Wagner despu¨¦s de Cristo
Triunfa en el Festival de Bayreuth la nueva producci¨®n de 'Parsifal' de Uwe Eric Laufenberg con direcci¨®n musical de Hartmut Haenchen
Inventarse una religi¨®n puede ser algo extremadamente peligroso. Wagner lo hizo y no lo hizo con Parsifal. Plante¨® su ¨²ltima obra esc¨¦nica como consagraci¨®n del Festspielhaus de Bayreuth en 1882, tras haberlo inaugurado en 1876 con El anillo del nibelungo. Para evitar cualquier duda la llam¨® B¨¹hnenweihfestspiel u ¡°Obra esc¨¦nica para la consagraci¨®n de un festival¡±. Su representaci¨®n aqu¨ª en exclusiva durante treinta a?os construy¨® toda una teolog¨ªa que el festival wagneriano se ha afanado por mantener y contrarrestar. Mantener porque en ning¨²n otro teatro se escucha Parsifal mejor que en Bayreuth. Y contrarrestar por ser una obra que se presta a m¨²ltiples interpretaciones esc¨¦nicas perfectamente antit¨¦ticas. Es el genial arte de la ambig¨¹edad que Wagner destil¨® mezclando ideas aparentemente incompatibles y superponiendo elementos de diferentes personajes. El c¨®ctel lo ejemplifica a la perfecci¨®n el personaje de Kundry: mezcla de reencarnaci¨®n budista, culto sat¨¢nico y piedad cristiana, pero tambi¨¦n de elementos de varios personajes anteriores, desde el Holand¨¦s errante hasta Brunilda pasando por Venus u Ortrud.
Parsifal
Libreto y m¨²sica de Richard Wagner. Con Klaus Florian Vogt, Georg Zeppenfeld, Ryan McKinny, Elena Pankratova, Gerd Grochowski y Karl-Heinz Lehner. Coro y Orquesta del Festival de Bayreuth. Direcci¨®n musical: Hartmut Haenchen. Direcci¨®n esc¨¦nica: Uwe Eric Laufenberg. Bayreuth, Festspielhaus. Hasta el 28 de agosto.
Entre las opciones esc¨¦nicas posibles vistas en Bayreuth en la ¨²ltima d¨¦cada, que van desde la locura primitivista de Schlingensief a la narraci¨®n hist¨®rica alemana de Herheim, Uwe Eric Laufenberg se ha decantado en esta nueva producci¨®n por un planteamiento centrado en la religi¨®n y la actualidad. El r¨¦gisseur alem¨¢n reconoce que su concepto de Parsifal es panreligioso, pero no pol¨¦mico. No se altera la trama, ni sus s¨ªmbolos (hubo Santo Grial y Sagrada Lanza) sino que se reubica e interpreta. El v¨ªdeo que se proyecta en la escena de la transformaci¨®n del primer acto localiza la acci¨®n con la precisi¨®n de Google Earth en el centro de Siria, en un escenario inspirado en el derruido Monasterio de Mar Elian en la regi¨®n de Homs. Un lugar donde el cristianismo est¨¢ amenazado y tiende a regenerarse para volver a sus esencias. La idea es brillante, pero torpemente ejecutada en los dos primeros actos con extra?as asociaciones de Amfortas con Cristo o de Parsifal con un combatiente de las fuerzas armadas sirias contra Klingsor. Lo mejor fue el tercer acto donde la sociedad supera metaf¨®ricamente las restricciones impuestas por la religi¨®n y reina la concordia. Vemos al final una poderosa escena que concuerda con el cl¨ªmax liberador de la obra: todas las religiones en disputa arrojan sus s¨ªmbolos al f¨¦retro de Titurel y comienzan a caminar unidos. Wagner como ideal panreligioso y postreligioso. Wagner despu¨¦s de Cristo.
La direcci¨®n musical de Hartmut Haenchen fue un ¨¦xito. Un verdadero logro al hacerse cargo de esta producci¨®n hace tres semanas, tras la renuncia de Andris Nelsons. Era de esperar que su planteamiento de kapellmeister fuera consistente. Dirigi¨® una versi¨®n flexible y espaciosa, donde la orquesta narr¨® y las voces cantaron con comodidad. No hubo excesos, pero tampoco magia. Quiz¨¢ el principal ingrediente que habr¨ªa tenido la versi¨®n de Nelsons. El tercer acto fue lo mejor de la noche, con una tensa realizaci¨®n de la escena final que culmina con la llegada de Parsifal. Fue maravilloso ese paso de tritono desde la tonalidad de la derrota de Klingsor a la resoluci¨®n del Viernes Santo (¡°?Destapad el Grial! ?Abrid el cofre!") que conduce la obra a un final liberador.
Entre los cantantes el triunfador de la velada fue el tenor Klaus Florian Vogt, que mantiene ese timbre dulz¨®n y homog¨¦neo, aunque su madurez beneficie bastante a un personaje como Parsifal. El bajo alem¨¢n Georg Zeppenfeld obtuvo una imponente aclamaci¨®n por su Gurnemanz de voz s¨®lida y bien modulada. Y tambi¨¦n se ovacion¨® la Kundry vocalmente imponente de la soprano rusa Elena Pankratova, aunque carente de la compleja dimensi¨®n dram¨¢tica del personaje. Ryan McKinny fue un Amfortas poco s¨®lido y doliente. Al igual que Gerd Grochowski,?como Klingsor, que se mostr¨® inc¨®modo en los agudos. Bien el Titurel de Karl-Heinz Lehner y destacada actuaci¨®n de las muchachas flor. El otro triunfador de la velada fue el impresionante coro del Festival, que dirige Eberhard Friedrich, junto con la orquesta. Treinta segundos de silencio al final lo dijeron todo.
Fuertes medidas de seguridad
El arranque de la 105? edici¨®n del Festival de Bayreuth estuvo marcada por los recientes atentados en Baviera. Las medidas de seguridad fueron extremas antes y durante la representaci¨®n. Un f¨¦rreo cord¨®n policial convirti¨® el Festspielhaus en una fortaleza inexpugnable en lo alto de la Verde Colina. Se dispusieron controles que imped¨ªan el acceso a todos los veh¨ªculos y donde era necesario mostrar a la polic¨ªa la entrada o el interior del bolso.
La funci¨®n del estreno de la nueva producci¨®n de Parsifal se dedic¨® a las v¨ªctimas de la matanza de M¨²nich del pasado viernes. Se inform¨® de ello a trav¨¦s de un comunicado titulado Duelo y compasi¨®n que decret¨® adem¨¢s la supresi¨®n de la tradicional alfombra roja con celebridades y autoridades. No asisti¨® la canciller Angela Merkel, como estaba ya previsto, pero tampoco ninguna autoridad relevante a excepci¨®n de la Delegada Gubernamental de Cultura y Medios y la Alcaldesa de Bayreuth.
Babelia
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