Caminos sobre el agua
Lisboa recuerda los 50 a?os del primer puente que uni¨® las orillas del Tajo en su desembocadura y se erigi¨® en un icono de la ciudad, como otros viaductos por todo el mundo
Le preguntaron al gran dictador: ¡°?Y usted por qu¨¦ cree que ser¨¢ recordado?¡±, Y Ant¨®nio Oliveira de Salazar, que era un esc¨¦ptico reconsagrado, contest¨®: por el puente. Hoy, 6 de agosto, se cumplen 50 a?os del Golden Gate lisboeta, el primer puente que uni¨® las dos orillas de la desembocadura del Tajo, obra fundamental en la historia arquitect¨®nica de la ciudad y tambi¨¦n del mundo, pues por entonces solo exist¨ªan cuatro m¨¢s largos que ¨¦l, todos en Estados Unidos.
Al igual que sucede con San Francisco, el puente rojo de Lisboa, entre el azul del cielo y el agua y el verde de los montes, es la imagen ic¨®nica de la ciudad. Los colores ayudan a extender la leyenda entre los dos puentes, aunque arquitect¨®nicamente no hay tal ligaz¨®n. Las ciudades de Lisboa y San Francisco se comunican por un puente, pero la similitud arquitect¨®nica del mismo no es con el Golden Gate (1937) sino con Bay Bridge (1936), que une la ciudad californiana con Oakland.Aquel y el portugu¨¦s fueron levantados por la misma empresa, la United States Steel Export que, 25 a?os antes, ya hab¨ªa presentado al Gobierno portugu¨¦s su proyecto para conectar las riberas del Tajo.
La uni¨®n terrestre en la desembocadura del r¨ªo era una vieja aspiraci¨®n de Portugal. En 1875 se present¨® el primer proyecto, pero solo Salazar lo concret¨® casi un siglo despu¨¦s. El dictador dirigi¨® el pa¨ªs de 1932 a 1968, dos a?os antes de morir en una hamaca, por as¨ª decirlo. Aunque se extendieron rumores sobre un atentado, lo cierto es que se cay¨® de una silla, sufriendo una lesi¨®n craneal. En una muestra del car¨¢cter portugu¨¦s, hasta que muri¨® sigui¨® recibiendo a personalidades como si fuera primer ministro. Se prefiri¨® no decirle que hab¨ªa sido relevado de sus cargos.
De toda su obra en 36 a?os de mandato, protagonista de la neutralidad de su pa¨ªs en las dos guerras mundiales ¡ªy su influencia en Franco para que Espa?a no entrara en la Segunda¡ª y administrador de un imperio colonial, Salazar, de formaci¨®n econ¨®mica y frugalidad extrema, pens¨® que su posteridad iba a ir ligada al puente, que solo llev¨® su nombre durante ocho a?os. Desde la Revoluci¨®n de los Claveles de 1974, se llama 25 de abril.
El puente cambi¨® Lisboa y Portugal. En la otra orilla crecieron las ciudades dormitorio, pero tambi¨¦n facilit¨® la comunicaci¨®n con el Algarve, en la zona sur del pa¨ªs, y su posterior desarrollo tur¨ªstico. Como titul¨® Diario de Not¨ªcias, el d¨ªa de su bautizo el 6 de agosto, era ¡°el gran s¨ªmbolo del futuro¡± para Portugal.
Despu¨¦s de decenas de proyectos y un concurso internacional, las obras del puente se iniciaron en 1962. Hab¨ªa que cubrir una distancia de 2.277 metros, 70 metros por encima del agua, aunque las torres principales se alzan 190 metros y se sumergen otros 79. Durante los cuatro a?os de construcci¨®n murieron diez obreros y llegaron a trabajar a la vez 2.800 personas. Para orgullo del r¨¦gimen, la obra se finaliz¨® con seis meses de antelaci¨®n.
La ingenier¨ªa y la soluci¨®n de las torres con aspas en medio son copia del Bay Bridge, que une San Francisco con Oakland. Sin embargo, es el color lo que le identifica entre sus ciudadanos, de ah¨ª la mencionada comparaci¨®n con el Golden Gate, est¨¦ticamente m¨¢s parecido.
El otro puente portugu¨¦s
Desde 1998, Lisboa extiende sobre el r¨ªo un segundo puente, el Vasco de Gama, m¨¢s largo (17.000 metros) y c¨®modo, pero la imagen de Lisboa es una puesta de sol con el rojo cobrizo del puente que hoy cumple 50 a?os.
Color terracota
En Lisboa, la elecci¨®n del color no fue tan pol¨¦mica como en California. En la capital portuguesa se cre¨® una comisi¨®n de ingenieros y arquitectos que divagaban entre el gris plata o el gris mate, hasta que el escultor italo-americano Beniamino Benvenuto Bufano apost¨® por el terracota, para combinar con un paisaje azul y verde, y destacar entre los frecuentes d¨ªas de niebla.
Aquel terracota es el rojo de hoy, aunque si alguien quiere pintar su casa exactamente del mismo tono debe pedirle al droguero que mezcle un poquito de negro (6%), bastante de magenta (69%) y mucho de amarillo (100%). Ese es el rojo Golden Gate, que t¨¦cnicamente recibe el nombre international orange.
Desde 1998, Lisboa extiende sobre el r¨ªo un segundo puente, el Vasco de Gama, m¨¢s largo (17.000 metros) y c¨®modo y moderno, l¨®gicamente, pero la imagen de Lisboa es una puesta de sol con el rojo cobrizo del puente que hoy cumple 50 a?os.
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