Gershwin y Bernstein iluminan Mallorca
El director espa?ol afincado en EE UU, ?ngel Gil-Ord¨®?ez, recala en el Festival de M¨²sica Castillo de Bellver con Michel Camilo y obras de ambos autores
Cuando uno escucha Rhapsody in Blue, de George Gershwin, autom¨¢ticamente se le fija en la imaginaci¨®n el skyline de Manhattan. Pocas cosas existen tan genuinamente americanas como la m¨²sica de aquel rey de Broadway, en tiempos ninguneado por compositores supuestamente modernos a los que el paso de los a?os va enterrando mientras su obra no deja de sonar.
La noche del jueves lo hizo en el Claustro de Santo Domingo, alrededor de la bah¨ªa de Pollen?a (Palma de Mallorca), y hoy volver¨¢ a sentirse en el Castell de Bellver, abriendo el Festival junto a la Sinf¨®nica de Baleares y el maestro ?ngel Gil-Ord¨®?ez con Michel Camilo al piano. Para acompa?ar el aroma de Gershwin, su Obertura Cubana y su Rapsodia, nada mejor que Leonard Bernstein redondeando el programa con piezas de West Side Story.
Mallorca recibe agosto con ecos del mejor musical y un mantra sofisticado pero festivo. Gershwin y Bernstein han sabido contagiar a grandes p¨²blicos y labrarse un enorme hueco entre los cl¨¢sicos, como pujantes identidades cada vez m¨¢s frecuentes en los programas de todo el mundo. ¡°Gershwin posee una iron¨ªa burlona, pero su m¨²sica est¨¢ marcada por el peso de los cl¨¢sicos y los rom¨¢nticos. Es uno de los grandes, a¨²n hoy no justamente reconocido por ciertos sectores", afirma Gil-Ord¨®?ez.
Salida de Espa?a
Se trata de un m¨²sico con quien se identifica plenamente. Al fin y al cabo, ambos llegaron a Estados Unidos buscando un futuro que se les neg¨® en sus pa¨ªses de origen, aunque por distintas razones. ¡°Me fui de Espa?a a mediados de los ochenta. No ve¨ªa continuidad para comenzar una carrera en la direcci¨®n pese a haber sido asistente de Aldo Ceccato en la Orquesta Nacional. Las generaciones siguientes han cuajado mejor y me alegro. Me apetece regresar m¨¢s a menudo a mi pa¨ªs", afirma el director.
Aun as¨ª, no cambiar¨ªa por nada las lecciones que recibi¨® en Alemania de manos de esa leyenda llamada Sergiu Celibidache. ¡°Verle ensayar y descender al detalle de aquella manera, bastaba. Era tan obsesivo que solo pod¨ªa hacerlo bien con las orquestas alemanas, por la paciencia que tienen¡±.
Son las ansias de superaci¨®n que ¨¦l trata de inculcar desde hace 14 a?os a su propia orquesta. ¡°Joseph Horowitz y yo, creamos la PostClassical Ensamble con el ¨¢nimo de cambiar un poco la din¨¢mica de los conciertos. El p¨²blico de hoy espera imaginaci¨®n y un compromiso con la comunidad que haga su apoyo continuo. No es f¨¢cil consolidar instituciones en el arte. En Espa?a sabemos mucho de eso. Cuesta construir, pero, si te descuidas, en un suspiro, han desaparecido¡±, alerta el m¨²sico.
Por eso se encuentra especialmente a gusto con la actual Sinf¨®nica de Baleares, que hace apenas un a?o nombr¨® a Pablo Mielgo como titular. ¡°Hay un ambiente excelente y un nivel que va afianz¨¢ndose¡±, asegura Gil-Ord¨®?ez. El conveniente para llenar ayer y hoy por la noche Mallorca con las eternas melod¨ªas de Gershwin y Bernstein.
Babelia
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