Carlos Abella desentra?a en un libro al torero Luis Miguel Domingu¨ªn
El autor destaca la sugerente y atractiva personalidad del protagonista
El legendario Luis Miguel Domingu¨ªn es un personaje ajustado a la semblanza de la Espa?a en que vivi¨® por su sugerente y atractiva personalidad dentro y fuera de los ruedos, un hombre de ¨¦xito, que sedujo y se dej¨® seducir por las celebridades de su ¨¦poca, y que supo convertir la antipat¨ªa y provocaci¨®n en uno de sus principales atractivos.
Tal se desprende del relato de su vida, escrita por Carlos Abella bajo el t¨ªtulo de ¡®Luis Miguel Domingu¨ªn, a coraz¨®n abierto¡¯, presentado en la plaza de toros de Las Ventas, un libro que concluye que el protagonista hizo siempre ¡®lo que le dio la real gana¡¯, privilegio solo al alcance de quien adem¨¢s de esa libertad tiene ¡®el criterio y el car¨¢cter para buscar siempre un objetivo¡¯.
Dice Abella que Luis Miguel fue capaz de fascinar a hombres y mujeres, a pol¨ªticos de derechas y de izquierdas, ¡®s¨®lo porque en contra de la imagen que ¨¦l mismo cultiv¨®, su bando estuvo siempre en el coraz¨®n y en la inteligencia¡¯.
¡®Fue un gran tipo humano¡¯, recalca el autor, que durante un a?o comparti¨® con ¨¦l ¡®su memoria, sus casas, sus secretos, sus man¨ªas y su ¨²ltimo escepticismo¡¯. Y en ese tiempo Abella crey¨® encontrar en sus silencios ¡®mucha incredulidad, una cierta melancol¨ªa y mucha iron¨ªa inteligente¡¯.
Del ingenio de Luis Miguel sobresale una frase, cuando afirma que ¡®en Espa?a no se puede hablar bien de los vivos ni mal de los muertos¡¯; otra, consecuencia de su sinceridad, al confesar que ¡®si yo fuera envidioso no tendr¨ªa perd¨®n de Dios¡¯; y otra ir¨®nica que refleja su anticlericalismo, al preguntarse ¡®c¨®mo no voy a ir al cielo, si mi mujer se llama Rosario, mi finca La Virgen y mi perro Santo¡¯.
Por haber sido el n¨²mero uno de un tiempo en los ruedos, autoproclam¨¢ndose el mejor de los toreros al levantar el dedo ¨ªndice en la monumental madrile?a el 17 de mayo de 1949, y por tantos ¨¦xitos que tuvo tambi¨¦n en la vida social, code¨¢ndose con los m¨¢s grandes, -y son ejemplos muy claros la amistad con Pablo Picasso o Ava Gardner-, su figura despertaba tanta admiraci¨®n como envidia.
Por eso, dice Abella, fue el m¨¢s impopular de los populares. ¡®Porque tampoco se permiti¨® la menor concesi¨®n externa a la debilidad¡¯. Y hasta qu¨¦ extremo, ¡®por soberbia no dio un paso atr¨¢s, ni cuando el toro de la vida le embisti¨® con certera acometida¡¯.
El acto de la presentaci¨®n del libro, celebrado en la sala Antonio Bienvenida de Las Ventas, lo abri¨® Manuel ?ngel Fern¨¢ndez, sucesor de Carlos Abella en el cargo de director-gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la CAM (Comunidad de Madrid). Actu¨® como moderador el escritor y antrop¨®logo franc¨¦s Francois Zumbiehl, que homenaje¨® a Luis Miguel Domingu¨ªn ensalzando ¡®su compleja, profunda y completa personalidad en el aspecto art¨ªstico y humano¡¯.
Y dos toreros ya veteranos y retirados, m¨¢s j¨®venes que el protagonista, que tuvieron la suerte de alcanzar su influjo. Jos¨¦ Antonio Campuzano, apadrinado por Luis Miguel en su alternativa en Sevilla y la confirmaci¨®n en Madrid, dudaba si ensalzarle m¨¢s por lo que consigui¨® en los ruedos que en la calle. ¡®Este llenazo hoy aqu¨ª, con el papel acabado, es propio del maestro¡¯, dijo Campuzano.
Sebasti¨¢n Palomo Linares reflexion¨® sobre un expresivo Luis Miguel, que, seg¨²n ¨¦l, ¡®fue grande, muy grande por las cosas que dijo; y a¨²n as¨ª, ahora en el recuerdo vale m¨¢s por las cosas que call¨®¡¯.
El corolario lo puso Abella al destacar que ¡®conocer a Luis Miguel ha sido uno de los mayores privilegios de mi vida. ?l me dej¨® entrar en su memoria y en su coraz¨®n¡¯.
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