena la boca cuando hablamos de la importancia de los libros, pero eso se refleja muy poco en la pr¨¢ctica. Las Administraciones disponen de mezquinos presupuestos para bibliotecas, y hace mucho tiempo que no se realizan verdaderas campa?as (acompa?adas de encuestas fiables) de animaci¨®n a la lectura. La misma Federaci¨®n de Gremios de Editores, la instituci¨®n que representa a una de las primeras potencias mundiales de la edici¨®n (facturaci¨®n en 2014: 2.200 millones de euros), parece dormitar en un sue?o solipsista de austeridad, como se demuestra, por ejemplo, en la reciente dimisi¨®n de su presencia en algunas ferias internacionales. Se dir¨ªa que, laminadas o finiquitadas las ayudas del Estado, a los agremiados (incluyendo las editoriales ¡°muy grandes¡± o ¡°grandes¡±, que facturan casi el 60% del total) se les han quitado las ganas de promocionarse colectivamente. Faltan proyectos, y no solo porque escasee el dinero. Y lo mismo puede decirse de los libreros: sus organizaciones deber¨ªan ponerse tambi¨¦n las pilas para, con el Estado o sin ¨¦l (lo m¨¢s probable), afrontar con m¨¢s vigor los graves retos a que est¨¢n sometidas. Un ejemplo para ir poniendo las barbas a remojar: el 50 % de la cifra de facturaci¨®n (incluyendo libros anal¨®gicos y digitales) de los editores norteamericanos y brit¨¢nicos ya corre a cargo de Amazon, ese Godzilla depredador de librer¨ªas dispuesto a acabar con todas las que se le pongan por delante. Por lo dem¨¢s, y a pesar de la ya mencionada p¨¦rdida de prestigio de la lectura y del libro, tengo que consignar aqu¨ª algo que parecer¨ªa desmentirlo: seg¨²n datos del ISBN, la editorial que m¨¢s libros registr¨® en 2015 fue Bubok Publishing, una empresa que se dedica, sobre todo, a publicar obras de quienes pagan por verlas ¡°editadas¡±. Y es que, como pontifica el Eclesiast¨¦s (1:2), vanidad de vanidades y todo es vanidad.
Malpaso
Se dir¨ªa que Malpaso, la editorial que dirigen Juli¨¢n Vi?uales y Malcolm Otero Barral, dos tipos con pedigr¨ª libresco, ha puesto un tigre en su motor, como rezaba el viejo eslogan (1959) publicitario de la gasolinera Esso (Put a Tiger in your Engine). Desde hace una temporada su producci¨®n se ha multiplicado exponencialmente o, al menos, se ha dotado de una visibilidad de la que antes carec¨ªa. Y lo cierto es que sus libros ¡ªtapa dura con fondo negro y cortes color parch¨ªs¡ª no pasan inadvertidos en el tupido y agobiante bosque de ef¨ªmeras novedades editoriales. Fieles a su motto mercadot¨¦cnico, Malpaso ofrece ¡°dos libros por uno¡±, incluyendo el e-book correspondiente en el precio del libro de papel. Entre las numerosas novedades de su atractivo cat¨¢logo, he le¨ªdo dos que me han interesado particularmente. Golpes de gracia, de Joxemari Iturralde (pr¨®logo de Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n), un narrador vasco que har¨ªamos bien en conocer mejor, es un estupendo retrato ¡ªuna novela fecundada por el relato de viajes y la cr¨®nica de altura¡ª de un d¨²o peculiar con vidas paralelas y divergentes: el formado por Paulino Uzcudun (1899-1985), uno de los mitos del boxeo espa?ol de preguerra, y luego conspicuo y furibundo franquista de primera hora, y el tambi¨¦n guipuzcoano y p¨²gil Isidoro Gazta?aga Otegui (1899-1944), alias El Martillo Pil¨®n, especie de contrafigura de su paisano, que acab¨® asesinado en una pelea de bar en La Quiaca (Argentina) por un marido celoso que le descerraj¨® tres tiros. Ambos fueron, de diferente modo, dos leyendas (m¨¢s misterioso Gazta?aga) y sendos ¡°juguetes rotos¡±: uno, Uzcudun, mimado por la dictadura (el m¨¦dico personal de Franco era el presidente de la federaci¨®n de boxeo), y otro, Gazta?aga, ignorado y vilipendiado en su tierra. Muy diferente es Gillamismos (me gusta m¨¢s el matiz ¡°al modo de¡±, impl¨ªcito en el t¨ªtulo original Gilliamesque), un disparatado y brillant¨ªsimo libro en el que el director, guionista y actor (entre otras cosas) Terry Gilliam (1940), uno de los animadores y componentes del grupo Monty Python, ha plasmado, entre dibujos, collages, fotograf¨ªas in¨¦ditas y salvajismos de maquetaci¨®n, lo que llama sus ¡°memorias prep¨®stumas¡±. Una autobiograf¨ªa irreverente, pol¨ªticamente incorrecta y apasionante (sobre todo su primera parte) de uno de los grandes de la comedia de finales del siglo XX.
Camilleri
El ¨²nico reparo que puedo poner a Una voz en la noche (Salamandra), la ¨²ltima aventura publicada en espa?ol de mi admirado comisario Montalbano, el magistral sabueso creado por Andrea Camilleri (Porto Empedocle, 1925), es que ya conoc¨ªa su versi¨®n televisiva protagonizada por el estupendo Luca Zingaretti. Como me ocurre con cada nueva aventura, esper¨¦ para hincarle el diente al viernes por la noche, porque mi experiencia es que una vez que empiezo ya no puedo parar, de manera que m¨¢s vale no tener que madrugar. En esta ocasi¨®n, Montalbano, que cumple 58 a?os y resiente con melancol¨ªa el paso del tiempo, se enfrenta de nuevo con el poder de la Mafia y las tramas provinciales de corrupci¨®n. Un suicidio, un asesinato, y los ¨¢nimos de los habitantes de Vigata conspiran para que el habitualmente tranquilo Salvo Montalbano pierda incluso su proverbial apetito. De Camilleri, por cierto, Gallo Nero ha publicado el librito Gotas de Sicilia, que re¨²ne algunos relatos y vi?etas en los que los lectores de su obra encontrar¨¢n mucho del color local y de los retratos de personajes que le gustan al autor.
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