Grandes ¨¦xitos de Bourne
Lo que algunos adorar¨¢n es tambi¨¦n parte del problema: la pel¨ªcula ofrece las marcas habituales de la saga
La ¨²ltima vez que le vieron, Jason Bourne nadaba hacia el atardecer. Por fin, parec¨ªa sereno. El esp¨ªa dejaba atr¨¢s una larga lista de cad¨¢veres y misterios resueltos. En tres pel¨ªculas, entre 2002 y 2007, hab¨ªa encantado a la taquilla y creado su sello, m¨¢s sucio ¡ªen el mejor sentido¡ª que el de James Bond. Su misi¨®n pod¨ªa terminar. Pero, nueve a?os despu¨¦s, regresa. ?Por qu¨¦? ?Qu¨¦ ha estado haciendo? ?Le ech¨¢bamos de menos? A estas preguntas intenta contestar el filme Jason Bourne.
Dice Matt Damon que han vuelto por el p¨²blico y porque ten¨ªan una ¡°historia que merec¨ªa la pena¡±. Tanto ¨¦l como el director, Paul Greengrass, hab¨ªan dejado la franquicia, que se estanc¨® en la prescindible El legado de Bourne. Ahora, en cambio, se han implicado a fondo: Damon como protagonista y productor; Greengrass como director y coautor del guion.
Resulta que Bourne malvive en los Balcanes ganando peleas clandestinas. Hasta que su amiga Nicky le necesita: ha descubierto nuevas operaciones encubiertas de la CIA y quiere filtrarlas online, a lo Wikileaks. He aqu¨ª el eje de la pel¨ªcula y del mundo despu¨¦s de Snowden: espionaje masivo, metadatos, control de los ciudadanos, terrorismo. Es decir, seguridad contra derechos civiles.
As¨ª que en Jason Bourne cobran protagonismo el hackeo, la ambigua analista Heather Lee (Alicia Vikander) y el gur¨² Aaron Kalloor (Riz Ahmed). Pero no se preocupen los fans: lo dem¨¢s sigue intacto. Se ha calculado que Damon solo habla 25 veces en todo el filme. Es decir, que contin¨²a disparando, corriendo, huyendo, conduciendo sin frenos y viajando por medio mundo, mientras el p¨²blico se agarra a la butaca.
Y as¨ª arranca el filme. La persecuci¨®n por las callejuelas de Atenas tiene lo mejor de Greengrass y de la saga. Bourne ha vuelto, y en gran forma. Pero lo que algunos adorar¨¢n es tambi¨¦n parte del problema: Jason Bourne ofrece sus marcas habituales. Nada menos y nada m¨¢s. El esp¨ªa tal vez no lo recuerde, por sus notorios problemas de memoria, pero el espectador vivir¨¢ varios d¨¦j¨¤ vu. Todo es como siempre, solo con un misterio peor o una persecuci¨®n m¨¢s exagerada. Tanto que Forbes ha comparado la pel¨ªcula con un disco de grandes ¨¦xitos de una banda. Vende mucho y es agradable de escuchar. Pero nunca ser¨¢ el ¨¢lbum para recordar.
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