Paseo por las grandes exposiciones de Nueva York
La muestra de Marcel Broodthaers es una de las visitas inexcusables de la temporada
La especialidad m¨¢s popular en los restaurantes belgas es el mejill¨®n, casi un s¨ªmbolo de su identidad. Pero la palabra moule, que as¨ª se le llama en franc¨¦s, da m¨¢s juego que la simple degustaci¨®n del rico molusco. En funci¨®n de su contexto, moule puede tener que ver con moldes, con adaptaci¨®n, con reparto, con archivo. Y as¨ª lo expresa Marcel Broodthaers (Saint-Gilles, Bruselas,1924 ¡ª Colonia,1976) en el poema titulado El triunfo del mejill¨®n, que forma parte de la gran retrospectiva que el MoMA dedica al influyente artista belga, considerado el precursor de las instalaciones. La exposici¨®n de Broodthaers, coproducida con el Reina Sof¨ªa (llegar¨¢ a Madrid en octubre), es una de las visitas inexcusables de la temporada de primavera-verano de las exposiciones de la ciudad de Nueva York; una temporada en la que las muestras monogr¨¢ficas (Degas y Pollock en el MoMA, Munch Expresionista en la Neue, Van Dyck en la Frick, Elisabeth Vig¨¦e Lebrun en el MET y Peter Fischli y David Weiss en el Guggenheim) compiten con ins¨®litas propuestas tem¨¢ticas como el espionaje masivo (Laura Poitras en el Whitney; Historias de cr¨ªmenes, en el MET o las obras inacabadas de los artistas en el nuevo espacio estrella de la temporada: el Met Breuer).
Munch y el Expresionismo. Neue Gallerie. (hasta el 13 de junio)
Muy diferente a la que se ha podido ver en el Thyssen, la exposici¨®n de la Neue pone en relaci¨®n la obra de Munch con sus contempor¨¢neos alemanes y austr¨ªacos y la influencia que ejerci¨® sobre los artistas posteriores. En torno a su obra m¨¢s popular y multimillonaria,?El grito?(91,2 millones de euros en 2012), entronizada en una sala especial, se exhiben obras clave realizadas durante sus largas estancias fuera de su pa¨ªs de origen, Noruega. Esas piezas maestras (35 pinturas y 50 trabajos en papel) cuelgan junto a artistas imprescindibles del Expresionismo como Richard Gerstl, Oskar Kokoschka y Egon Schiele, y los alemanes Max Beckmann, Erich Heckel, Ernst Ludwig Kirchner, Gabriele M¨¹nter y Emil Nolde.
Van Dyck. Anatom¨ªa del Retrato. Colecci¨®n Frick. (Hasta el 5 de junio)
La Frick, uno de los museos m¨¢s bellos y menos visitado por los turistas, dedica su gran exposici¨®n de la temporada a Van Dyck (1599-1641), con un centenar de retratos realizados en su Flandes natal, Italia, Francia y, sobre todo, en Londres, donde fue retratista oficial en la corte de Carlos I. La sucesi¨®n de rostros muestra su impresionante inventiva y capacidad para extraer al lienzo el interior de sus personajes. Van Dyck utiliz¨® el g¨¦nero para experimentar su conocimiento de la pintura y el tratamiento de los personajes. Dos salas de la exposici¨®n est¨¢n destinadas exclusivamente a desmenuzar los ensayos que realizaba con cada uno de los personajes en los dibujos previos y en los trabajos preparatorios que hac¨ªa sobre las telas. Imperceptibles a veces, a la entrada de la exposici¨®n, el visitante dispone de unas grandes lupas con las que poder aproximarse a la obra y percibir al detalle los planteamientos con los que se aproximaba a sus personajes. Un mundo muy diferente al que se percibe en la otra exposici¨®n dedicada al retrato en el Metropolitan, dedicada a la obra de Elisabeth Vig¨¦e Lebrun, mujer y artista en la Francia revolucionaria. Es verdad que la artista francesa, retratista oficial de Mar¨ªa Antonieta, dej¨® numeros¨ªsimos retratos de la corte francesa y de las europeas de la ¨¦poca (83 obras, fundamentalmente retratos femeninos; solo hay 12 masculinos y tres de ni?os) Puede decirse que retrat¨® a todas las grandes damas de aquellos a?os, pero lo suyo es una sucesi¨®n de bell¨ªsimos rostros casi id¨¦nticos desprovistos del alma y de los sentimientos que vemos en los retratos de Van Dyck.
Historias de cr¨ªmenes. MET.?(Hasta el 31 de julio)
Las historias de sucesos han ejercido siempre una tremenda atracci¨®n entre los fot¨®grafos. Vinculados a medios period¨ªsticos o sorprendidos mientras deambulaban por las calles, ninguno ha rechazado la ocasi¨®n de enfocar el objetivo hacia al llamado lugar de los hechos. Cosa distinta es el tratamiento que cada uno haya hecho de la historia que ten¨ªan delante. Esta exposici¨®n recoge 70 obras de fotoperiodistas y de artistas como Richard Avedon, Larry Clark, Walker Evans, John Gutmann, Andy Warhol, y Weegee. Las im¨¢genes son, casi siempre, impactantes: desde la portera que acaban de matar para robarle los ahorros, hasta un reo instantes antes de ser ejecutado en la silla el¨¦ctrica, o Pattty Hearst con el Ej¨¦rcito Simbi¨®tico de Liberaci¨®n, en 1974.
