Un escritor enemigo de su propia obra
Desaparecido hace tiempo de la escena literaria, nos llegan, pocos meses despu¨¦s de su muerte, las poes¨ªas completas de Carlos Sahag¨²n, el gran tapado de la generaci¨®n del 50
Siendo la egolatr¨ªa tan frecuente entre poetas, sorprende el caso de Carlos Sahag¨²n (Onil, 1938-Madrid, 2015), de cuya aparente inexistencia socioliteraria no tienen la culpa ni cr¨ªticos torpes ni poetas envidiosos. Fue ¨¦l quien se esforz¨® en desaparecer, y eso que con solo diecinueve a?os hab¨ªa obtenido el premio Adon¨¢is con Profec¨ªas del agua, libro inici¨¢tico que encabeza esta reuni¨®n de sus poes¨ªas completas. En rigor, no lo son, pues con buen criterio no figura en ellas Hombre naciente (1955), que public¨® apenas adolescente y cuyos sonetos est¨¢n colonizados por la ret¨®rica de Miguel Hern¨¢ndez.
Excluida esa plaquette, sus dos primeros libros son Profec¨ªas del agua (1958) y Como si hubiera muerto un ni?o (1961): ambos hacen de su autor quiz¨¢ el principal poeta de la infancia de entre los de su tiempo hist¨®rico. Pero el ni?o de la poes¨ªa sahaguniana no es el soberano de un universo arc¨¢dico, ni el adulto que recupera el estado de gracia originario y rural, al modo de Seamus Heaney en Muerte de un naturalista; ni siquiera el so?ador que contempla afligido la distancia entre la vida que se intuye fuera y la sordidez cotidiana, como Mart¨ªnez Sarri¨®n en Teatro de operaciones. El ni?o que asoma en Sahag¨²n es hijo de vencidos, heredero de una historia ¡°de despojos guerreros y de hambre¡±, al t¨¦rmino de la cual hay una desolaci¨®n ontol¨®gica.
Hasta 1973 no public¨® Estar contigo, el libro m¨¢s heterog¨¦neo de los suyos, donde junto a excelentes poemas amorosos abundan las composiciones de tema c¨ªvico y pol¨ªtico (muerte del ¡°Che¡±, Manifiesto comunista...), con algunas ingenuidades catequ¨¦ticas. La muerte de Franco produjo al menos dos poemas que valen por ellos mismos. Uno es ¡®Corona f¨²nebre¡¯, de Jos¨¦ ?ngel Valente, publicado en Cuadernos de Ruedo Ib¨¦rico (1975) y no recogido en Punto cero. El otro es de Sahag¨²n: se titula ¡®Epitafio sin amor¡¯ y pertenece a Estar contigo. En ¨¦l refiere (?en 1973!) los efectos de la muerte del dictador como si ya hubiera sucedido: ¡°Mientras vivi¨®, permaneci¨® en lo alto. Hoy quedan / retratos pisoteados, libros y paneg¨ªricos, / y algo como un horror en la conciencia / colectiva¡±...
En 1979 apareci¨® Primer y ¨²ltimo oficio, parte del cual hab¨ªa anticipado en la reuni¨®n de su obra Memorial de la noche (1976). A pesar de valerle el Premio Nacional de Poes¨ªa, fue entonces cuando decidi¨® desaparecer. Se trata del mejor libro de los suyos, por su densidad verbal, el abismamiento ps¨ªquico y su belleza atribulada. Ensimismado en su desolaci¨®n como Gamoneda, aunque m¨¢s contenido en la dicci¨®n y sin su tono oracular, Sahag¨²n es tambi¨¦n ajeno al burbujeo l¨¦xico y la iron¨ªa habituales en los del medio siglo a los que, a pesar de su juventud, se le asimila (cuando intenta esa entonaci¨®n, como en ¡®De la vida en provincias¡¯, la iron¨ªa se agr¨ªa y termina en sarcasmo).
Por su aflicci¨®n ps¨ªquica y su severidad mate, casi opaca, esta poes¨ªa tiene pocos precedentes en la literatura espa?ola, en que la desesperaci¨®n suele verbalizarse mediante el desgarr¨®n interjectivo, a veces aspaventero. Parad¨®jicamente, la pesadumbre de Sahag¨²n embriaga al lector con la tenuidad de su m¨²sica, especialmente en esos romances eneas¨ªlabos donde se al¨ªan levedad de forma y gravidez de concepto. En ¡®Final de f¨¢bula¡¯, cuyo arranque recrea el planto de Pleberio de La Celestina (¡°?Y para qui¨¦n constru¨ª nav¨ªos?¡±), va desvelando el enga?o existencial a medida que discurre hacia un final donde la interrogaci¨®n del inicio se aboca a una enunciaci¨®n que congela el aliento: ¡°Hoy hemos visto en el silencio / del mar su t¨¦rmino terrible: / los nav¨ªos no zarpar¨¢n, / las islas remotas no existen¡±.
Aunque durante mucho tiempo Sahag¨²n se neg¨® a publicar obra nueva y hasta a reeditar la publicada, sabemos que continu¨® escribiendo, como lo evidencian los 28 poemas in¨¦ditos que cierran este volumen, en la l¨ªnea de Primer y ¨²ltimo oficio: ¡°Hasta la orilla hemos llegado, / hasta donde el caballo se para / por miedo tal vez. Esa puerta, / enmarcada en el aire puro, / ?da a los establos o a la muerte?¡±. Mientras los fue componiendo, pens¨® titularlos El lugar de los p¨¢jaros; pero en el manuscrito que ultim¨® antes de morir sustituy¨® ese t¨ªtulo por el mucho m¨¢s neutro de?ltimos poemas (1978-2000). Fue su ¨²ltima lecci¨®n de estilo.
Poes¨ªas completas (1957-2000). Carlos Sahag¨²n. Renacimiento. Sevilla, 2015. 276 p¨¢ginas. 19 euros
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