?Es Joseph Kessel un esteta?
La literatura es fuente inagotable para el teatro. Sin l¨ªmites. Novelas tan complejas en tiempo y espacio como La calle de los cocodrilos de Bruno Schulz o El maestro y Margarita de Mija¨ªl Bulg¨¢kov han sido trasladas con ¨¦xito al escenario, ambas, casualmente, por los Complicit¨¦. ?A qu¨¦ viene esta relaci¨®n de ideas? ?Este no es un espacio dedicado a Els cors purs de Joseph Kessel y a su dramatizaci¨®n firmada por Oriol Broggi y Marc Artigau? La culpa es de la levitaci¨®n. De un truco ¨CBorja Espinosa y Miranda Gas flotando en el escenario del Romea observados en tierra por Jacob Torres¨C que modifica el deseado equilibrio entre el sencillo relato novelado que un autor forastero hace de la guerra civil irlandesa, y la violencia que desata en el seno de las familias, y la continua persecuci¨®n de la belleza del director.
Montaje de gran est¨¦tica. Marca de la casa. Delicada iluminaci¨®n de Pep Barcons para jugar con la penumbra n¨®rdica, po¨¦ticas proyecciones de Francesc Isern para cubrir toda Irlanda y el teatro con un manto de nieve. Et¨¦rea voz de Miranda Gas para envolver al p¨²blico con la melancol¨ªa de las canciones irlandesas o sus almas gemelas. Sillas, personajes y pianos suspendidos en el aire. Fragmentos de literaturas c¨®mplices. Un hermoso despliegue para vestir de drama las sesenta contadas p¨¢ginas de Mary de Cork, una de las tres novelas cortas (reunidas en Les coeurs purs) que Kessel dedic¨® a los corazones que conf¨ªan en el instinto, en las emociones simples y directas, aunque esa pureza abrace tambi¨¦n la violencia.
ELS CORS PURS
De Joseph Kessel. Direcci¨®n: Oriol Broggi. Int¨¦rpretes: Borja Espinosa, Miranda Gas y Jacob Torres. Dramaturgia: Marc Artigau y Oriol Broggi. Traducci¨®n: Ramon Vila. Teatre Romea, 11 de mayo.
La rica prosa del autor ruso-galo quiz¨¢ nunca se imagin¨® compitiendo con el universo on¨ªrico de Chagall, inspiraci¨®n confesa de Broggi, y quiz¨¢ siga sin entenderse aunque existan puntuales conexiones biogr¨¢ficas entre el literato y el pintor. Pero sus mundos creativos parecen bastante lejanos. Kessel es un periodista con impulso aventurero y un exquisito traductor de experiencias vividas. Un gran constructor de im¨¢genes y atm¨®sferas pero sin entrar en los dominios est¨¦ticos de los simbolistas. Un lirismo con los pies en la tierra. Su prosa no flota. Posee una sencilla complejidad en cierta manera ahogada en esta puesta en escena. Quiz¨¢ ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil conectar con ella en un entorno m¨¢s simple donde se perciba con mayor claridad el porqu¨¦ de una narraci¨®n concentrada en sesenta p¨¢ginas para desembocar en un parricidio inducido por diferencias ideol¨®gicas, por distintas visiones pol¨ªticas.
Una tragedia que podr¨ªa haber captado la atenci¨®n de Broggi en la preparaci¨®n de A nostre gust y entonces descartada ¨Ccomo otros muchos materiales barajados¨C es rescatada ahora como pieza aut¨®noma para sumarse al manifiesto est¨¦tico que defiende t¨ªtulo tras t¨ªtulo, montaje tras montaje su impulsor. Como Ulises pavimentando de belleza su largo viaje de retorno a ?taca.
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