Le Cl¨¦zio: ¡°Los aztecas fueron los primeros surrealistas¡±
El Nobel franc¨¦s, invitado estrella del Hay Festival, reflexiona sobre el potencial de las culturas prehisp¨¢nicas, a las que ha dedicado varios de sus libros
En la selva paname?a conoci¨® a una mujer joven con el pelo negro, lacio y largu¨ªsimo que viv¨ªa sola. Por las noches, se emborrachaba mascando chicha en las caba?as de otros vecinos de la tribu ember¨¢ y cantaba cuentos. Esa mujer le devolvi¨® a Jean-Marie Gustave Le Cl¨¦zio el entusiasmo por la literatura, y ¨¦l se lo agradeci¨® m¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s, en 2012, dedic¨¢ndole el premio Nobel de Literatura. Para Elvira, ¡°la rapsoda del bosque Dari¨¦n¡±
Pregunta. ?Qu¨¦ es lo que aprendi¨® de Elvira?
Respuesta. Eran historias muy complejas, inventadas pero a la vez adaptadas a su propia vida. Mezclaba mitos, como el origen del fuego o del tabaco, con sus propias historias de amor, dinero o familia. Conectaba lo concreto con lo abstracto, y eso es precisamente lo que hacemos los escritores. Estar all¨ª fue como asistir a la invenci¨®n de la literatura, como estar en la Grecia de Homero. Para m¨ª fue muy importante porque atravesaba una crisis, ya no ten¨ªa confianza en la literatura. Pensaba que era un arte burgu¨¦s sin posibilidad de escapar a su destino, pero recuper¨¦ la ilusi¨®n al ver que pod¨ªa ser algo caliente, como una llama en el coraz¨®n de los hombres.
P. ?Para qu¨¦ sirve la literatura?
R.?Wilde dec¨ªa que la literatura era perfectamente in¨²til. Comparto algo de este pesimismo. Pero le falt¨® encontrar a los ember¨¢ del Dair¨¦n. Cuando un escritor occidental convive con una poblaci¨®n que no sabe escribir pero que vive la literatura de manera interna, que comparte los mitos y la invenci¨®n oral de esa manera, recupera la confianza de nuevo. La literatura debe ser como una ilustraci¨®n de la vida, algo que da m¨¢s valor a la vida.
Mucho antes de todo esto, Le Cl¨¦zio (Niza, 1940) hab¨ªa dejado de ser un escritor can¨®nicamente franc¨¦s. Hijo de padres originarios de la colonia africana de Islas Mauricio, pas¨® su infancia persiguiendo hormigas en Nigeria, donde su padre era m¨¦dico al servicio de ej¨¦rcito brit¨¢nico. Pero regres¨® a la metr¨®poli, estudi¨® letras y a los 21 a?os revent¨® el mercado franc¨¦s con su primer libro, Proceso verbal, una obra sofisticada y cr¨ªptica. Puro ¡°terrorismo nouveau roman¡±, tal y como la define ahora el autor, sentado en la sala de prensa del Hay Festival de Quer¨¦taro.
Para m¨ª la nostalgia no es de un mundo pasado, sino de lo que no ha llegado a suceder
Para esquivar el servicio militar en plena guerra de Argelia ¨C¡°mi padre me dijo que yo no pod¨ªa ir a matar a la gente inocente de ?frica¡±¨C aquel joven esbelto y rubio, una especie de Rimbaud de los sesenta, lleg¨® de carambola a M¨¦xico. Hab¨ªa empezado a trabajar para la cooperaci¨®n humanitaria francesa en Tailandia, pero fue expulsado del pa¨ªs por escribir un cuento denunciando la trata de ni?as dentro del ej¨¦rcito estadounidense. Ya en su nuevo destino, las bibliotecas mexicanas le abrieron los libros de las culturas prehisp¨¢nicas. Fascinado, ¨C¡°escuch¨¦ a gente hablando n¨¢huatle en el metro¡±¨C dedic¨® una tesis doctoral al desembarco espa?ol en Michoac¨¢n, estudi¨® maya y asisti¨® al germen de la revuelta estudiantil del 68 mexicano. Su visi¨®n tras 13 a?os viviendo e investigando el pa¨ªs qued¨® fijada en?El Sue?o mexicano o el pensamiento interrumpido.
P. ?Qu¨¦ es lo que qued¨® interrumpido?
R. El mundo prehisp¨¢nico estaba a punto de desarrollar una filosof¨ªa que podr¨ªa haber cambiado algo del mundo moderno. Fue una cultura que no desarroll¨® toda su potencialidad como la japonesa o la india. La llegada de los cristianos europeos paraliz¨® los descubrimientos en medicina, astronom¨ªa, c¨¢lculo, ingenier¨ªa hidr¨¢ulica que en esa ¨¦poca estaban muy adelantados a su tiempo. En filosof¨ªa, los aztecas ten¨ªan una deidad que se llamaba Ometecuhtli, el se?or dos, que ten¨ªa dos caras, la masculina y la femenina. Era el dios que mejor representaba al ser humano.
P. Los aztecas sometieron a otros pueblos prehisp¨¢nicos bas¨¢ndose en un modelo imperial ?No existe el riego de idealizar ese mundo desde una mirada nost¨¢lgica y europea?
R.?Para m¨ª la nostalgia no es de un mundo pasado, sino de lo que no ha llegado a suceder. Es verdad que eran un pueblo guerrero. Se ha hablado incluso del fascismo de los aztecas, pero creo que es un error. Construyeron una sociedad donde la parte femenina era tan importante como la masculina. Le dedicaron mucho respeto al acto de parir a los hijos. Las pir¨¢mides fueron construidas como r¨¦plicas de la matriz femenina, no tienen nada que ver con el dios de la guerra.
P.??Qu¨¦ le debe la cultura europea a M¨¦xico?
R.?El surrealismo. Las aztecas fueron los primeros surrealistas, con sus invenciones est¨¦ticas y espirituales. Despu¨¦s, M¨¦xico chup¨® lo mejor de la literatura hispana. Juan Rulfo es el m¨¢ximo autor del siglo XX. Escribi¨® solo dos libros de ficci¨®n pero con ellos marc¨® la literatura mundial. Garc¨ªa M¨¢rquez es un hijo de Rulfo. Con su lenguaje inventa un mundo a medias entre lo real y lo imaginado. Es como Becket pero m¨¢s popular, porque pude ser le¨ªdo por la gente de la calle.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.