Clara Jan¨¦s: ¡°La belleza es lo que nos salva de este caos y movimientos apocal¨ªpticos¡±
La escritora ingresa en la Real Academia Espa?ola con un homenaje al 'Cantar de los cantares' y las conexiones de este con sus maestros
El Tiempo no separa. El tiempo une. Treinta y un siglos conectan al rey Salom¨®n con Clara Jan¨¦s, que ingres¨® en la Real Academia Espa?ola. "?Dame un beso de tus labios! / Son m¨¢s dulces que el vino tus caricias¡±, es el canto de la amada que abre el Cantar de los cantares, atribuido al rey sabio en el siglo X antes de Cristo. ¡°Y as¨ª se conforma el universo / en boca ¨²nica, / aliento que enlaza / y tiende lazos al infinito¡±, escribi¨® Jan¨¦s en Psi o el jard¨ªn de las delicias.
La poeta, narradora, ensayista y traductora, nacida en Barcelona en 1940, se convirti¨® en la d¨¦cima mujer en ingresar en la RAE con un homenaje al texto b¨ªblico. Jan¨¦s, que ocupa la silla U, vacante tras la muerte del jurista Eduardo Garc¨ªa de Enterr¨ªa, en 2013, titulo su discurso Una estrella de puntas infinitas. En torno a Salom¨®n y el Cantar de los cantares.
Es una mirada sobre el misterio de la vida, la existencia como un instante, la belleza como salvadora del mundo y sobre el enigma que ronda la escritura. La nueva acad¨¦mica, de tradici¨®n simbolista, repas¨® el vigor de esta obra l¨ªrica y la potencia de una inspiraci¨®n que ha surcado los tiempos en un texto que "m¨¢s all¨¢ del hechizo del lenguaje canta en el fondo a qu¨¦ es la vida".
Poes¨ªa, prosa y ensayo
Poes¨ªa: En busca de Cordelia, Kampa, Lapidario, Rosas de fuego, Div¨¢n del ¨®palo de fuego (o la leyenda de Kayka y Machnun), La indetenible quietud, Paralajes, Los secretos del bosque Fractales y R¨ªo hacia la nada.
Traductora de: los poetas Vladimir Holan, Adonis o Jaroslav Seifert. Y de narradores como Margeurite Duras, Katherine Mansfield y William Golding.
Narrativa: Los caballos del sue?o, Los hombres de Ad¨¦n y Espajoes de agua.
Ensayo: La vida de Federico Mompou, La palabra y el secreto y Guardar la casa y cerrar la boca.
Jan¨¦s hizo un relato bajo un influjo cu¨¢ntico en el que viaj¨® al primer destello que la habr¨ªa de convertir en poeta: el C¨¢ntico espiritual, de san Juan de la Cruz, nacido de los cantos milenarios de Salom¨®n, y de c¨®mo la hab¨ªan llevado hasta ese mismo momento en que todos la escuchaban recrear los enigmas de la existencia, el azar y la inspiraci¨®n, que en su caso inaugur¨® el poemario Las estrellas vencidas (1964).
Tres d¨ªas antes de esta lectura en la RAE, Jan¨¦s traz¨®, en su casa madrile?a, parte del arco de su vida. Todo empez¨® cuando ten¨ªa alrededor de un a?o. Estaba en brazos de una t¨ªa en una habitaci¨®n hasta donde llegaban unos sonidos. Descubri¨® que ¡°la vida es como una m¨²sica que cruza la oscuridad¡±. Dos a?os despu¨¦s, vio un rayo de luz que la hechiz¨® al ver miles de part¨ªculas de polvo en suspensi¨®n que giraban en c¨¢mara lenta.
Quien est¨¢ presente siempre en su obra es san Juan de la Cruz. Por ¨¦l empieza a escribir, al quedar ¡°deslumbrada por el C¨¢ntico espiritual y por lo enigm¨¢tico que resulta¡±, tras la lectura que hiciera el profesor Jos¨¦ Manuel Blecua en la universidad. Luego est¨¢n Quevedo, G¨®ngora, Lope de Vega y la Generaci¨®n del 27, pero en seguida da el salto al extranjero.
¡°Me parece fascinante ver el desarrollo literario del Cantar de los cantares en autores como fray Luis de Le¨®n, Arias Montana y santa Teresa de Jes¨²s, y, claro, san Juan de la Cruz. Y todav¨ªa m¨¢s cuando veo que santo Tom¨¢s de Aquino muere igual que san Juan de la Cruz, pero ¨¦l cantando el cantar de los cantares, mientras san Juan, en su celda-prisi¨®n pide a los monjes que se lo reciten y memoriza los primeros 31 versos. Es la belleza como algo salvador. Luego est¨¢n las conexiones del universo m¨ªstico-personal, m¨ªstico-pasional, m¨ªstico-sexual porque en el fondo lo que se canta es la uni¨®n de hombre y mujer y de esta uni¨®n el fruto de un hijo, el nacimiento de una vida. Lo que los acerca a ellos al Cantar es que ven all¨ª el gran enigma de qu¨¦ es la vida. Por eso yo me lanzo a leer tantos libros de f¨ªsica, porque es un misterio. ?En qu¨¦ consiste la vida? Pues es que materia y energ¨ªa son lo mismo, es un enigma muy grande¡±.
