La animaci¨®n quiere contar de verdad
Una serie de aplaudidos documentales dibujados da otra muestra de la madurez del g¨¦nero
¡°No es precisamente Disneylandia¡±. As¨ª resumi¨® la prensa alemana la edici¨®n de este a?o del prestigioso Festival Internacional de Cine de Animaci¨®n de Stuttgart. Al fin y al cabo su ganador, Kaputt (Broken), de Volker Schlecht, fue un documental animado sobre los trabajos forzados de las presas pol¨ªticas de la Alemania del Este. Y el certamen incluy¨® obras como Estate (Summer), de Ronny Trocker, que daba vida a la crisis de los refugiados animando una fotograf¨ªa que Juan Medina tom¨® para Reuters en la playa canaria de Gran Tarajal. Como describi¨® a EL PA?S el director del festival, Ulrich Wegenast, la muestra no es m¨¢s que el espejo de una tendencia cada vez m¨¢s presente en el campo de la animaci¨®n, cargada de contenido social como nunca. Tiene incluso nombre, animadoc, neologismo que describe los dibujos m¨¢s all¨¢ del cine infantil. ¡°En imagen real se siguen produciendo grandes documentales pero la animaci¨®n ofrece otra forma de pensar, de ver el mundo, que en ocasiones puede funcionar mejor¡±, explica Schlecht.
Su opini¨®n coincide con otro de los cineastas m¨¢s conocidos en esta fusi¨®n entre la fantas¨ªa animada y el realismo documental: Ari Folman, ganador del Globo de Oro a la mejor pel¨ªcula extranjera con Vals con Bashir (2008). ¡°Solo fui capaz de contar una historia as¨ª con animaci¨®n¡±, asegur¨® a este diario. No ten¨ªa experiencia previa en ese campo pero en los dibujos encontr¨® el veh¨ªculo para narrar un ¡°mosaico de recuerdos¡± y vivencias demasiado personales para ¨¦l y para toda su generaci¨®n sobre la incursi¨®n israel¨ª en L¨ªbano en 1982 que llev¨® a la matanza de Chabra y Chatila. Un ejemplo que ahora sigue 25 April, de Leanne Pooley, sobre la cruenta batalla de Gal¨ªpoli en la Primera Guerra Mundial.
A la vez que los proyectos, se multiplican tambi¨¦n f¨®rmulas y ocurrencias. As¨ª, Life, animated mezcla animaci¨®n e imagen real para contar c¨®mo las pel¨ªculas de Disney han ayudado al joven Owen Suskind a luchar contra su autismo. Y otro h¨ªbrido, The Wanted 18, narra el intento de una comunidad palestina por sacar adelante una lecher¨ªa con sus 18 vacas, a escondidas del ej¨¦rcito israel¨ª: la historia se desliza entre entrevistas, dibujos, animaci¨®n en stop-motion y material de archivo. El filme fue incluso enviado a representar a Palestina en los Oscar, aunque no consigui¨® la nominaci¨®n.
Last Day of Freedom, en cambio, s¨ª lleg¨® a la gala. Compiti¨®, este a?o, por el Oscar al mejor documental, contando gracias a los dibujos las tr¨¢gicas vivencias de Manny y Bill Babbitt. Una odisea inquietante entre el infierno de Vietnam, la esquizofrenia y dilemas morales salvajes. ¡°La animaci¨®n permite acercar al p¨²blico a una historia que le molesta y que de otra manera rechazar¨ªa¡±, explicaba a este diario Nomi Talisman, codirectora del corto, que naci¨® como proyecto de videoarte. Y destacaba otra clave del g¨¦nero: poder mezclar a su antojo la entrevista con Bill con la recreaci¨®n dibujada de sus recuerdos. La misma idea que permite a Life, animated mostrar en la pantalla miedos y pensamientos de su protagonista.?
¡°El mundo no es blanco o negro, justo o equivocado. Manny hizo algo horrible, pero volvi¨® de una guerra y no recibi¨® ning¨²n apoyo. Un tercio de los encerrados en el corredor de la muerte en EE UU son exveteranos. ?A qu¨¦ se debe? ?Qu¨¦ podemos hacer?¡±, plantea Talisman sobre su filme. Y se muestra convencida de que los dibujos impacten al p¨²blico al igual que una imagen real. As¨ª fue, desde luego, con Vals con Bashir. Y Folman se prepara ahora adaptar a la animaci¨®n el Diario de Ana Frank.?
Otra joven ic¨®nica protagoniza He Named Me Malala, que aspira a dibujar una huella en el espectador con el periplo de la m¨¢s joven Nobel de la Paz de la historia.? El documental incluye varios fragmentos animados, tanto que, aunque no fuera m¨¢s all¨¢ de la preselecci¨®n en los Oscar, obtuvo el Annie (los premios m¨¢s prestigioso de la animaci¨®n de EE UU) al mejor proyecto especial.
Eso s¨ª, los llamados animadocs no siempre tienen que ser tan dram¨¢ticos. Bastien Dubois aun¨® en su cortometraje candidato al Oscar, Madagascar, Carnet de Voyage (2010), sus dos pasiones, el viaje y la animaci¨®n, documentando su paso por la isla con sus dibujos. ¡°Entiendo que lo llamen documental porque tiene muchos elementos reales pero al final es una fantas¨ªa que m¨¢s que educarte te transporta a otros sitios¡±, describe de una t¨¦cnica que ha llevado a la televisi¨®n con la serie Faces from Places.
Al fin y al cabo, la idea de fundir el mundo animado y el documental siempre ha existido. Schlecht cita otros autores como el sudafricano William Kentridge o el checo Jan Svankmajer -especialmente su an¨¢lisis de la exChecoslovaquia en The Death of Stalinism in Bohemia (1990)- como sus referentes. Y su proliferaci¨®n la achaca a que las nuevas generaciones de cineastas son m¨¢s afines al c¨®mic y ¡°buscan nuevas formas de contar una historia m¨¢s all¨¢ de la imagen real¡±. Es decir, lo mismo que logr¨® Winsor McCay, aunque 90 a?os antes. El considerado el padre de los dibujos animados document¨® en 1918 El hundimiento del Lusitania, un barco destruido en el Atl¨¢ntico por torpedos alemanes. El proyecto le cost¨® dos a?os. Y 25.000 dibujos a mano.
Europa no est¨¢ tan animada
Un reciente estudio del Observatorio Audiovisual Europeo ha intentado resumir en unas doscientas p¨¢ginas llenas de datos el estado de la animaci¨®n en Europa. Entre otras cifras:
El 14,7% del p¨²blico que acudi¨® al cine en Europa entre 2010 y 2014 (¨²ltimo dato disponible) fue a ver un filme de animaci¨®n.
A lo largo de 2014, se estrenaron 188 pel¨ªculas de animaci¨®n en la UE, de las cuales 107 producidas en el viejo continente. Sin embargo, apenas lograron una cuota de mercado del 20%, frente al 71,6% para los 44 filmes de EE UU.
Las pel¨ªculas de animaci¨®n europeas ganaron m¨¢s ingresos fuera de sus fronteras: en media, solo el 36,3% de la recaudaci¨®n procede del pa¨ªs de origen del filme.
Espa?a fue el quinto mercado europeo (el d¨¦cimo a nivel mundial) por asistencia a filmes de animaci¨®n, con 15,44 millones de entradas vendidas. El primero en Europa es Reino Unido, con 33,46 millones.
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