Pensar sin represi¨®n

Brillante art¨ªculo period¨ªstico de 1823, El arte de convertirse en un escritor original en tres d¨ªas parece redactado hoy mismo. Es un ejercicio para almas pusil¨¢nimes ante la p¨¢gina en blanco. Su autor: Ludwig B?rne, particularmente famoso por su choque con Heinrich Heine en la definici¨®n del papel del intelectual moderno: una disputa que en lengua alemana inauguraron estos dos pensadores y que, como dice Enzensberger, sigue vigente desde entonces y sin que se vislumbre un final.

Tambi¨¦n el art¨ªculo de B?rne sobre la originalidad sigue vigente: ¡°Durante tres d¨ªas seguidos escribid, sin falsedad ni hipocres¨ªa, todo lo que se os pase por la cabeza. Escribid lo que pens¨¢is de vosotros mismos, de vuestras mujeres, de la guerra con los turcos, del Juicio Final, de vuestros superiores; y una vez transcurridos esos tres d¨ªas os quedar¨¦is pasmados de la cantidad de ocurrencias inauditas que hab¨¦is tenido. En esto consiste el arte de convertirse en tres d¨ªas en un escritor original¡±.

A B?rne le sublevaban los que se reprimen al pensar y escribir, aquellos que quieren descollar sobre un colega, pero no saben que para superarle es preciso situarse a su altura y de entrada, ser valiente y enfilar su mismo camino: ¡°Quien atiende a su voz interior en vez de al vocer¨ªo siempre ser¨¢ original. Pero no hay que censurarse, hay que escribir¡±. En definitiva, se trata de pensar por cuenta propia, y hacerlo ¨Cah¨ª est¨¢ la clave¨C ¡°sin falsedad ni hipocres¨ªa¡±, sin temor a lo que vayan a decir los mediocres. Se suele repetir que Freud utiliz¨® el art¨ªculo de B?rne para su t¨¦cnica terap¨¦utica de la asociaci¨®n libre. Pero en realidad, ya desde Montaigne, la gran literatura ven¨ªa trabajando en la reproducci¨®n del flujo de conciencia.

Precisamente B?rne y Heine abren La eternidad de un d¨ªa, antolog¨ªa de grandes cl¨¢sicos del periodismo literario alem¨¢n que abarca de 1823 a 1934 (publicada por Acantilado y prologada, seleccionada, anotada y traducida sabiamente por Francisco Uzcanga Meinecke). Abre B?rne con sus consejos para ser originales y contin¨²a Heine con una cr¨®nica sobre un concierto de Paganini. Siguen luego, en su vertiente period¨ªstica, una serie de genios literarios de primer orden: Walter Benjamin, Joseph Roth, Karl Kraus, Robert Musil, Alfred Polgar, Else Feldmann, Robert Walser, ?d?n Von Horv¨¢th¡­Tambi¨¦n estos art¨ªculos period¨ªsticos sorprenden por su contemporaneidad, buena prueba de que el ant¨®logo ha seleccionado con meticuloso criterio.

Dispuestas por orden cronol¨®gico, van desfilando obras maestras de la prensa cultural alemana: algunas autorreferenciales (discurriendo sobre el g¨¦nero mismo), todas reflejando las tendencias m¨¢s acusadas de cada ¨¦poca; por ejemplo, la progresiva politizaci¨®n a lo largo de la Rep¨²blica de Weimar.

Me gusta la literatura que no est¨¢ muy segura de s¨ª misma, pero a la vez tambi¨¦n esta prosa alemana tan segura, tan vanidosa incluso: prosa audaz, capaz de pensar sin la menor represi¨®n; un periodismo potente, de cr¨ªtica cultural libre, que vence al tiempo por su permanente huida del vocer¨ªo general.