Mano de piedra tumba la pantalla
¡®Hands of Stone¡¯, el ¡®biopic¡¯ sobre el boxeador Roberto Dur¨¢n, se lleva grandes ovaciones en el festival de Cannes


Roberto Mano de piedra Dur¨¢n no fue un santo. Ni lo quiso. Jonathan Jakubowicz lo sabe, lo entiende y en Hands of Stone decidi¨® como director sublimar el boxeo, el deporte en el que se convirti¨® en una leyenda del peso ligero. H¨¢bil apuesta, que se ha convertido en una de las pel¨ªculas proyectadas en Cannes en la secci¨®n Oficial, aunque fuera de concurso. Mucho tuvo que ver su fuerza en pantalla, y otro mucho que la distribuya The Weinstein Company.
A pesar de que Edgar Ram¨ªrez encarne a Dur¨¢n ¡ªquien por cierto asisti¨® al estreno en el certamen franc¨¦s¡ª, de que Robert De Niro d¨¦ vida a su entrenador (Ray Arcel), a las apariciones de Ana de Armas, Ellen Bakin, Rub¨¦n Blades, John Turturro y de Usher dando vida a otro grande del cuadril¨¢tero, Sugar Ray Leonard, y del respaldo de Harvey Weinstein, el venezolano Jakubowicz (Caracas, 1978), que llam¨® la atenci¨®n cin¨¦fila con Secuestro express (2005), insiste en el tama?o mediano de su producci¨®n. Sentado en una de las carpas colocadas en el techo del Palacio de Festivales, epicentro del certamen, se confiesa cansado de un d¨ªa de promoci¨®n y encantado de hablar en espa?ol: ¡°Ha sido un viaje muy largo. Obviamente, en alg¨²n momento sentimos miedo de no arribar a buen puerto. Pero nos iban pasando cosas tan maravillosas que eso nos empujaba a llegar. El rodaje fue incre¨ªble, la responsabilidad crec¨ªa y eso acab¨® en una ansiedad por llegar¡±.
Hands of Stone nunca fue, seg¨²n su director, una gran producci¨®n hollywoodiense. ¡°La pel¨ªcula la produjo mi esposa, y todo se hizo en el sal¨®n de nuestra casa [en Panam¨¢, aunque Jakubowicz reparte su tiempo entre esta ciudad y Los ?ngeles]. En pantalla se ve grande porque todo lo pusimos en la pantalla. Edgar la llama la pel¨ªcula de la nona porque nunca abandon¨® la idea de proyecto familiar. La sala de montaje estaba incluso al lado de nuestro apartamento. Eso nos llev¨® a otros miedos, como cuando eres consciente que en una semana llega Robert De Niro al rodaje a Panam¨¢. Es m¨¢s, hubo unas inundaciones y De Niro ten¨ªa que saltar charcos para llegar a su caravana. Fue todo muy indie, muy folclore latinoamericano, aunque con la ambici¨®n siempre de una factura internacional. Y eso sab¨ªa que lo lograr¨ªamos¡±. Agradece cada una de las interpretaciones de sus actores ¡ª¡°Han sido un regalo para m¨ª¡±¡ª y confiesa que quien peor lo pas¨® fue Usher: ¡°Porque ¨¦l es m¨²sico, no actor, pero lo rodeamos de muy buenos profesionales, y tuvo que crecerse para no deslucir¡±. En pantalla Usher Raymond nunca sale de frente, sino de perfil. ?Para parecerse a¨²n m¨¢s a Sugar Ray Leonard, al que recuerda much¨ªsimo sin a?adidos prot¨¦sicos? ¡°No. Lo he hecho porque la gente ya ha visto demasiado su cara en videoclips¡ Nadie filma video musicales de lado¡±, y se echa a re¨ªr.
Para Jakubowicz la labor de un director de cine es id¨¦ntica a la de un director de orquesta: ¡°No toco ning¨²n instrumento, pero si logro que cada miembro de mi equipo haga su labor lo mejor que nunca y suenen de manera afinada puedo crear algo maravilloso¡±. El cineasta quiere dejar claro que no quiere perderse en cantos de sirena. ¡°Mi ambici¨®n es contar solo las historias que yo s¨¦ que podr¨¦ contar mejor que nadie. Hacer una pel¨ªcula es algo muy dif¨ªcil, se hacen muchas, as¨ª que la mejor manera de triunfar es apostar por ese aspecto personal. Yo soy latinoamericano y jud¨ªo, y Hands of Stone es la pel¨ªcula de un boxeador latinoamericano con entrenador jud¨ªo. Conozco ambas culturas, siento que no hay muchos directores capacitados para mezclar los dos mundos, y eso me legitima a hacer esta pel¨ªcula¡±. Adem¨¢s, por supuesto, de ser fan de Dur¨¢n. ¡°La primera persona a la que o¨ª hablar de Mano de piedra fue a mi padre en mi ni?ez. El nombre Mano de Piedra Dur¨¢n suena en la mente de un ni?o a superh¨¦roe. En Venezuela era un ¨ªdolo. Mi primera reacci¨®n cuando empec¨¦ con el proyecto fue pensar que ser¨ªa un filme con el que mi pap¨¢ estar¨ªa orgulloso, y a veces esas motivaciones son m¨¢s importantes de lo que uno cree¡±.
Que Dur¨¢n estuviera cerca del proyecto, hizo sentir al director ¡°miedo¡±. ¡°?l no hab¨ªa visto finalizada la pel¨ªcula hasta la proyecci¨®n aqu¨ª. Y pod¨ªa haberse parado, haberme dado una trompada que me enviara a casa y adi¨®s a mi carrera. Pero yo sab¨ªa que le iba a gustar, aunque no imaginaba que la iba a conmover tanto. Me impresion¨® verle llorar¡ y lo hicimos todos. SI la leyenda llora, lo hacemos todos. ?l nunca trat¨® de venderle a nadie la idea que hubiera sido un santo, una ventaja para quienes nos acercamos a su vida y algo que hace interesante esta historia, porque hay muchos h¨¦roes aburridos. Dur¨¢n nunca lo fue, especialmente cuando hace cosas que como espectador no quieres que haga. Eso a m¨ª me fascin¨® siempre de su biograf¨ªa¡±. Finalmente, el estreno ha supuesto un alivio emocional para el cineasta. ¡°Mi esposa se sent¨® a su lado durante la gala, y sud¨® bastante hasta que vio sus l¨¢grimas¡±. El boxeador hab¨ªa encontrado la paz en la pantalla.
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