En Panta Rhei se para el tiempo

Panta rhei es un concepto cl¨¢sico que Plat¨®n atribuy¨® al filos¨®fico Her¨¢clito. Su significado es bien conocido: todo fluye, todo est¨¢ en cambio continuamente. Y, de alg¨²n modo, ese ambiente c¨¢lido, casi de inconsistencia y levedad, asalta al visitante que entra a la librer¨ªa Panta Rhei.

Tras quince a?os viendo el mundo en ilustraciones, dibujos y acuarelas, las hermanas Ingrid y Lilo Acebal han conseguido que su librer¨ªa-galer¨ªa-editorial sea un templo de los libros hermosos. No son pocos los lectores que acuden al negocio de las Acebal para efectuar el ancestral acto de regalar libros. Su especializaci¨®n en los llamados ¡°libros-objeto¡± les ha convertido en refugio para aquellos que quieren sorprender en cumplea?os, aniversarios y celebraciones variadas. ¡°Nos dedicamos fundamentalmente a recomendar, vender y publicar libros de dise?o gr¨¢fico, arte, fotograf¨ªa, ilustraci¨®n, dise?o de moda, c¨®mic¡­y, por supuesto, la literatura ilustrada¡±, comenta Ingrid. Este ¨²ltimo tipo de libros vive actualmente su ¨¦poca dorada gracias a editoriales como N¨®rdica o Sexto Piso que est¨¢n ilustrando obras cl¨¢sicas de referencia: Alicia a trav¨¦s del espejo o El amante de lady Chatterley, entre otros.

Panta Rhei fue la tabla a la que las hermanas Acebal se sujetaron para volver a Espa?a. Ambas viv¨ªan en el extranjero y consideraron que nada mejor que una librer¨ªa que uniera sus dos grandes intereses (artes visuales y libros) para abrir un negocio: ¡°Mi socia y hermana viene del mundo del arte y yo soy la loca de los libros. Hicimos un mix y as¨ª pudo Panta Rhei¡±, explica Ingrid. Las socias y hermanas consideraron que los barrios de Chueca y de Malasa?a eran perfectos para localizar al tipo de lectores y visitantes de su librer¨ªa.

Quiz¨¢s la decisi¨®n m¨¢s importante ¨Cy, sin duda, la primera- de un buen librero es elegir qu¨¦ libros quiere vender. Se trata de un primer filtraje casi imperceptible para el lector pero que marca la diferencia entre las librer¨ªas de cualquier parte del mundo. Panta Rhei est¨¢ repleta de buen gusto: en los libros que aloja pero tambi¨¦n en la actitud de sus anfitrionas que se empe?an en mantener vivo el espacio con presentaciones de libros, talleres o exposiciones. Con Panta Rhei sucede algo excepcional: conforme uno cruza la puerta de salida, nace la urgencia de ir contando a todos los transe¨²ntes cercanos la existencia de este sitio en el que el tiempo se detiene.