Piezas mediocres y finanzas vol¨¢tiles arrastran a la baja las ventas de arte
Las salas de subastas ya no garantizan una ganancia fija a los vendedores y Christie¡¯s ha pasado de mover obras por 4.500 millones de d¨®lares a 3.000 en el mismo periodo
El sufl¨¦ del arte est¨¢ bajando. Para muestra, un significativo bot¨®n: las ventas de Christie¡¯s ¡ªla mayor sala de subastas del mundo¡ª han ca¨ªdo un 33% en la primera mitad del a?o. En ese tiempo, la prestigosa firma vendi¨® obra por valor de 3.000 millones de d¨®lares mientras que en el mismo periodo del 2015 alcanz¨® los 4.500 millones.
La volatilidad financiera, los flojos resultados de los fondos de alto riesgo, la cautela de los vendedores y la avalancha de piezas mediocres (multiplicada por la omnipresencia de Internet) arrastran g¨¦lidos vientos a la hasta ahora incandescente hoguera art¨ªstica. Christie¡¯s, a trav¨¦s de una nota, se escuda en ¡°la ca¨ªda de la oferta de obras de arte que superen los 20 millones de libras [25 millones de euros]¡±. O sea, el segmento m¨¢s elitista del elitista mercado del arte. ¡°Las piezas importantes seguir¨¢n teniendo salida y precios elevados, el problema es que el vendedor no quiere arriesgarse¡±, concede Juan V¨¢rez, consejero delegado de Christie¡¯s en Espa?a.
Tal vez porque a¨²n perviven en su recuerdo los d¨ªas de vino y rosas, cuando todo se vend¨ªa muy caro. En 2014, Christie¡¯s era capaz de rematar 8.400 millones de d¨®lares [7.500 millones de euros] en arte y las transacciones globales sumaban 68.200 millones. Hoy esas cifras se desvanecen. ¡°Es verdad que existe una ralentizaci¨®n del mercado. Pero no es una recesi¨®n sino m¨¢s bien una fatiga del consumo¡±, apunta Lisa Schiff, presidente de la consultora Schiff Fine Art. Mucho tiene que ver la aparici¨®n de infinidad de plataformas que venden miles de obras en Internet. De hecho, seg¨²n Alexander Gilkes, cofundador de la casa de subastas digital Paddle8, ¡°todav¨ªa hay incontables oportunidades para compa?¨ªas online que ofrezcan piezas de gran nivel¡±.
Debido, en parte, a esa saturaci¨®n ¡°existe una mirada m¨¢s selectiva¡±, reflexiona Hugo Nathan, director de Beaumont Nathan Art Advisory. ¡°De momento, se han ido los fren¨¦ticos d¨ªas de 2015, cuando el mercado transmit¨ªa un optimismo que impulsaba a los compradores hacia un comportamiento aventurero y a veces temerario. De alg¨²n modo, vemos el retorno de cierto realismo¡±, matiza. ¡°Un mercado¡± ¡ªapunta Matthew Girling, consejero delegado de la casa Bonhams¡ª ¡°que aprecia la calidad¡±.
Porque llegan cambios profundos. Christie¡¯s y Sotheby¡¯s no quieren seguir perdiendo millones de d¨®lares garantizando las obras a los vendedores: una estrategia basada en acordar la compra de la pieza por una determinada cantidad, aunque no se alcance en la puja. Hasta ahora era la t¨¢ctica para quitarle a la competencia los mejores lotes. Sin embargo se va a restringir. En la subasta de la tarde (la m¨¢s importante) de arte de posguerra y contempor¨¢neo de mayo pasado en Christie¡¯s Nueva York solo se respaldaron diez lotes. Hace un a?o, en la misma jornada, eran 50. Habr¨¢ excepciones (como la colecci¨®n de David Bowie que Sotheby¡¯s vende en noviembre en Londres), pero la barra libre ha terminado.
Sin duda porque la econom¨ªa (Brexit, ralentizaci¨®n) y la geopol¨ªtica (elecciones presidenciales en Estados Unidos, terrorismo) anuncian un tiempo nuevo. En este mundo distinto, Sotheby¡¯s acaba de presentar unos resultados que indican una ganancia de 63 millones de d¨®lares (56,8 millones de euros) en los seis primeros meses del a?o, frente a los 73 millones del mismo periodo en 2015. Unos beneficios netos de un 30% por debajo de lo esperado.