El periplo de Jan¨¦s para llegar a la ¡°resacralizaci¨®n del universo¡±, como dice Jaime Siles, es largo. ¡°Al principio yo no me daba cuenta de este enigma de la vida. Estaba en la cuesti¨®n existencialista. Aunque pensaba en espacio-tiempo no inquieta por el tema de qu¨¦ es la vida. Hasta que me asalta la duda de si la vida merece la pena ser vivida. Luego bien la pregunta qu¨¦ es la vida. Me voy metiendo en otros caminos, hasta que se junta otro enigma relacionado con la poes¨ªa: ?Qu¨¦ es la inspiraci¨®n? Es cuando lo relaciono con el inconsciente, con el ADN y una serie de cosas presentes en el enigma de la vida. ?Qu¨¦ es un ser vivo? Pues un ser vivo tiene un cuerpo que es materia y que es energ¨ªa. ?De d¨®nde procede? Est¨¢ en el ADN. ?Y, qu¨¦ es el ADN? Es memoria, la memoria de la humanidad entera. Por eso me parece que el hallazgo de Jung del inconsciente colectivo en realidad era esto. Y eso es lo que te permite saber algo que aparentemente no sabes porque est¨¢ metido en la memoria del cuerpo. Hasta que de repente puede aflorar¡±.
Materia-energ¨ªa-emoci¨®n/sentimiento. Esa puede ser la trinidad del creador.
En este caso de una mujer que aprendi¨® idiomas como checo, persa e italiano para leer a poetas que le interesaban y traducirlos al espa?ol. ¡°La prensa debe colaborar mucho en mantener el idioma. ?Hay que aceptar todo lo que se dice? Pues, no lo s¨¦. Evidentemente, hay que incorporar palabras nuevas y empleos que no est¨¢n bien definidos¡±, reflexiona la autora de obras como Kampa y Lapidario.
Tras su primer poemario, en 1964, Las estrellas vencidas, Clara Jan¨¦s entr¨® unos seis a?os en silencio, hasta que la lectura de Vladimir Holan la rescat¨®. Ese es su segundo big bang, uno de cuyos poemas, traducidos por ella, lee en la habitaci¨®n iluminada con decenas de destellos de sol que asoman por la persiana echada:
¡°Encuentro en un ascensor:
Entramos en la cabina y nos quedamos solos los dos
Nos miramos sin hacer nada m¨¢s
Dos vidas, un instante
La plenitud, la felicidad
En el quinto piso ella sali¨®
Y yo que iba m¨¢s arriba comprend¨ª
que nunca volver¨ªa a verla
Que hab¨ªamos encontrado
Una vez para siempre
Que aun habi¨¦ndola seguido
Lo habr¨ªa hecho como un muerto
Y que si ella hubiera vuelto a m¨ª
No habr¨ªa vuelto m¨¢s que del otro mundo¡±.
Es la eterna presencia de la ausencia, la fugacidad. La vida, dice la nueva acad¨¦mica: ¡°El instante es lo que queda, es suficiente a veces. Yo vivo de instantes. No es tanto el tiempo, como la intensidad como se viva cada momento. As¨ª es¡±.
El enigma del tiempo, la vida y el amor
"Hace a?os que, movido por una ¨²nica energ¨ªa impulsora, gira en mi mente un tri¨¢ngulo de tres nombres: Fray Luis de Le¨®n, Arias Montano y san Juan de la Cruz -tri¨¢ngulo que, manifestando su dinamismo, ha dado en cuadrado al incorporar el nombre de santa Teresa de Jes¨²s-", cont¨® la poeta con su voz pausada y dulce en la RAE, en su discurso Una estrella de puntas infinitas. En torno a Salom¨®n y el Cantar de los cantares. Esos cuatro poetas, m¨¢s ella, conectados con el rey sabio y sus Cantares. Todos unidos con un hilo m¨ªstico-po¨¦tico, m¨ªstico-racional, m¨ªstico-pasional que Jan¨¦s interpreta como "una b¨²squeda sobre qu¨¦ es la vida, qu¨¦ es la belleza, y c¨®mo la belleza ayuda a sobrevivir".
La respuesta a este homenaje al rey Salom¨®n y sus Cantares la dio la acad¨¦mica Soledad Pu¨¦rtolas, que se podr¨ªa resumir en este pasaje: "Mientras el ritmo cadencioso de las palabras de Clara Jan¨¦s nos invita a seguir el camino que nos conduce por los b¨ªblicos tiempos de Salom¨®n y que luego nos pierde en insondables oscuridades e incansables persecuciones, nos reconocemos en nuestra sed de amor, en nuestra propia oscuridad, en cuestas que ascienden y descienden, en fatigas y des¨¢nimos que piden un instante m¨¢s de vida. El instante decisivo. Ese destello, decisivo, de vida".
No olvid¨® Pu¨¦rtolas decir que "si los enigmas son consustanciales a la escritura, para Clara Jan¨¦s est¨¢n en el mismo centro, en el coraz¨®n de las palabras que persiguen a tientas el momento sublime de la uni¨®n con el Amado".
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