¡°Me gusta que mi peluquera diga que ha le¨ªdo mis libros¡±
El escritor y jurista alem¨¢n Bernhard Schlink, autor de la exitosa ¡®El lector¡¯, publica su ¨²ltima novela, ¡®Mujer bajando una escalera¡¯
?Bastan 14 d¨ªas para cambiar el rumbo de una existencia vac¨ªa? ?Incluso si uno percibe el fracaso solo al final de su vida? A estas preguntas trata de responder Bernhard Schlink (Bielefeld, 1944) con Mujer bajando una escalera, la novela publicada hace dos a?os en Alemania y que ahora Anagrama edita en espa?ol. El autor de la exitos¨ªsima El lector volvi¨® a la lista de bestsellers con una obra de f¨¢cil digesti¨®n que la cr¨ªtica alemana recibi¨® con tibieza. Pero a Schlink no parece importarle demasiado. ?l se enorgullece al proclamarse como un ¡°escritor de masas¡±. ¡°No escribo solo para lectores de los suplementos culturales. Me gusta ir a cortarme el pelo y que la peluquera me diga que ha le¨ªdo mis libros, y que le han gustado¡±, asegura desde una terraza del barrio berlin¨¦s de Sch?neberg en una ma?ana primaveral.
¡°Merkel no ha pensado en Europa¡±
Schlink, militante socialdem¨®crata desde hace d¨¦cadas, est¨¢ muy preocupado por la crisis que atraviesa su partido y el ascenso de los populismos en toda Europa. ¡°Fue un gran error aliarse con los democristianos de Angela Merkel en lugar en encabezar una coalici¨®n con los verdes y Die Linke (La Izquierda). Las grandes coaliciones no traen nada bueno, solo hacen m¨¢s fuertes a los extremistas. Y los socialdem¨®cratas volver¨¢n a perder el pr¨®ximo a?o¡±, sostiene.
Tambi¨¦n es muy cr¨ªtico con la pol¨ªtica de Merkel. Pese a reconocer sus buenos prop¨®sitos al acoger a los refugiados, Schlink reprocha a la canciller alemana no haber pensado en clave europea. ¡°No habl¨® antes con los socios europeos para buscar a una soluci¨®n a la crisis migratoria. Se precipit¨®, y se encontr¨® con una oposici¨®n tan grande que ahora ha tenido que hacer lo que al principio rechazaba, cerrar las fronteras. Su pol¨ªtica no ha sido buena¡±.
Como ya hizo en El lector, Schlink desliza en su ¨²ltima novela un canto a la importancia de la narraci¨®n en las relaciones amorosas. No se trata aqu¨ª de un adolescente que lea a su amante los cl¨¢sicos de la literatura alemana. El protagonista de Mujer bajando una escalera, un abogado que ya ha cumplido los 70, aprovecha el escaso tiempo que le queda con la mujer que siempre ha amado reconstruyendo la historia en com¨²n que pudieron haber compartido y que nunca sucedi¨®. ¡°El hecho de contar algo es consustancial al amor. Cuando se quiere a alguien, tambi¨¦n quieres abrirle los ojos a otros mundos¡±, asegura.
Es precisamente esa necesidad de entrar en nuevos mundos lo que empuj¨® a Schlink a la literatura. Con una s¨®lida carrera como juez y profesor de derecho a sus espaldas, public¨® primero relatos policiacos y m¨¢s tarde novelas en las que mezclaba su pasi¨®n por el derecho con la exploraci¨®n del pasado. La literatura y el derecho, sostiene, no est¨¢n tan alejadas. Ambas tienen como herramientas las palabras. ¡°Hoy abunda un uso horrible del lenguaje jur¨ªdico; pero si lees a autores cl¨¢sicos del derecho como Savigny o Schmitt, te das cuenta del idioma tan preciso y con tanta fuerza que usaban¡±.
Pese a las novedades que presente, las preguntas siempre acaban volviendo a El Lector. ?C¨®mo se relaciona con un libro que ha sido traducido a 55 idiomas, el ¨²ltimo de ellos el mongol? ?No se desarrolla una extra?a relaci¨®n de amor-odio? ¡°Si lo hubiera escrito con 20 a?os, habr¨ªa sido m¨¢s dif¨ªcil. Pero viv¨ª ese ¨¦xito tan espectacular cuando ya era profesor en la Universidad y juez. Fue una experiencia tranquila que pude disfrutar¡±, responde. Como disfrut¨® tambi¨¦n viendo a Kate Winslet, actriz que ¨¦l hab¨ªa propuesto desde el principio, interpretar a la Hanna de la novela. El lector protagoniz¨® una peque?a pol¨¦mica cuando recibi¨® acusaciones de ejercer una especie de ¡°pornograf¨ªa de la cultura¡± que relativizaba el concepto de culpa por los cr¨ªmenes nacionalsocialistas. A Schlink le parece esta cr¨ªtica ¡°bastante tonta¡±. ¡°Veo otros fallos en el libro. Cuando lo releo en p¨²blico, hay cosas que no me gustan o que hoy escribir¨ªa de otra forma¡±.
El pasado y la turbulenta historia del siglo XX alem¨¢n juegan tambi¨¦n un papel importante en Mujer bajando una escalera. Pese a no mencionar en ning¨²n momento el nombre de las RAF, el terrorismo de izquierdas que asol¨® el pa¨ªs en los a?os setenta se esconde al fondo de la historia. Schlink, como muchos de sus contempor¨¢neos, ha arrastrado el horror nazi, una carga cada vez menos pesada para las nuevas generaciones. ¡°No conozco a nadie de mi edad que tarde o temprano no haya tenido que enfrentarse a nuestra historia. Nos pes¨® la sensaci¨®n de que mientras crec¨ªamos se manten¨ªa en silencio algo que hab¨ªa marcado a nuestros padres. Y tuvimos la necesidad de hablar de ello. Saber a qu¨¦ respond¨ªa ese silencio¡±, concluye.
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