Gil-Ord¨®?ez, atrapado por las ¡®Redes¡¯
El director de orquesta y el music¨®logo Joseph Horowitz recuperan la pel¨ªcula mexicana

Hace ya tiempo que ?ngel Gil-Ord¨®?ez y Joseph Horowitz se dedican a rescatar la memoria perdida del arte, obras que no merecen perderse en la amnesia. Profesor, m¨²sico y director de la orquesta de la Georgetown University el primero y escritor y music¨®logo el segundo, ambos se han empe?ado ahora en sacar del olvido la hist¨®rica pel¨ªcula mexicana Redes, codirigida en 1936 por Fred Zinnemann y Emilio G¨®mez Muriel, con fotograf¨ªa de Paul Strand. El filme narra las duras condiciones laborales de un poblado de pescadores de Michoac¨¢n en el M¨¦xico posrevolucionario.
Su trabajo ha permitido que la cinta reviva ahora de nuevo en DVD (Nexos), con sus im¨¢genes remasterizadas y la banda sonora regrabada, lo que servir¨¢ para compensar aquello que dec¨ªa Juan Rulfo sobre ese ruido que es el silencio en torno a M¨¦xico y su revoluci¨®n.
Reinventar la experiencia
Gil-Ord¨®?ez acudir¨¢ el 21 de septiembre a Madrid para su estreno. La edici¨®n ser¨¢ presentada ese d¨ªa por el escritor Antonio Mu?oz Molina y el director de EL PA?S, Antonio Ca?o.

Dos d¨ªas despu¨¦s, el director y la Orquesta Sinf¨®nica de Radio Televisi¨®n Espa?ola interpretar¨¢n la banda sonora completa en el Teatro Monumental de Madrid. La m¨²sica del filme fue compuesta por el mexicano Silvestre Revueltas (1899-1940), violinista y director de orquesta que ¡°so?aba m¨²sica para cuya transcripci¨®n no exist¨ªan caracteres gr¨¢ficos¡±.
De la enrevesada mente de aquel compositor desgarrado parecen emanar las escenas que fotografi¨® Paul Strand para un filme cuyos int¨¦rpretes no son actores, pues la musculatura, sudores y gestos corresponden a aut¨¦nticos pescadores, tan reales como el hambre de sus hijos, los perros flacos, las sombras o el silencio que anudan los hilos de sus redes.
Gil-Ord¨®?ez y Horowitz han formado el PostClassical Ensemble, plataforma desde la que hurgan en la cultura del pasado. Hace ya dos d¨¦cadas que el escritor jud¨ªo residente en Nueva York y el director de orquesta madrile?o afincado en Estados Unidos unieron sus talentos para reinventar la experiencia de la m¨²sica en p¨²blico.
Horowitz dej¨® su presencia semanal como columnista en The New York Times y se concentr¨® en escribir libros, entre ellos, sendos indispensables vol¨²menes sobre la m¨²sica cl¨¢sica en Estados Unidos y en torno a los grandes artistas del siglo XX exiliados en Am¨¦rica

Gil-Ord¨®?ez se fue de Espa?a para hacer las Am¨¦ricas. Disc¨ªpulo dilecto del gran Sergi¨´ Celibidache, se ha convertido en ese sabio que conoce al dedillo la biograf¨ªa de Haydn o c¨®mo eran las calles de Viena en tiempos de Beethoven, y, de pronto, se despeina, batuta en mano, para echar a volar con las yemas de los dedos los sonidos que emanan de 72 instrumentos guiados por una partitura que parece proyectar con su mirada.
El af¨¢n del PostClassical Ensemble es interpretar a compositores cuyo trabajo ya casi nunca se escucha en los escenarios o cualquier obra musical, pero acompa?ada de los elementos que la contextualizan. De este modo, el espectador no solo asiste a la interpretaci¨®n en vivo, sino que presencia tambi¨¦n la intervenci¨®n de expertos que, por ejemplo, detallan la biograf¨ªa del compositor y las circunstancias de su ¨¦poca, junto a la proyecci¨®n de im¨¢genes o la presencia de los elementos que alimentan esa pieza.
En una ocasi¨®n, el PostClassical Ensemble mont¨® todo un programa con uno de los ¨²ltimos trabajos de Gustav Mahler, basado en poemas chinos (de una dinast¨ªa ya esfumada en la amnesia).
El p¨²blico no solo pudo escuchar la interpretaci¨®n sinf¨®nica de esa ¨²ltima partitura de Mahler, sino la lectura del poema en su idioma original ¡ªy la traducci¨®n simult¨¢nea¡ª y adem¨¢s, una pieza musical china de la misma ¨¦poca en la que se escribieron los versos con instrumentos tradicionales de aquel pa¨ªs.
El espectador conoc¨ªa as¨ª que el poema versaba sobre la despedida que se dan dos amigos al final de sus vidas. De esta forma, el espectador sale del teatro convencido no solo de haber escuchado por vez primera una m¨²sica que quiz¨¢ ya conoc¨ªa de antes, sino de haber comprendido o presenciado las notas con las que Mahler dec¨ªa su adi¨®s al mundo.
Los cortos del New Deal
?ngel Gil Ord¨®?ez y Joseph Horowitz rebuscaron en la Biblioteca del Congreso hasta encontrar viejos cortos que sirvieron de propaganda del New Deal, la pol¨ªtica de relanzamiento econ¨®mico impulsada en EE?UU en la presidencia de Franklin D. Roosevelt. Antecedentes del No-Do espa?ol y de otros noticieros cinematogr¨¢ficos del mundo, esos cortos eran m¨¢s que propaganda en blanco y negro, hasta convertirse en una suerte de instructivo informativo para ciudadanos de todas las clases.
Todo ese material ha sido remasterizado por el PostClassical Ensemble. Gil Ord¨®?ez ha dirigido tambi¨¦n varias piezas de grandes compositores sobre guiones de reconocidos escritores norteamericanos de aquella ¨¦poca para su edici¨®n en DVD.
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