El Fandi enardece al p¨²blico alicantino con su populismo
El granadino corta tres orejas y sale a hombros en uni¨®n de Cayetano Rivera
De los seis toros jugados, el de mejor nota en la muleta fue el quinto. Y con notable diferencia. Nota alta de ese toro en el ¨²ltimo tercio. Hasta cinco largas de rodillas de El Fandi para recibirlo con la capa, ganando terreno, y la ultima en el mismo platillo. Hubo m¨¢s capote. Al salir de un puyazo, apenas se?alado, quite por zapopinas, muy celebrado en el tendido. Por si faltaba mecha, el tercio de banderillas fue explosivo: cuatro pares como cuatro soles, de enorme derroche f¨ªsico. A la muleta el toro de Olga Jim¨¦nez lleg¨® en su punto. Noble, con clase, sin una m¨ªnima protesta, acept¨® todo lo que Fandi le hizo: lo bueno y lo menos bueno. La faena fue m¨¢s efectista que pura. Con pausas, a veces pasadas de rosca. De nuevo entr¨® de todo, tanto de pie como de rodillas. No faltaron los circulares, del derecho y del rev¨¦s. Y un leve atisbo de buen toreo con la mano izquierda, que apenas prodig¨®. Muy larga la faena. Con un final no tan limpio, cuando el toro le arranc¨® la muleta una vez y casi una segunda. El aviso lleg¨® antes de entrar a matar. Esta vez cobr¨® una estocada que, aunque trasera y tendida, tuvo efectos r¨¢pidos. Al toro le dieron la vuelta al ruedo en el arrastre. Premio Justo. Y El Fandi pase¨® las dos orejas de tan excelente astado. El p¨²blico las pidi¨® enardecido.
De todo entr¨® en la lidia de El Fandi al segundo. Un toro sin remate de tal; de escaso trap¨ªo. Fandi lo recibi¨® con una larga de rodillas y de esta guisa repiti¨® en su inicio con la muleta. Entre medias, tres pares de la casa. El tercero al viol¨ªn. En un exceso de confianza, al correr hacia atr¨¢s, trastabill¨® y cay¨® ante la cara del toro. No pas¨® m¨¢s. La faena tuvo aires populistas de principio a fin. Entraron, por el mismo precio, tandas de rodillazos, en los adentros y en los medios. Muy noble el toro, obedeci¨® sin rechistar cuanto le propuso Fandi. Circulares, molinetes, tambi¨¦n de rodillas, con respuesta agradecida de p¨²blico de feria y fiesta. El toro, exprimido, volvi¨® grupas al final hacia terrenos de tablas en un intento de salirse del juego. No import¨® el feo bajonazo que propin¨® Fandi para que la gente pidiera los trofeos.
El toro que abri¨® plaza y feria fue de pocos vuelos. Muy justo de todo, de fuerzas sobre todo, dej¨® estar c¨®modo a Paquirri. C¨®modo, sin m¨¢s. Sin apreturas, en una faena que no levant¨® pasi¨®n alguna. Solo en alg¨²n circular y los muletazos finales mirando al tendido despertaron al personal. Muerto el toro, nadie se acord¨® de lo que Paquirri hab¨ªa hecho.
El cuarto, con el hierro de Olga Jim¨¦nez, tuvo su punto brusco en la muleta. Quiso pelear en varas, pero le bajaron los humos en un puyazo sin misericordia. Paquirri, con poco sitio y con apenas confianza, lo pas¨® por los dos pitones sin apenas relevancia. No hubo reposo y demasiado baile de pies. A la hora de matar, el descabello se le atragant¨®.
JIM?NEZ / PAQUIRRI, FANDI, CAYETANO
Cuatro toros de Garc¨ªa Jim¨¦nez y dos Olga Jim¨¦nez, 4? y 5?, de desigual y muy justa presencia. Tambi¨¦n medidos de fuerzas. Tercio de varas simulado. Gran toro en la muleta el quinto, al que se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre.
Rivera Ord¨®?ez Paquirri: pinchazo y descabello (silencio); pinchazo, media tendida y trasera perdiendo la muleta, descabello _aviso_, y seis descabellos m¨¢s (leves protestas).
El Fandi: bajonazo (oreja); _aviso_ estocada tendida y trasera perdiendo muleta (dos orejas).
Cayetano: entera (oreja); casi entera (oreja).
Plaza de Alicante. 22 de junio. Primera de Hogueras. Lleno.
El primero de Cayetano tampoco fue un dechado de poder¨ªo. Midi¨® la arena varias veces y la cosa pareci¨® por momentos venirse abajo. Cayetano le ech¨® ganas. Y a falta de pan, buenas son tortas pareci¨® decirse el torero. Vistas as¨ª las cosas, intent¨® combinar dos caras opuestas del toreo: lo cl¨¢sico y lo popular. No sali¨® del todo bien la primera y se hizo notar m¨¢s la segunda. Alg¨²n apuro sorteo Cayetano, que acab¨® a rodillazo limpio con el toro.
Con la tarde embalada tras lo del quinto, en el ¨²ltimo hubo bula para todo. Fue noble ese toro, obediente y sin plantear problemas. Por dos veces, en plena faena, hizo amago de refugiarse en tablas, pero la sangre no lleg¨® al r¨ªo. Cayetano lo sujeto y logr¨® que no se despistara m¨¢s. La faena fue de m¨¢s componer que torear. Tambi¨¦n tuvo su parte est¨¦tica, aunque m¨¢s superficial que otra cosa. Pero a esas alturas de la tarde, ya todo se daba por bueno. Acert¨® con la espada y Cayetano tuvo tambi¨¦n su premio.
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