The Avalanches ya no es como la primera vez

En 16 a?os de silencio discogr¨¢fico, The Avalanches ha tenido tiempo para muchas cosas, entre ellas rebajar y casi desdibujar el enorme inter¨¦s y expectaci¨®n que hab¨ªa suscitado la publicaci¨®n y posterior impacto art¨ªstico y medi¨¢tico de su debut, Since I left you. De tanto tensar la cuerda de la espera, de los retornos en falso y de la incertidumbre respecto a su carrera, el grupo australiano ha conseguido lo que hace diez o 12 a?os hubiera sido impensable: que la publicaci¨®n de su segundo ¨¢lbum, Wildflower, se haya recibido con dudas, desconfianza y ciertas muecas de desd¨¦n. Como cuando una ex novia reaparece en tu vida tras unos cuantos a?os sin dar se?ales de vida y tu mapa sentimental y afectivo ya est¨¢ perfectamente acostumbrado a vivir sin ella.

Artista: The Avalanches

Disco: Wildflower

Sello: Modular-Astralwerks-XL

Calificaci¨®n: 6'5 sobre 10.

Aun as¨ª, Wildflower es un regreso muy competente y, en buena parte de su recorrido, satisfactorio. La banda vuelve a poner en marcha su particular muralla de samples, ideas y recursos sonoros, pero esta vez con unos cuantos colaboradores ilustres que le dan otra dimensi¨®n y planteamiento a su propuesta. Toro y Moi, Ariel Pink, Warren Ellis, Jonathan Donahue, Father John Misty, Jennifer Herrema o los raperos Danny Brown, Camp Lo o MF Doom se erigen en protagonistas de buena parte del recorrido, como si ya no fuera tan importante el concepto de interminable rompecabezas sonoro de sus inicios como el de hacer canciones al uso. Por decirlo de alguna manera, esta nueva idea The Avalanches est¨¢ m¨¢s cerca de Gorillaz que de los primeros Coldcut. Y aunque en ocasiones funciona ¨CFrankie Sinatra, If I was a folk star o Colours tienen alma de hit sin renunciar al caleidoscopio de estilos e influencias marca de la casa¨C, en otras tambi¨¦n tienes la percepci¨®n de que el combo australiano, que en esta nueva coctelera apuesta m¨¢s por el hip hop, el disco pop y las referencias tropicales, ha perdido algo de la esencia que le hac¨ªa ¨²nico e incomparable. Tampoco ayuda la excesiva duraci¨®n de un viaje que en menos tiempo hubiera resultado m¨¢s conciso e impactante.

En el largo camino que va de su debut a este nuevo ¨¢lbum, The Avalanches parece haber difuminado su aura de proyecto irreal, m¨¢gico e indescifrable. Si algo caracteriza a Wildflower es su apariencia de normalidad, esa impresi¨®n de que es un disco m¨¢s en la vor¨¢gine de novedades; con suficiente brillo, momentos imponentes y derroche de ideas como para destacar en la actualidad pop, pero sin el elevado grado de excepcionalidad que ten¨ªa su antecesor. M¨¢s que perder el factor sorpresa, algo inevitable dadas las peculiaridades de su sonido, el grupo australiano ha perdido su capacidad para deslumbrarnos y fascinarnos. Wildflower es como ver por segunda vez uno de los mejores trucos de magia de tu vida: aunque lo disfrutas, te emocionas y lo vives a fondo, te queda la sensaci¨®n de que ya lo has visto antes, y que en esa primera vez todo fue considerablemente m¨¢s bello, fascinante e inesperado.