Mariano y los seis enanitos
El presidente sale airoso del programa de Ana Rosa y anuncia que podr¨ªa gobernar solo y en minor¨ªa
Mariano Rajoy estuvo ¡°sobrao¡±, como ¨¦l dir¨ªa, en el colegio de Ana Rosa Quintana. Tan ¡°sobrao¡± estuvo que aprovech¨® el desenlace del homenaje escolar -¡±soy tu fan n¨²mero uno¡±, le dijo una ni?a de 7 a?os- para introducir una novedad informativa al discurso invariable de los ¨²ltimos tiempos. Aspira a gobernar en solitario y en minor¨ªa. Espera que se abstengan sus rivales. O que lo hagan, se supone, Ciudadanos y el PSOE.
Fue la sorpresa de un programa en el que Rajoy result¨® m¨¢s simp¨¢tico y afable que los propios ni?os. Parec¨ªa gustarse el presidente del Gobierno. Y las criaturas se le acercaban como si fuera el abuelo cont¨¢ndoles un cuento, rompiendo todas las distancias jer¨¢rquicas. Pidi¨¦ndole un selfie, un aut¨®grafo. Y permiti¨¦ndose Rajoy un agasajo cat¨®dico que le hizo mostrarse entra?able, aunque abusara de las muletillas -¡±eh¡±- y se recreara en esas expresiones tan suyas como ¡°lo m¨¢s importante en la vida es...¡±.
No le hubiera salido mejor un programa de propaganda ni un espacio patrocinado. Incluido el momento en que uno de los ¡°prototertulianos¡± infantiles lleg¨® a preguntarle si hab¨ªa cobrado un sobre en negro.
El problema es que el ni?o confes¨® que no sab¨ªa lo que era un sobre en negro, de forma que tanta pureza y espontaneidad escolares se resintieron de la artificialidad. Preguntas preparadas. O tra¨ªdas de casa. Y resueltas por Rajoy sin apreturas ni nervios. Que para eso tiene ¨¦l mismo un ni?o de diez a?os, Juanito, y fue ni?o tambi¨¦n, como demostr¨® el programa de Telecinco ilustr¨¢ndonos su ¨¢lbum de fotos. Marianito lo llamaban. Y nos ense?aron su casa. Y dijo una vecina, Pepita, que el cr¨ªo era muy revoltoso. Ay.
Entre el costumbrismo y la hagiograf¨ªa, le sali¨® al presidente un programa redondo. Y se adhiri¨® al homenaje la propia Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, confiando dicharacheramente los defectillos del presidente. Que si Rajoy es un desastre en la cocina. Que si Rajoy tiene una caligraf¨ªa ilegible. Que si Rajoy no canta bien. Ni termina de centrarse con los idiomas.
Se trataba de humanizarlo. Y de preservar sus haza?as pol¨ªticas. Rajoy va a ganar, va a gobernar, de tal manera que los ni?os no parec¨ªan sino augures, entusiastas marianistas. Le dijeron que era el mejor. M¨¢s a¨²n cuando el presidente del Gobierno prometi¨® bajar el precio de las chuches y les dispens¨® las p¨ªldoras homeop¨¢ticas de la felicidad. ¡°Hay que conseguir que el 100% de las personas sean buenas¡±, proclam¨® Mariano Rajoy cuando uno de los infantes le habl¨® de la corrupci¨®n sin haber interiorizado demasiado la inquietud.
El remoto hombre del plasma ha demostrado ser el m¨¢s genuino y el m¨¢s c¨¢lido. El m¨¢s natural, el menos forzado. Y el m¨¢s emp¨¢tico con la chavaler¨ªa. Parec¨ªa que no quer¨ªa ni levantarse del aula, aunque el programa se resintiera de esa extrema demagogia que aportan los ni?os a deshora contando las cosas que escuchan en casa.
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