Cosas de familia
'Corazones en la oscuridad' tiene un personaje central, ?gueda, anciana postrada e inconsciente tras una ca¨ªda, sobre la que giran sus hijas
El melodram¨¢tico t¨ªtulo de esta novela de Joaqu¨ªn P¨¦rez Aza¨²stre (C¨®rdoba, 1978) viene de Joseph Conrad, y esto permite albergar su significado con otra resonancia. Por lo dem¨¢s, su prosa es muy trabajada, con disposici¨®n a la elegancia, morosa, un estilo tan literario que, con frecuencia, se complace m¨¢s en la envoltura que en los reclamos de la precisi¨®n, derivando hacia una cautelosa ambig¨¹edad. Con frecuencia, tambi¨¦n, se pliega a ese acartonamiento que jocosamente se podr¨ªa tildar de po¨¦tico. Dos ejemplos: ¡°Cuando recupera su expresi¨®n, es como si el mar hubiera despertado dentro de sus ojos¡±; ¡°y toda la marejada de la noche se hubiera contenido tras sus p¨¢rpados¡±. Las dos frases, separadas por m¨¢s de 70 p¨¢ginas, son final de cap¨ªtulo. Fuera de estas quisquillosidades, Aza¨²stre aprovecha magn¨ªficamente una especial competencia para la introspecci¨®n, y aborda las sensaciones, los gestos, la impresi¨®n del clima, los sentimientos o el interior de los personajes con un relieve muy esmerado, con conciencia de que toda vida contiene secretos que son la reserva de su sentido, cuyo desvelamiento deber¨ªa proyectar un misterio parecido al que nutri¨® su ocultamiento.
Corazones en la oscuridad tiene un personaje central, ?gueda, anciana postrada e inconsciente tras una ca¨ªda, sobre la que giran sus hijas: Nora, que fue competidora de full-contact y trabaja de vigilante en un aparcamiento, y Susana, 17 a?os mayor que ella, profesora a punto de jubilarse, recientemente separada; a las hijas se a?ade un viejo matrimonio de actores, amigos de juventud de la anciana, instalados en una urbanizaci¨®n pr¨¢cticamente desierta, con un aeropuerto sin uso. Este espacio desolado es un s¨ªmbolo de las zonas oscuras de la novela, que comienza atendiendo a Nora, y cuando parece cobrar protagonismo, la narraci¨®n se va enhebrando a la manera de Faulkner con cap¨ªtulos que oscilan sobre el secreto que la anciana quer¨ªa compartir con sus hijas antes de su accidente dom¨¦stico. Los personajes soportan una vida mediocre, marcada por la deuda afectiva que las lleva a indagar, a trav¨¦s de sutiles indicios, un episodio extraordinario del pasado de la madre que les proporcione alguna calidez en su mediocridad. Pero todo es aqu¨ª demasiado impreciso, o m¨¢s bien declaradamente sugestivo sin que los hechos consigan hacerse valer, y lo que se presenta como una reconstrucci¨®n de una memoria familiar termina en las brumas de un sue?o, como si la memoria no pudiera acreditar lo vivido, a pesar del recurso, muy forzado, del hallazgo de documentos que confirman que ?gueda, en efecto, era una persona muy distinta de lo que cre¨ªan sus hijas. El descubrimiento produce cierto trastorno, pero no la suficiente convicci¨®n, pues la prosa de Aza¨²stre se ensimisma tanto en su propia sugesti¨®n que, como se dice casi al final, las piezas no encajan, ¡°sino que se deshacen y se pierden en una conjunci¨®n de ausencia y soledad¡±.
Corazones en la oscuridad. Joaqu¨ªn P¨¦rez Aza¨²stre. Anagrama. Barcelona, 2016. 280 p¨¢ginas. 18,90 euros
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