Quito instala la vitrina del cine documental

¡°Los festivales de cine, de m¨²sica, de teatro han ido desapareciendo en Ecuador en los ¨²ltimos a?os por falta de financiaci¨®n. Por eso el EDOC, que el a?o pasado tuvo m¨¢s de 18.000 espectadores, es un espacio de resistencia¡±, asegura Sarmiento y a?ade: ¡°Lo llevamos haciendo 15 a?os y en este tiempo hemos creado un p¨²blico para el documental de creaci¨®n y aqu¨ª tambi¨¦n se han formado los cineastas del Ecuador que producen cada vez obras m¨¢s interesantes¡±.

La producci¨®n local que ha llegado al festival este a?o es muy significativa. Diez cineastas ecuatorianos presentan sus filmes en la secci¨®n C¨®mo nos vemos. Los temas son muy variados, al igual que los estilos visuales y narrativos. ¡°El cine documental abri¨® el debate en torno a temas que eran tab¨² en el pa¨ªs, como la experiencia guerrillera de Alfaro Vive Carajo o temas pol¨¦micos como la explotaci¨®n petrolera o minera en los territorios de los pueblos ind¨ªgenas¡±, explica Sarmiento. ¡°Esas l¨ªneas de inter¨¦s se mantienen entre los realizadores, pero aparecen otras m¨¢s introspectivas o m¨¢s ligadas a una reflexi¨®n sobre el sujeto que narra, o que observa, o sobre los dilemas existenciales propios de una sociedad sujeta a tantas formas de violencia pasiva como la nuestra¡±.

Explorando en la memoria familiar, por ejemplo, Paul Narv¨¢ez dio con la historia de su bisabuelo que fue obrero y atracador profesional de carteras, y que presum¨ªa de haber robado el reloj del cinco veces presidente Velasco Ibarra. Con este pretexto, Narv¨¢ez cuenta una ¨¦poca y reflexiona sobre la familia, el poder y la pol¨ªtica. Por su parte, Daniela Merino encontr¨®?en la New School de Nueva York uno de los murales m¨¢s bellos y desconocidos del pintor quite?o Camilo Egas y, en su documental, contribuye a transmitir la biograf¨ªa casi desconocida de este artista que muri¨® en esa ciudad. ¡°El festival es una escuela super s¨®lida, un escritor aprende leyendo libros y un director de cine aprende viendo pel¨ªculas, es as¨ª, y eso hacen los EDOC, mostrar esas pel¨ªculas¡±, afirma Merino.

Los realizadores documentan tambi¨¦n las realidades de los pa¨ªses donde viven. Como Mar¨ªa Campa?a en su filme Derivadas, que cuenta la historia de dos adolescentes brasile?os de una escuela rural que ganan una olimpiada de matem¨¢ticas y comparten su pasi¨®n por los n¨²meros con un prominente investigador que tiene 86 a?os. Hay siete historias extranjeras contadas por ecuatorianos en la secci¨®n C¨®mo los vemos.

El EDOC de este a?o re¨²ne 106 filmes rodados en m¨¢s de 40 pa¨ªses y mantiene su tradici¨®n de proponer un tema coyuntural para la discusi¨®n. Esta vez el tema es el refugio y las personas que se ven forzadas a huir por haber perdido su lugar en el mundo, como las defini¨® Hannah Arendt el siglo pasado. En la secci¨®n En busca de refugio hay t¨ªtulos como Fuocoammare (Fuego en el mar) de?Gianfranco Rosi, que narra la llegada de refugiados a la isla siciliana de Lampedusa y que se llev¨® este a?o el Oso de Oro a la mejor pel¨ªcula en la Berlinale. Tambi¨¦n hay otras historias como los chilenos que se refugiaron en Suiza tras la ca¨ªda de Allende (La barca no est¨¢ llena, de Daniel Wyss) o los hijos de exiliados uruguayos que vuelven a Montevideo a reconstruir su identidad (Tus padres volver¨¢n, de Pablo Mart¨ªnez Pessi) o la huida de una familia siria grabada durante cinco a?os (A Syrian Love Story, de Sean McAllister).

Finalmente el festival, que no es inmune a la situaci¨®n que vive Ecuador tras el terremoto del pasado 16 de abril, ha incluido en su programaci¨®n la pel¨ªcula Assistance Mortelle (Asistencia Fatal) del cineasta haitiano Raoul Peck, como una manera de fomentar el di¨¢logo y la reflexi¨®n, y evitar que la historia de Hait¨ª se repita en Ecuador. El filme, que fue presentado en 2013, presenta una investigaci¨®n sobre el nefasto papel de la comunidad internacional y las ONG en la reconstrucci¨®n de Hait¨ª tras el terremoto de 2010.