El inter¨¦s chino
Aun as¨ª, para algunos, la ocasi¨®n id¨®nea para contemplar el vaso medio lleno. ¡°Cuando el mercado mejore, y seguro que lo har¨¢, nuestra compa?¨ªa estar¨¢ preparada para dar alegr¨ªas a los accionistas¡±, asegura Tad Smith, presidente de Sotheby¡¯s. Esto justifica la profundidad de los cambios. Por ejemplo, el multimillonario chino Chen Dongsheng ¡ªcasado con la nieta del expresidente Mao Zedong¡ª acaba de convertirse en el m¨¢ximo accionista (13,5%) de esta casa de subastas. En este empe?o renovador, durante los dos ¨²ltimos a?os tanto Christie¡¯s como su archirrival han incorporado nuevos consejeros delegados.
Despu¨¦s de a?os de euforia, parece que el mercado busca cierta sensatez. Y frente a quienes esperan que tras calmarse las aguas macroecon¨®micas regresar¨¢ otro ciclo de precios estratosf¨¦ricos, los hay que viven en las fracturas del presente. ¡°El Brexit ha creado una oportunidad para los compradores extranjeros¡±, sostiene Philip Hofmann, consejero delegado de la consultora The Fine Art Group. Y a?ade: ¡°La devaluaci¨®n de la libra es la causa de que muchas piezas que se venden en Londres sean un excelente negocio para coleccionistas chinos, europeos o estadounidenses. Sobre todo si compran artistas globales como Cy Twombly o Picasso¡±.
Pero esos son una minor¨ªa dentro de otra minor¨ªa. El mallorqu¨ªn Juan Bonet representa el coleccionismo que no atiende a esos nombres que, como derviches, giran constantemente en el mercado del arte. ¡°Se vive una correcci¨®n, pero solo ata?e a los artistas j¨®venes, que han dejado de venderse a precios desorbitados¡±, analiza.
¡°El mercado del arte es como la hidra de Lerna, cercenas una cabeza y aparece otra. La especulaci¨®n con artistas emergentes ha dejado paso a la especulaci¨®n con artistas muertos que nunca tuvieron ¨¦xito. El furor por la abstracci¨®n se transforma en furor por la figuraci¨®n. Cuando el polvo se asienta, lo que queda es buen arte: muerto, vivo, abstracto o figurativo¡±, relata Stefan Simchowitz, marchante y coleccionista de Los ?ngeles.
Y junto a la especulaci¨®n, contin¨²a la inequidad. Un excelente basquiat cuesta 20 millones de euros; un excelente ribera, mill¨®n y medio. Pese a tanta desigualdad, ¡°la categor¨ªa de Maestros Antiguos es una de las menos afectadas por el entorno econ¨®mico. Sobre ella repercute principalmente la [ESCASEZ DE]oferta de obras disponibles¡±, cuenta el especialista Matthew Paton.
El mercado del arte, anta?o s¨®lido, parece haber olvidado que, pese a haber manejado 63.800 millones de d¨®lares (57.500 millones de euros) sus cifras eran de cristal.
La dificultad de hallar al nuevo Picasso
?C¨®mo se escoger¨¢ al pr¨®ximo Picasso? El arte sufre una avalancha de obras y de ruido. Internet, donde se venden 2.950 millones de euros al a?o en piezas, ha contribuido a ambas cosas. El campo de juego se ha vuelto inmenso. Y hacen falta nuevos filtros que separen la paja del grano. ¡°Las exposiciones en los museos, la cr¨ªtica de arte, las muestras en galer¨ªas, el inter¨¦s de los comisarios y el mecenazgo hab¨ªan sido por lo general el tamiz. Pero ahora hay demasiado de todo eso para proporcionar un enfoque n¨ªtido. No est¨¢ claro cu¨¢l ser¨¢ esa nueva lente, pero la necesitamos con urgencia¡±, avisa Lisa Schiff, presidente de la consultora Schiff Fine Art.
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