Guerreros en la carretera
Tres novelas negras protagonizadas por veteranos de Vietnam
Se amontonan temas sobre la mesa: las pol¨¦micas sobre festivales, los ectoplasmas de grupos legendarios visitando escenarios, las causas de la muerte del peque?o genio... Pero giro hacia otros derroteros. Ver¨¢n: en los ¨²ltimos tiempos se han traducido novelas de los setenta que retratan, con mayor o menor detalle, la descomposici¨®n del sue?o hippy.
La ¨²ltima es Cutter y Bone (1976), de Newton Thornburg, en Sajal¨ªn Editores. Se une a la formidable Dogs soldiers (1974), de Robert Stone, en Libros del Silencio, y a El ¨²ltimo buen beso (1978), de James Crumley, en RBA. Solo esta ¨²ltima exhibe formas cl¨¢sicas, con detective privado como protagonista y familia rica de fondo. Las tres son novelas de carretera, con protagonistas marcados por Vietnam.
La novela negra tiene un sism¨®grafo altamente sensible, capaz de articular los cambios ambientales antes de que sean materia del cine, la literatura de prestigio o la m¨²sica popular. Parafraseando al abuelo Sigmund, lo que cuentan esos libros es el malestar en la (contra)cultura. De alguna manera, el movimiento hab¨ªa conseguido triunfos considerables: la retirada de Vietnam, una mayor tolerancia en asuntos de drogas y sexo, cambios en la sensibilidad general. Pero tambi¨¦n perdi¨® su impulso y se atasc¨® en los pantanos del hedonismo, la delincuencia, el s¨¢lvese-quien-pueda.
Estos autores suger¨ªan que, en lo esencial, no hab¨ªa cambiado la estructura del poder en Estados Unidos. No se trata, advierto, de que destaquen sus mensajes en may¨²scula y negrita. Leyendo Cuter y Bone, cabe imaginar el puro deleite de Newton Thornbug al poner en marcha a sus creaciones. Arquetipos inmortales: dicen que aqu¨ª encontraron los hermanos Coen el ADN del personaje del Nota, en El gran Lebowski.
Estamos en California, a?o 1975. Richard Bone es un drop out, un antiguo ejecutivo de ¨¦xito que ha abandonado familia y posici¨®n para convertirse en un gigol¨® de segunda divisi¨®n en Santa Barbara. Comparte techo con Alex Cutter, mutilado de Vietnam con infinitas dosis de sarcasmo e ira. Sobre bases tenues, deciden que un poderoso industrial ha cometido un asesinato y pretenden (1) llevarle ante la justicia o, m¨¢s probable, (2) someterle a un chantaje.
Cualquier lector de novela negra intuye que se trata de una P¨¦sima Idea. Se van a enfrentar con la crueldad intr¨ªnseca del sistema o, si lo prefieren, el capitalismo desnudo. A diferencia de los otros dos libros, aqu¨ª no alienta una voluntad moral. Cutter y Bone est¨¢n desesperados y al menos uno de ellos esconde pensamientos suicidas; lo terrible es que tambi¨¦n arrastran a las mujeres que se dejan atrapar en su campo de fuerza.
En 1981, se rod¨® una excelente versi¨®n cinematogr¨¢fica de Cutter y Bone, aqu¨ª titulada El camino de Cutter. Tiene suficientes diferencias con el texto de Thornburg como para recomendar su visionado, antes o despu¨¦s de la lectura. El libro, eso s¨ª, resulta m¨¢s devastador que cualquier golpe de Muhammad Ali.
Babelia
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