La universidad, trascendente e idiota

Richard Linklater culmin¨® Movida del 76 con un plano metaf¨®rico: desde el punto de vista de sus protagonistas, que acababan de terminar el instituto y disfrutaban el amanecer en coche tras una ¨²ltima noche de juerga adolescente, la mirada se dirig¨ªa, entre risas, a una cuesta arriba sin final claro, tanto en la carretera f¨ªsica como en la carretera de la vida. La siguiente estaci¨®n para muchos de ellos, como ya ocurr¨ªa en su referente m¨¢ximo, American Graffiti, de George Lucas, era la Universidad. Y hasta all¨ª se ha ido Linklater, m¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s de aquella pel¨ªcula de 1993, con Todos queremos algo, su secuela (in)confesa, ambientada en 1980, con los primeros d¨ªas de universidad del que podr¨ªa ser perfectamente uno de aquellos chicos de Movida del 76.

Genio de la captura del momento, desde el m¨¢s sencillo al m¨¢s complejo, Linklater lleva toda una vida art¨ªstica retratando la sensaci¨®n del (re)encuentro con aquellos instantes juveniles que marcan una vida, de los que solo caes en la cuenta cuando han pasado a?os. El archivo del proceso de madurez, a veces grandilocuente, otras idiota, tiene mucho de nostalgia, pero tambi¨¦n de puesta en claro de lo verdaderamente esencial. Pel¨ªculas en principio tan distantes como Suburbia y Antes de anochecer, del botell¨®n esquinero de pueblo al trascendente tren por Europa, implosionaron en la obra maestra Boyhood, de la que Todos queremos algo quiz¨¢ no est¨¦ tan lejos, a pesar de su aparente condici¨®n cafre, m¨¢s cerca en muchos momentos de Porky's y Desmadre a la americana que de la exultante pretenciosidad de la saga Antes de...

Linklater filma con una inaudita autenticidad su carta de amor a la m¨²sica, a los futbolines y a las pinballs, al chiste basto de colegio mayor y a los marcianitos; como si el cine no hubiera evolucionado en casi 30 a?os, como si realmente estuvi¨¦ramos ante una pel¨ªcula de 1980, con su c¨¢mara lenta de chicas en fila de a cuatro, sus particiones de pantalla en las llamadas telef¨®nicas y semejante fotograf¨ªa. Un estilo al que hay que sumar el tratamiento de los personajes femeninos, que en una pel¨ªcula repleta de testosterona simplemente pasan por all¨ª... salvo uno, justo cuando en la parte final la pel¨ªcula pincha el globo de Porky's para acariciar Boyhood, y acaba explicitando su subtexto sobre la formaci¨®n del modo de vida americano, basado en la competitividad extrema, la pasi¨®n y el esfuerzo.

"Si alguna vez digo que estos han sido mis mejores a?os, recordadme que me suicide", dec¨ªa uno de los personajes de Movida del 76 sobre el instituto. No parece que Linklater piense lo mismo sobre sus a?os de universidad, agitados y apasionantes.