“Como judío que soy, me interesó encarnar a un oficial de las SS”
El actor ha recibido el Leonardo de Oro en el Festival de Locarno y ha sido la gran estrella del certamen
Sin duda, la gran estrella de esta 69? edición del Festival de Locarno ha sido Harvey Keitel. El actor, nacido en Brooklyn en 1939, recibió de manos de Abel Ferrara (quien le dirigiera en la mítica Bad Lieutenant) el Leopardo de Oro al conjunto de su carrera en la noche del sábado en una Piazza Grande abarrotada. A la ma?ana siguiente, el inolvidable intérprete de El piano o Pulp Fictionrecibió a EL PA?S en un hotel en el Lago Maggiore. Su agente de prensa solo puso dos condiciones: ninguna pregunta sobre las actuales elecciones presidenciales en Estados Unidos, una cuestión recurrente cuando personalidades estadounidenses pasan por Europa, ni sobre el Actor’s Studio, una curiosa solicitud tratándose del copresidente de la prestigiosa escuela de intérpretes.
Keitel comienza rememorando su primer encuentro con Quentin Tarantino. “Llegó a mi puerta para proponerme Reservoir Dogs preguntando si yo era el se?or Kítel,a lo que respondí que mi nombre se pronuncia Káitel. Pero aún hoy sigue llamándome como le da la gana”, comentó entre risas. Luego preguntó a Tarantino si había tratado con gánsteres en la vida real, pero éste le dijo que nunca. “?Y cómo haces para crear tan geniales personajes criminales? ‘Muy simple, los he visto en películas’. Piense que en ese momento no había dirigido un solo plano. Un talento extraordinario”.
En su extensa filmografía, ?hay alguna película por la que Keitel tenga especial querencia, y que el público haya ignorado? Una, y se llama The Grey Zone, explica. Protagonizada por él mismo, Mira Sorvino y Steve Buscemi, esta durísima cinta narra una revuelta de prisioneros en Auschwitz. “Me propusieron el papel de uno de los capos que sacan los cuerpos de las cámaras de gas y los llevan al crematorio, pero como judío que soy me pareció mucho más interesante explorar y encarnar el rol del oficial SS. Fue una película que me ha marcado pues me he criado rodeado de personas que tenían los tatuajes de los campos en el antebrazo. Lamento que el público no supiera apreciarla en todo su valor”.
El auge de las series
Interrogado acerca la democratización del cine, el auge de internet y las series, Keitel se muestra entusiasta con la “generación Netflix”. “Pienso que están dando trabajo a mucha gente, y abriendo puertas. Usted puede hacer sin problemas una película con la cámara que tiene aquí”, se?ala. “Pienso que los jóvenes deben ser menos perezosos e implicarse más en proyectos nuevos. Hacer menos remakes innecesarias y más hablar del mundo que nos rodea. Que roben el dinero si es necesario, pero que nos traigan las Malas calles de hoy. Que no esperen a Hollywood, porque estos jóvenes creadores ya son Hollywood”, afirma enfático.
Bad Lieutenant, Malas calles o Taxi Driver (estas dos últimas dirigidas por Martin Scorsese) han marcado su trayectoria y la afición de millones de cinéfilos. Ahora duda de que hubieran podido rodarse en la actualidad. “Los criterios han cambiado mucho, y dudo que hoy hubiéramos podido trabajar con esa independencia”, lamenta. Y al mencionar la mítica Taxi Driver, Keitel rememora al protagonista, Robert de Niro, uno de sus “dos hermanos del alma”, el otro es Martin Scorsese.
El intérprete se encuentra estos días rodando en París. Se trata de la comedia Madame, protagonizada por Rossy de Palma y Toni Collette, con dirección de Amanda Sthers. Afirma que le ilusionaría trabajar con Michael Haneke y Noah Baumbach, pero el gran actor echa de menos subir a las tablas y opta por concluir hablando de su primer amor: el teatro. “En mis tiempos no teníamos vídeo, así que tuvimos que aprenderlo todo del teatro. Es duro interpretar un papel teatral cinco noches por semana. No tienes vida, pero si alguien lee esto y tiene una buena propuesta que hacerme, le escucharé con gran interés”.
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