El asma de Motherwell
Dedic¨® m¨¢s de 100 lienzos a una serie titulada ¡®Eleg¨ªa por la Rep¨²blica Espa?ola¡¯
Como casi todo el mundo profesional sabe, en una axila del barrio de Chelsea, al sudoeste de Manhattan se agrupan tantas galer¨ªas de arte como tres veces las que ahora, unas 50, sobreviven en Madrid. Se trata de una aglomeraci¨®n que recuerda a una feria pero no son sino sedes de un arracimamiento art¨ªstico tan denso que comprende no solo la planta baja sino los ocho o nueve pisos que componen algunos edificios. Todo ello en un callejero inferior al del barrio de Salamanca, donde dicho sea de paso, Clubes como 567 o Matador han abierto hace poco amplios y excelentes espacios de exposici¨®n en seleccionadas viviendas de lujo.
La Frieze Art Fair de Nueva York termin¨® su proverbial delirio vanguardista el pasado 8 de mayo pero la oferta de Chelsea ha crecido como esporas de tan diferentes figuraciones que es imposible domesticar y sintetizar su repertorio. Hay raz¨®n, sin embargo, para destacar, entre su muestrario un sustancioso grupo de collages de Robert Motherwell (1915-1991) que hasta el 21 de mayo llena una de las galer¨ªas Paul Kasmin.
Motherwell, uno de los m¨¢s j¨®venes del expresionismo abstracto norteamericano fue, a su vez, el m¨¢s culto. Estudi¨® arte, historia, filosof¨ªa o psicoan¨¢lisis e imparti¨® conferencias en universidades sobre teor¨ªa del arte, algo muy excepcional en el oficio. Dec¨ªa: ¡°Es m¨¢s importante la vida que el arte pero sin arte la vida es incomparablemente m¨¢s pobre¡±.
Y redoblaba: ¡°Un arte sin conciencia es solo decoraci¨®n¡±. De modo que horrorizado por nuestra Guerra Civil dedic¨® m¨¢s de cien lienzos a una serie titulada Eleg¨ªa por la Rep¨²blica Espa?ola. Obra que se extendi¨® desde 1948 hasta unos 20 a?os m¨¢s tarde.
Precisamente en algunos de los collages expuestos en la Paul Kasmin Gallery aparecen fragmentos de sobres timbrados con el rostro de Franco, testimonio de su continuada relaci¨®n postal con amigos y colegas espa?oles durante la dictadura.
En cuanto g¨¦nero, el collage mismo, fue originariamente un instrumento para la subversi¨®n. Naci¨® como una deriva del cubismo en las v¨ªsperas de la I Guerra Mundial y tanto el Dada como el Surrealismo o el Constructivismo lo utilizaron provocadoramente.
Con todo, la peculiaridad del collage que ahora se exhibe en Chelsea no representa tanto un impacto explosivo como una meditaci¨®n ¨ªntima, como tambi¨¦n por ¨¦pocas hizo Picasso, Braque o Matisse. En este caso los recortes act¨²an como pinturas y su mayor valor radica en el potencial vigor de sus colores y sus formas. Por ello, todos los que tuvieron (tuvimos) una memoria de Motherwell basada sobre todo en el blanco y negro de sus grandes lienzos hallar¨¢n en esta muestra encalmada (?trasunto de su grave asma?) a un artista especialmente intimista. Lo que no quita para que la obra se comporte, al fin, como una firme melancol¨ªa en vindicaci¨®n de las v¨ªctimas de cualquier tragedia e injusticia, militar o no.
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