¡°A trav¨¦s del teatro se puede ense?ar cualquier asignatura¡±

En 1920, sobre un concepto ya anticipado por nombres como Cicer¨®n o Darwin, el psic¨®logo y pedagogo estadounidense Edward Thorndike define la inteligencia social como ¡°la habilidad de actuar sabiamente en las relaciones humanas¡±. Obs¨¦rvese que en su definici¨®n ya est¨¢ el verbo actuar. Con el objeto de poner al alcance de los pedagogos la herramienta del teatro como recurso did¨¢ctico, el actor Luis Sampedro publica un Manual de teatro para ni?as, ni?os y j¨®venes de la era de Internet (Alba). La premisa es sencilla: ¡°A trav¨¦s del teatro se puede ense?ar cualquier asignatura¡±, sostiene Sampedro. ¡°La experimentaci¨®n corporal en el proceso formativo es fundamental. Hay que darle espacio al adolescente, al ni?o, para que fabrique su propia educaci¨®n¡±.

Actor, pedagogo, director, creador del madrile?o Teatro de la vida, Luis Sampedro (San Juan, Argentina, 1961) fue, en 1984 en la ciudad de Mendoza, el primer profesor de teatro en una escuela p¨²blica dentro de un proyecto impulsado por la entonces ministra de educaci¨®n Mar¨ªa In¨¦s Abrile. La iniciativa fue un ¨¦xito que se extendi¨® a la provincia y, m¨¢s tarde, en la reforma educativa de principios de los 90, a todo el pa¨ªs. ¡°Entonces se gan¨® una gran batalla. Ahora, en todas las escuelas p¨²blicas de Argentina hay un profesor de teatro dentro del ¨¢rea art¨ªstica¡±, explica Sampedro, que lamenta que en Espa?a ¡°se hayan ido sacando asignaturas del ¨¢rea formativa art¨ªstica" hasta el punto de que ¡°solo sobreviven los profesores de m¨²sica y algunos de pl¨¢stica¡±.

¡°Es muy importante para m¨ª la coletilla del t¨ªtulo del libro, De la era de Internet¡±, asegura. ¡°Hoy en d¨ªa los j¨®venes tienen en sus manos una pantalla con mucha informaci¨®n. Pero se deja a un lado la gesti¨®n emocional de esa informaci¨®n¡±. Para ilustrarlo, un ejemplo sencillo: No es lo mismo ver im¨¢genes o leer informaci¨®n de un gallinero, que visitar por primera vez un gallinero. ¡°La experimentaci¨®n emocional es vital en el desarrollo de los j¨®venes. Y cualquier asignatura puede pasar por el tamiz de la disciplina art¨ªstica¡±. La idea es la de convertir la ense?anza en laboratorio de experimentaci¨®n de esas emociones que poco a poco se van quedando en la cuneta.

El libro dispone los diferentes ejercicios propuestos por edades: Ejercicios l¨²dicos a los cuatro a?os; espaciales a los seis, trabajo en equipo a los ocho, gimnasia sonora a los 10, argumento a los 12, improvisaci¨®n a los 14 o teatro del absurdo a los 16. Tras desarrollar su labor formativa y docente en Mendoza, Sampedro se mud¨® a los 35 a?os a Buenos Aires, y a los 45, hace 10, a Madrid. ¡°Tras haber experimentado el proceso teatral en estos tres lugares, sent¨ªa cierta responsabilidad de aportar mi granito de arena a su pedagog¨ªa¡±, confiesa ahora. Ensayar la realidad y descubrir otras realidades posibles; experimentarlas en un espacio real y de ficci¨®n a la vez, sin riesgos, y tomar conciencia de la posibilidad de elegir el camino m¨¢s personal hacia nosotros mismos. En definitiva: El teatro como motor de cambio.