Asalto al cielo con tacones
Eduardo Mendicutti mezcla con solvencia en 'Furias divinas' indignaci¨®n pol¨ªtica y transformismo, s¨¢tira y novela social
No ha desaprovechado Eduardo Mendicutti la actualidad pol¨ªtica para ofrecer su particular visi¨®n a trav¨¦s de unos personajes que, en su exceso de representaci¨®n, en sus simulacros, en la pulsi¨®n de no obedecer a su g¨¦nero asignado, se desmarcan de la identidad impuesta construy¨¦ndose una propia con los recursos m¨¢s desconcertantes, en especial el humor frente a la ofensa y una descarada lucidez, tal vez elemental, pero muy avispada. En Furias divinas concurren unos cuantos transformistas en situaci¨®n de precariedad laboral que han conseguido montar un tugurio, el Garbo, enfrente del club de alterne El Loren, y m¨¢s o menos la cosa funciona.
Aun siendo esencial la creaci¨®n de ese espacio, esta novela no va de espect¨¢culo, de pintoresquismo homosexual, de plumas y tacones de v¨¦rtigo. O s¨ª, va de eso, pero es una novela de compromiso social. Aqu¨ª el fastidio se produce en el colectivo LGTB, en esos transformistas que, hartos de la ostentaci¨®n de los poderosos, un d¨ªa se levantan en ¡°un acto de leg¨ªtima protesta contra el obsceno poder¨ªo exhibicionista de la gente bien, de los ricos, de quienes no estaban padeciendo las consecuencias de la crisis, de quienes tendr¨ªan joyas a esportones, pero no ten¨ªan coraz¨®n¡±. Con m¨¢s alma no se puede decir. Y asaltan el Baile de las Diademas, la fiesta de mayor relumbre social de La Algaida, repleta de se?oras de alta alcurnia, al grito de ¡°?S¨ª se puede!¡±, como si se tratara del Parlamento.
Hacia esa revuelta lleva la novela. Como met¨¢fora, desempe?a su funci¨®n para consuelo de los indignados, pero la parodia es tambi¨¦n eficaz, y no acaba de quedar claro si la zapatiesta servir¨¢ para algo. Pero no importa; lo que Furias divinas revela es el poder de la teatralidad deliberada, sin duda m¨¢s dif¨ªcil de controlar que las consignas pol¨ªticas. Y la mejor manera de mostrarlo es a trav¨¦s de la voz de los personajes, sondeando sus biograf¨ªas con atisbos de la mirada de unos y otros, en una suerte de mon¨®logos que configuran sus caracteres, tan discordantes e imprevisibles que ellos mismos son la m¨¢s espinosa insumisi¨®n.
Con la mediaci¨®n de Ernesto M¨¦ndez, un escritor con el que Mendicutti se remeda a s¨ª mismo, a quien se debe el registro de los distintos narradores, la novela presenta un repertorio de comparsas: la Canelita, maestro en paro, antes drag-queen, adicto a Podemos; la Tigresa de Manaos, que trabaja de mozo de comedor; la Furiosa, de temperamento volc¨¢nico; la Pandereta; la Divina; Marl¨®n-Marl¨¦n, a medias de la Legi¨®n y de la Piaf, que canta con la misma pasi¨®n El novio de la muerte y La vie en rose. En fin, personajes cuya exageraci¨®n no es un revoltijo, sino la expresi¨®n de que la pol¨ªtica es tambi¨¦n una tramoya.
Furias divinas. Eduardo Mendicutti. Tusquets. Barcelona, 2016. 184 p¨¢ginas, 16 euros
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