Eduardo Serra abandona la Fundaci¨®n Ortega Mara?¨®n con varios consejeros ante el desembarco de Villar Mir
La instituci¨®n arrastra una deuda de casi 4 millones de euros que ser¨¢ resulta con la incorporaci¨®n del empresario
La crisis ha arrastrado al mundo de la cultura a soluciones de emergencia y situaciones dram¨¢ticas que siguen dando coletazos. La ¨²ltima ha sido la vivida en el seno de la Fundaci¨®n Ortega Mara?¨®n (FOM), que gestiona el legado de ambas figuras de la creaci¨®n y el pensamiento en el siglo XX espa?ol. Ocho de sus 40 patronos han abandonado su seno por distintas razones este mes de julio. La mayor¨ªa de ellos en apoyo a la salida de Eduardo Serra, hasta ayer presidente ejecutivo y del patronato, que ha decidido salir por desavenencias con el actual responsable institucional, Jos¨¦ Varela Ortega.
La llegada al rescate del empresario Juan Miguel Villar Mir ha provocado su espantada. El sector cr¨ªtico cree que se trata de una especie de compra, lo que otros niegan abiertamente. Pero lo cierto es que, a partir de septiembre, se producir¨¢ en el equilibrio de poder de la fundaci¨®n un cambio sustancial. Villar Mir ser¨¢, con toda probabilidad, nombrado presidente de la misma, apuntan fuentes de la instituci¨®n cultural y acad¨¦mica.
Aterriza el empresario con su propia fundaci¨®n y una importante cantidad de dinero que solventar¨¢ en gran parte la deuda que asciende a casi 4 millones de euros, sanear¨¢ las cuentas y pone de nuevo en marcha varios proyectos anclados. A cambio de su control.
Para preparar esa transformaci¨®n, ayer en el ¨²ltimo patronato convocado ante la urgencia de la crisis que se ha producido en su seno, se promovieron nuevas incorporaciones para llenar las vacantes. La salida de Serra junto a otros miembros del ¨®rgano directivo ¨Centre los que est¨¢n Esperanza Aguire, Andr¨¦s Ortega, Fernando Vallesp¨ªn, Emilio Lamo de Espinosa, Javier G¨®mez Navarro, Pilar del Castillo o In¨¦s Alberdi...- ha abierto la puerta a la entrada de Shlomo Ben Ami, antiguo embajador de Israel en Espa?a, el pol¨ªtico Jos¨¦ Borrell, los juristas Enrique Bacigalupo, Benigno Pendas, el acad¨¦mico Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Ron o el soci¨®logo Julio Iglesias de Ussel, este ¨²ltimo por parte de la Fundaci¨®n Villar Mir.
Una prestigiosa fusi¨®n de liberales
La Fundaci¨®n Ortega Mara?¨®n (FOM) se cre¨® en 2010 como suma de dos anteriores. Su prop¨®sito es fomentar, no s¨®lo el legado de ambas figuras liberales y de pensamiento, fundamentales en el siglo XX espa?ol, como fueron el fil¨®sofo Jos¨¦ Ortega y Gasset y el humanista y m¨¦dico Gregorio Mara?¨®n, sino impulsar proyectos culturales y de investigaci¨®n, adem¨¢s de publicaciones como la prestigiosa Revista de Occidente. Sus objetivos disciplinarios se centran en el ¨¢mbito de las Ciencias Sociales, las Humanidades y la Bio¨¦tica, sobre todo. Y colabora con diversas instituciones de prestigio en Europa y Am¨¦rica, sobre todo. Organiza estudios de posgrado y se ha convertido en un prestigioso think tank con prestigio internacional, que en los ¨²ltimos a?os se ha visto seriamente golpeado por la crisis.
Todas las decisiones del patronato fueron adoptadas por unanimidad. La necesidad de sanear cuentas ha pesado en el ¨¢nimo de los miembros del ¨®rgano. Gregorio Mara?¨®n y Bertr¨¢n de Lis y Jos¨¦ Varela fueron nombrados presidentes en este periodo estival de transici¨®n hasta que se produzca en oto?o el desembarco de Villar Mir.
Los partidarios de Serra han denunciado que su plan de reorientaci¨®n ha sido torpedeado desde dentro. Uno de los debates m¨¢s frecuentes se presentaba a la hora de buscar salidas para solventar la deuda. Algunos patronos eran partidarios de vender parte del legado y otros se mostraban radicalmente en contra.
Desde que las aportaciones del Estado y otras instituciones dejaron de recibirse tras la crisis, la Fundaci¨®n Ortega Mara?¨®n ha vivido una angustiosa par¨¢lisis que ha dado al traste con cerca de un 80% de su actividad normal. Serra plante¨® una honda reorientaci¨®n que buscaba reconvertirla en una peque?a universidad de ¨¦lite. Otras fuentes sostienen que el antiguo presidente ejecutivo y algunos de sus colaboradores m¨¢s estrechos se inclinaban hacia posiciones poco liberales y alejadas del esp¨ªritu de sus inspiradores.
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