El olvido como forma de violencia
Marianne Fritz disecciona la temible normalidad de la posguerra austriaca en una novela sobre la herencia del nazismo. Es la ¨²nica traducci¨®n al espa?ol de su obra
Marianne Fritz vel¨® siempre por que nadie supiera mucho de su vida¡±, comienza Juan de Sola su excelente pr¨®logo a La gravedad de las circunstancias, que ¨¦l mismo traduce. Y quiz¨¢ el laconismo biogr¨¢fico de la austriaca Marianne Fritz (1948-2007), ambiciosa escritora de un ciclo titulado La fortaleza, que comprend¨ªa la totalidad de sus extensas novelas. Las m¨¢s de 3.000 p¨¢ginas de Cuya lengua no comprendes (1985) hicieron competir a los rese?istas para ver qui¨¦n hab¨ªa abandonado m¨¢s tarde su lectura: por su experimentaci¨®n con el lenguaje, la multiplicaci¨®n de personajes y su alergia a las convenciones narrativas. Asimismo, quien quiera hacerse una idea del revuelo en el medio literario, aquella novela de Fritz aviva uno de los calentones de Thomas Bernhard en su virulenta Correspondencia con Sieg?fried Unseld, editor de ambos escritores. La ambici¨®n de Fritz unida a su alejamiento de los medios de comunicaci¨®n reforzaron el mito de la escritora que viv¨ªa s¨®lo para escribir: 14 horas seguidas al d¨ªa en una silla especial en las que pudiera vencer su lucha con el tiempo. Fritz padec¨ªa una enfermedad que le provocaba bajos niveles de ox¨ªgeno en la sangre y problemas de movilidad.
La gravedad de las circunstancias, ¨²nico de sus libros traducido al espa?ol, es m¨¢s sencillo que sus obras posteriores, tanto por la claridad de su prosa, distanciada e ir¨®nica, como por la extensi¨®n de apenas 120 p¨¢ginas. No obstante, en esta primera novela publicada en 1978 y Premio Robert Walser, se halla en plenitud la gran escritora de los cambios sutiles en el punto de vista, el o¨ªdo para el habla y los muchos sentidos ocultos en los temas menores, la ¡°microhistoria¡±. No es gratuito que uno termine este libro deseando releer el primer cap¨ªtulo, donde de manera embrionaria se encuentra el conflicto de toda la novela. El lector ir¨¢ recomponi¨¦ndolo como un puzle: conocemos las consecuencias de un crimen, pero debemos averiguar, primero, de qu¨¦ crimen se trata, y segundo, qui¨¦n es el culpable. Quiz¨¢ el crimen es el nazismo y los culpables son los austriacos, pero se perpet¨²a en un presente borrado, oculto en los sobreentendidos. Tambi¨¦n lo criminal es la normalidad. Y en esta f¨¦rtil dial¨¦ctica entre culpa e inocencia, nos ahorramos otras prolongaciones que desvelar¨ªan la trama.
Pong¨¢monos en situaci¨®n. Casi al final de la Segunda Guerra Mundial, Berta queda embarazada de Rudolph, su profesor de m¨²sica. En uno de sus permisos del frente, este joven violinista la seduce con valses de Strauss. Poco antes de morir en el frente, Rudolph le hace prometer a su mejor amigo, Wilhelm, que se casar¨¢ con ella. Esto lo sabemos en el primer cap¨ªtulo. Y que Wilhelm est¨¢ casado, ya en 1963, con la mejor amiga de Berta, Wilhelmina. A partir de aqu¨ª, la novela es una sucesi¨®n de escenas pulidas que no terminan de encajar, deslizamientos de un narrador permeable a los personajes, cambios de punto de vista a veces en un solo p¨¢rrafo. Ya desde sus propios nombres (por ejemplo, los protagonistas Schrei: ¡°grito¡± en alem¨¢n), los personajes son casi caricaturas que, como dice la narradora con humor negro, no merecen el desperdicio de la elocuencia. Y todo incita a la lectura aleg¨®rica. Berta encarnar¨ªa la actitud pasiva frente a la historia, v¨ªctima por aceptaci¨®n. Rudolph, al artista con su levedad e inoperancia. Wilhelm, ser¨ªa el hombre com¨²n, el pueblo, el siervo. Los hijos, extra?os jueces, una inteligencia inoportuna tambi¨¦n sacrificada a la historia. Y Wilhelmina, quiz¨¢ el ¨²nico personaje abiertamente malvado y, por ello, m¨¢s humor¨ªstico, canalizador de esa violencia de lo que llamamos normalidad.
Por supuesto, los personajes no se agotan en una lectura metaf¨®rica. Tambi¨¦n es una novela de celos, maternidad, lucha de clases y violencia educativa, por no hablar de la econom¨ªa de medios con que se narra la corrosi¨®n de la mente de Berta, su desplazamiento a la locura. Pero Fritz nos devuelve a una querencia austriaca de entreguerras: la novela como escenario del enfrentamiento de diferentes visiones del mundo. Y aqu¨ª, quiz¨¢ puede leerse La gravedad de las circunstancias como ep¨ªlogo de la novela Los inocentes, de Hermann Broch, de 1950. Si este presentaba la genealog¨ªa del nazismo con unos tipos pusil¨¢nimes, los a¨²n-no-culpables que preparan el ascenso de la violencia (un rentista, una criada o una hija del pueblo), Fritz disecciona su herencia: la temible normalidad de la posguerra austriaca, el olvido como una forma de violencia.
La gravedad de las circunstancias. Marianne Fritz. Traducci¨®n de Juan de Sola. Alpha Decay. Barcelona, 2016. 160 p¨¢ginas. 16,90 euros
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