El rey que quiso ayudar

Una reuni¨®n entre dos personajes tan exc¨¦ntricos, cada uno en su estilo, como Richard Nixon y Elvis Presley solo pod¨ªa contarse como una farsa. Y m¨¢s teniendo en cuenta lo poco que se sabe del encuentro en s¨ª y de sus alrededores: que Elvis se present¨® en la puerta de la Casa Blanca con una nota para el presidente en la que solicitaba una reuni¨®n; que esta se produjo finalmente; que hay fotos hist¨®ricas sobre ello; que el cantante quer¨ªa "hacer algo por Am¨¦rica", y que llev¨® una pistola de regalo.

As¨ª, la directora Liza Johnson, con guion de Joey y Hanala Sagal, adem¨¢s de Cary Elwes, ha compuesto en Elvis & Nixon una pel¨ªcula en la que se satirizan los aspectos m¨¢s rid¨ªculos y grotescos de ambos mitos, rozando la caricatura al mismo tiempo que se mantiene una imprescindible cuota de credibilidad. Una reinterpretaci¨®n de un hecho cierto a partir de elucubraciones y del ideario personal de cada uno de ellos, que divierte en cada uno de sus tres actos: preparaci¨®n de la reuni¨®n por parte de Elvis y una especie de mano derecha, amigo, confidente, solucionador de problemas; reclusi¨®n en un hotel a la espera de la confirmaci¨®n de la reuni¨®n; y encuentro final.

Con dos actores may¨²sculos, Michael Shannon y Kevin Spacey, y una l¨ªnea de interpretaci¨®n muy acorde con el tono elegido, sin llegar nunca hasta el territorio de la parodia, Elvis & Nixon mantiene la sonrisa c¨®mplice m¨¢s que la carcajada, casi como una obra sin pretensiones mayores. Y, sin embargo, en su sencillez, tambi¨¦n acaba conform¨¢ndose como el reverso extravagante, pero en el fondo veros¨ªmil, de una ¨¦poca particularmente compleja de un pa¨ªs que se ahogaba entre magnicidios, asesinatos pol¨ªticos, eternas luchas por los derechos civiles, explosiones libertarias, conspiraciones, paranoias y un Waterate a punto de estallar.

El rey que quiso ayudar