En agosto no existimos
Los telespectadores seguimos viendo 'Historia de nuestro cine' y no entendemos por qu¨¦ ahora est¨¢ desprovisto precisamente de lo que lo hace singular
Fingen que en verano todo sigue igual pero mienten. De los peri¨®dicos desaparecen algunos de los firmantes habituales dado que utilizan su l¨ªcito derecho a vacacionar, en las radios dejan de emitirse por la misma raz¨®n programas enteros, pero lo de la tele es m¨¢s extra?o. Por ejemplo, el interesante programa de la 2 Historia de nuestro cine, que emite cada noche una pel¨ªcula espa?ola dentro de ciclos m¨¢s o menos coherentes pero bien ama?ados, precedida cada una de ellas por una oportuna presentaci¨®n que sit¨²a necesariamente cada pel¨ªcula en la ¨¦poca que le corresponde y que a?ade sentido a la elecci¨®n de los t¨ªtulos programados. Pues bien, en agosto no est¨¢n apareciendo dichas presentaciones y las pel¨ªculas navegan solas en una programaci¨®n desorientada y que desorienta. Y digo que es extra?o porque en este caso no vale la excusa de las vacaciones de quienes las presentan ya que sus intervenciones est¨¢n grabadas y remontadas con mucha antelaci¨®n. Los telespectadores no merecemos este maltrato. Estemos o no de vacaciones seguimos viendo la tele y concretamente este programa, y no entendemos por qu¨¦ ahora est¨¢ desprovisto precisamente de lo que lo hace singular.
El pasado lunes se emiti¨® El genio alegre, pel¨ªcula que hab¨ªa comenzado a rodarse en 1936 pero que, interrumpida por la guerra, no se concluy¨® hasta 1939. Un detalle que hubiera sido necesario se?alar en la emisi¨®n, pero mucho m¨¢s a¨²n el que su protagonista femenina, la entonces muy popular Rosita D¨ªaz Gimeno a la que se conoc¨ªa como ¡°la sonrisa de la Rep¨²blica¡± fue se?alada durante el rodaje como enemiga del Alzamiento Nacional por su estrecha relaci¨®n con Juan Negr¨ªn, siendo detenida, encarcelada y amenazada de muerte. La hab¨ªa denunciado su compa?ero de reparto en la pel¨ªcula, Fernando Fern¨¢ndez de C¨®rdoba, quien por su condici¨®n de militar y actor fue durante la guerra el encargado de leer en la radio los partes oficiales, incluso el ¨²ltimo, victorioso, anunciando el final de la guerra. Para cuando lleg¨® ese momento Rosita D¨ªaz Gimeno ya hab¨ªa conseguido huir a M¨¦xico, y m¨¢s tarde a Nueva York donde falleci¨® 47 a?os m¨¢s tarde. El genio alegre pudo terminarse tras la guerra con un actriz suplente de la que se nunca se ve¨ªa el rostro ¨Chubiera sido imposible sustituir la bella sonrisa de Rosita-, y se estren¨® a bombo y platillo en Madrid¡ aunque sin que figurase en los cr¨¦ditos el nombre de la protagonista, desaparecido desde entonces en las copias que se conservan, incluida la que se emiti¨® esta semana. M¨¢s detalles de lo ocurrido con El genio alegre pueden encontrarse en el libro El tiempo de la desmesura, de Juan A. R¨ªos Carratal¨¢, y en la entrevista con la actriz realizada por J.M Gonz¨¢lez-Sinde publicada en este peri¨®dico el 10-XII-2008.
?No hubiera sido conveniente explicar toda esta macabra historia antes de ver la pel¨ªcula? Por favor, que no estropeen un programa que est¨¢ siendo interesante, y menos a¨²n porque hace calor. Con esa disculpa tambi¨¦n se ha suprimido hasta septiembre Versi¨®n Espa?ola, y reducido a media hora D¨ªas de Cine. ?Que vuelva el fr¨ªo entonces!
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