Madrid en la vanguardia musical
Los conciertos de Ken Vandermark y Paal Nilssen-Love y Joshua Abrams proponen en dos noches consecutivas sendos acercamientos a la m¨²sica experimental de nuestro tiempo
Ken Vandermark y Paal Nilssen-Love son dos nombres de larga trayectoria y gran pedigr¨ª en la escena mundial de las m¨²sicas de inspiraci¨®n libre. El saxofonista (Ken) de Chicago y el bater¨ªa (Paal) de Oslo editaron su primer trabajo como d¨²o en 2002, y han firmado desde entonces nueve discos en este formato. Su visita a Madrid del pasado lunes era la segunda tras su paso por la Casa Encendida dentro de la programaci¨®n del XI Festival Hurta Cordel en 2007.
Vandermark (saxo bar¨ªtono, saxo tenor, clarinete) y Nilssen-Love (bater¨ªa, gongs) estructuraron su concierto en el Nuevo Caf¨¦ Berl¨ªn en dos partes de aproximadamente cuarenta minutos cada una. Partieron del repertorio de su ¨²ltimo lanzamiento, The Lions Have Eaten One of the Guards (Audiographic Records, 2015), para construir un discurso armado desde el free jazz pero que va mucho m¨¢s all¨¢. Transitaron lugares cercanos al rock e incluso al punk en cortes de largos desarrollos, repetitivos e intensos; estuvieron soberbios en los ritmos del jazz cl¨¢sico, al que llevaron hacia el hip-hop, el funk o el soul; visitaron con naturalidad y conocimiento melod¨ªas y compases de ra¨ªz africana (ambos son conocedores de la m¨²sica et¨ªope); se movieron con elegancia y gusto en colores y texturas cercanas a la m¨²sica cl¨¢sica contempor¨¢nea (Bart¨®k o Stranvinsky sobrevolando la escena). Firmaron, al fin, un concierto de aquellos en los que el aficionado a estas m¨²sicas sale con la fe renovada, de esos en los que el oyente que se acerca por primera vez a estas est¨¦ticas sale convertido para una buena temporada tambi¨¦n.
Joshua Abrams, que actu¨® el martes, es otro ilustre inclasificable. Empez¨® su carrera en Filadelfia (ciudad de la que es originario) como m¨²sico profesional a mediados de los a?os noventa como bajista de The Roots. Se traslad¨® a Chicago a principios del nuevo milenio, y all¨ª se integr¨® como miembro estable en el cuarteto del bater¨ªa de jazz Hamid Drake, entre otros proyectos. Junto a Drake empez¨® a tocar el guembri (artefacto de madera maciza de origen marroqu¨ª que puede tener dos o tres cuerdas, de sonido cercano al del contrabajo), el instrumento que se ha convertido en parte central de su sonido y de la propuesta que ha puesto en pie junto a Natural Information Society, la banda con la que se presentaba en El intruso por primera vez en Madrid.
Ciertamente estamos ante uno de los planteamientos art¨ªsticos m¨¢s sorprendentes y personales de los escuchados en los ¨²ltimos tiempos. Al ya citado guembri, instrumento principal de Abrams (que tambi¨¦n toca el clarinete), le acompa?an el harmonio de Lisa Alvarado, el autoharp crom¨¢tico de Ben Boye y un original dise?o de set de bater¨ªa tras el que se situ¨® Mikel Avery. Con esta original formaci¨®n instrumental Joshua Abrams lider¨® tres largas improvisaciones colectivas de gran poder hipn¨®tico y alto contenido psicod¨¦lico.
El guembri de Adams oficia como maestro de ceremonias a partir de sencillas melod¨ªas de reminiscencia africana sobre las que vuelve con ligeras variaciones de cadencia e intensidad durante el desarrollo de cada uno de los temas. El harmonio juega un papel central, el del drone, la base de repetici¨®n lis¨¦rgica sobre la que improvisan sus compa?eros de aventura. Ben Boye maneja ensimismado su peculiar autoharp, del que extrae una rica paleta de recursos: del folk tradicional americano al de un lejano pa¨ªs oriental. Avery, por ¨²ltimo, conjuga a su antojo sonoridades m¨¢s tradicionales con percusiones de juguete y l¨¢minas met¨¢licas de diferentes grosores para demostrar que es un maestro en manejar el tempo.
Juntos est¨¢n construyendo un discurso que se antoja profundo y ¨²nico. Est¨¢n abriendo puertas, tendiendo puentes, ofreciendo pistas, construyendo una m¨²sica nueva desde los lugares m¨¢s cercanos y m¨¢s remotos a un tiempo. Y de todo ello hicieron part¨ªcipe al p¨²blico.
Babelia
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