Unfinished. Thoughts Left Visible. MET Breuer.?(4 de septiembre)
Uno de los grandes acontecimientos culturales de la temporada en Nueva York ha sido la reapertura del espacio en el que se alojaba el viejo Whitney. Convertido en sede de exposiciones temporales de arte contempor¨¢neo del Metropolitan, a pocos metros de distancia, el edificio ha sido rehabilitado y remozado con escrupulosa fidelidad a la construcci¨®n original de Marcel Breuer, de quien ha heredado el nombre. Su medi¨¢tica reapertura ha estado protagonizada por dos importantes exposiciones. Una de ellas est¨¢ dedicada a la artista india Nasreen Mohamedi (1937-1990), una coproducci¨®n con el Reina Sof¨ªa que se pudo ver en Madrid en 2015. La otra, es Unfinished, una interesante reflexi¨®n sobre cuando se considera que una obra de arte est¨¢ terminada y qu¨¦ causas lo determinan. Los casos y las respuestas son casi tan diferentes como las 197 obras que integran la exposici¨®n y que van desde el Renacimiento hasta la actualidad. Leonardo, Vel¨¢zquez, Goya, Tiziano, Rembrandt, Turner, Paul C¨¦zanne, Jackson Pollock, Robert Rauschenberg o Picasso son algunos de los artistas de los que se muestran obras sin terminar. Los accidentes, el enfado de los mecenas, el arrepentimiento, son algunas de las causas. Pero tambi¨¦n las modas o el trabajo en serie que hace que unas obras se encadenen a otras. Y como curiosidad, todo un movimiento se?alado como los el de los artistas que dejaron m¨¢s cuadros sin acabar: los impresionistas. Seg¨²n nos cuentan en las cartelas informativas de la exposici¨®n, la persecuci¨®n de la luz era carrera a la que muchas veces llegaban sin resuello. La soluci¨®n consist¨ªa en abandonar y esperar una ocasi¨®n mejor para capturar el instante de una manera completa.
'A Strange New Beauty'. MoMA (Hasta el 24 de julio)
La obra de Edgar Degas (Par¨ªs 1834¡ª 1917) est¨¢ marcada por su af¨¢n experimentador y su b¨²squeda del perfeccionismo absoluto. Esa condici¨®n hizo de ¨¦l un permanente innovador y uno de los pioneros en artes como la fotograf¨ªa y en el empleo de la t¨¦cnica mixta. El monotipo (dibujo sobre una plancha con pigmentos frescos para conseguir una ¨²nica estampa) fue uno de sus m¨¦todos de trabajo m¨¢s utilizados y a ¨¦l est¨¢ dedicada esta exposici¨®n en la que se muestran 130 monotipos junto a 50 ¨®leos, dibujos y bocetos. Todos ellos recogen sus temas m¨¢s conocidos: bailarinas y desnudos. En las v¨ªsperas de la inauguraci¨®n de la muestra, su comisario, Jodi Hauptman, aseguraba que si bien Degas es conocido como parte esencial del movimiento impresionista, aqu¨ª se demuestra que ¡°Degas es el m¨¢s moderno, el m¨¢s experimental, el m¨¢s improvisador y el que m¨¢s riesgos fue capaz de asumir entre todos sus compa?eros de generaci¨®n¡±.
El monotipo ya hab¨ªa fascinado antes a artistas como Giorgione, Rembrandt y William Blake, pero fue Degas quien se dedic¨® a ¨¦l con mayor intensidad.
En la exposici¨®n se se?alan dos periodos muy importantes en la obra de Degas como grabador: La d¨¦cada de 1870 y la de 1890. Ayudado por su amigo y artista experimental Ludovic-Napol¨¦on Lepic (1839 ¨C1889), Degas introdujo el trazo negro en el vibrante colorido de sus cuadros, un cambio con el que el artista consigui¨® la nueva y extra?a belleza a la que alude el t¨ªtulo de la exposici¨®n.
En muchas de las l¨¢minas que se exhiben se pueden ver las raspaduras y ara?azos hechas por Degas con sus manos para conseguir determinados efectos en la obra. Es, de alguna manera, tambi¨¦n un precursor del trabajo en serie tan esencial en el arte contempor¨¢neo. Para conseguir la estampa perfecta, repet¨ªa decenas de veces una imagen que pod¨ªa ser id¨¦ntica o mostrar a la modelo en poses muy parecidas y desde distancias distintas. En uno de los textos incluidos en la exposici¨®n, se lee como Degas manifest¨® por escrito su opini¨®n sobre la propiedad de las im¨¢genes: ¡°Este es el resultado de la libertad de movimiento entre la tinta y el trapo. Por eso no puede haber control exclusivo sobre la obra. Lego mis grabados a todos los artistas y editores sin que tengan que pedir permiso o solicitarlo¡±.
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