Siempre me empleo a fondo

?Ganar¨¢s el pan con el sudor de tu frente? La maldici¨®n b¨ªblica, convertida en aspiraci¨®n ut¨®pica en la Espa?a del trabajo escaso y en precario que retrata Luc¨ªa Carballal en Los temporales, comedia producida por el Centro Dram¨¢tico Nacional. La autora y V¨ªctor S¨¢nchez Rodr¨ªguez, director, hablan con gracia del proletariado de chaqueta y corbata, la empresa desindicalizada, la sustituci¨®n de empleados bien remunerados por otros con contratos de todo a cien y la llegada a la empresa de la figura del motivador profesional, que pretende hallar soluciones individuales a problemas de ¨ªndole econ¨®mica, pol¨ªtica y organizativa.

Al comienzo del espect¨¢culo, no es f¨¢cil aclararse donde comienza el aqu¨ª ahora y d¨®nde el juego de roles que propone Samuel, motivador contratado para mejorar el clima laboral y para allanar la salida de una empleada que estorba a la empresa. Tampoco se dan pistas suficientes sobre el papel que juegan ciertos personajes en relaci¨®n a otros, quiz¨¢ porque el programa Escritos en la Escena, al que se adscribe este montaje, concede un tiempo demasiado breve (45 d¨ªas) para componer el texto desde cero y ensayarlo, simult¨¢neamente. Peros aparte, que se limar¨ªan f¨¢cilmente, Los temporales ofrece una reflexi¨®n l¨²cida sobre el trabajo en las empresas de servicios, el arrinconamiento del ocio ante la expansi¨®n implacable del negocio y la despersonalizaci¨®n del empleado. Sin concesiones, el trabajo interpretativo de Carlos Heredia, Nacho S¨¢nchez, Lorena L¨®pez, Mamen Garc¨ªa y David Boceta, en el papel de Samuel, cuya caracterizaci¨®n cabr¨ªa singularizar m¨¢s.