Aprendizaje con Mao
La escritora evoca en la novela 'El grupo'. 1964-1974 la lucha antifranquista desde las filas del comunismo mao¨ªsta en Espa?a
Esta es una novela autobiogr¨¢fica que no trata de Ana Pu¨¦rtolas, sino de un grupo de individuos, mujeres y hombres: todos son Ana Pu¨¦rtolas, en cierto modo. Est¨¢n conectados por la fe china de comunistas espa?oles que creyeron (sin dudar) que la doctrina que ven¨ªa de Pek¨ªn, de los a?os sesenta a muy avanzados los setenta del siglo XX, era la que armaba de veras la ideolog¨ªa que se opusiera a la dictadura de Franco.
La novela se llama El grupo. 1964-1974 (Anagrama, 2016) y trata precisamente de ese grupo de universitarios, sobre todo, que esperaban noticias de Pek¨ªn como otros comunistas esperaban noticias de Mosc¨², hasta para saber c¨®mo pronunciarse ante la ejecuci¨®n del anarquista Salvador Puig Antich en 1974 o la revoluci¨®n portuguesa de ese mismo a?o. Ese, entre otros avatares graves de aquellas d¨¦cadas, que incluye el asesinato del almirante Carrero va marcando la dis?cusi¨®n soterrada que hace que, al final, el grupo al que pertenec¨ªa Ana Pu¨¦rtolas, entre muchos, exprese su desencanto ante el-pensamiento-de-Mao-Zedong, abandonando una militancia que ya se basaba en certezas desvanecidas. ?Era solo un grupo de amigos?
Ana Pu¨¦rtolas (Pamplona, 1945), periodista, autora de libros de viajes (en EL PA?S hizo parte de su carrera en este campo) y novelista, cree que s¨ª, que era un grupo de amigos, ¡°pero lo que creo que nos junt¨® fue la coincidencia de nuestros sentimientos. Porque eran m¨¢s que convencimientos en aquella primera fase. Era un modo de decir ¡®este Gobierno es una tiran¨ªa¡¯. La afinidad de estos amigos era la voluntad de luchar contra Franco y contra el franquismo¡±.
¡°En nuestro mundo no se permit¨ªa la duda, era inconcebible. Eran ideolog¨ªas pensadas para la acci¨®n¡±
¡ª?Y por qu¨¦ Mao?
¡ª?Por qu¨¦ Mao? Eso me lo pregunto muchas veces. Es algo medio sentimental, medio emocional. La gente del Partido Comunista de Espa?a (PCE) que yo conoc¨ªa, al menos, me parec¨ªan poco lanzados, algo manipuladores. ?Es mi impresi¨®n, eh! Visto desde hoy, nosotros ¨¦ramos igual de manipuladores. Aquel era el comunismo de Carrillo, la reconciliaci¨®n nacional, la alianza de las fuerzas del trabajo¡ Yo ten¨ªa ganas de una lucha m¨¢s fuerte y m¨¢s directa¡ Nos plante¨¢bamos que la lucha armada a largo plazo ser¨ªa necesaria porque ten¨ªamos arraigada esa idea de que s¨®lo una guerra popular podr¨ªa acabar con el fascismo, era la tesis de la Internacional Comunista. Pero eso se fue diluyendo poco a poco, y la Revoluci¨®n de los Claveles, en Portugal, acab¨® de machacar esa tesis.
Cada uno de los cap¨ªtulos del libro, entre los que se mezclan documentos b¨¢sicos para entender ideolog¨ªas y luchas de las distintas ¨¦pocas, evoca las sucesivas decepciones a las que se entreg¨® la lucha de la izquierda antifranquista, sobre todo la de ra¨ªz mao¨ªsta, que es la que aborda El grupo. Es tambi¨¦n una diatriba contra el sectarismo. Ana Pu¨¦rtolas no lo ve, aun as¨ª, como el libro de una decepci¨®n. ¡°Yo al menos no me siento decepcionada¡ Fuimos sectarios, fuimos extremistas, ¨¦ramos err¨¢ticos. Pero fueron m¨¢s errores de pensamiento que de obra, porque como tambi¨¦n ¨¦ramos pocos y ten¨ªamos una influencia escasa en la realidad, lo que cuento es m¨¢s una historia de aprendizajes que una historia de decepciones¡±.
Fue un aprendizaje de ¡°adultos revolucionarios¡±. Supo tambi¨¦n Ana Pu¨¦rtolas, sumida en esa militancia, que hab¨ªa que abandonar las certezas ¡°porque no se pueden tener ideas estrictas para encajonar la realidad¡ Luego aprend¨ª a cambiar, aprend¨ª a dudar¡ En nuestro mundo no se permit¨ªa la duda, era inconcebible. Eran ideolog¨ªas y concepciones del mundo pensadas para la acci¨®n, y en la acci¨®n no se puede pensar, no se permite pensar. Como en la guerra¡±.
¡ªEran estudiantes. ?Le¨ªan para estar de acuerdo con lo que le¨ªan? ?C¨®mo se construye un sectario?
¡ªCreo que un sectario en el franquismo es distinto que un sectario en la libertad. No es por justificarlo todo, pero creo que el sectarismo dentro de la clandestinidad es tambi¨¦n un apoyo mutuo del grupo, como una reafirmaci¨®n. Te estabas jugando cosas, no era una aventura. Hab¨ªa la sensaci¨®n de que te ten¨ªas que entregar mucho. Estudi¨¢bamos, eso s¨ª, para reafirmar nuestra manera de pensar. El comunismo en nuestra ¨¦poca ya era muy sectario y la necesidad vital del grupo era la de tener raz¨®n, as¨ª que se juntaban el hambre con las ganas de comer.
Un s¨ªmbolo de esta ceguera lo constituye en el libro la visi¨®n de la pel¨ªcula La confesi¨®n, de Costa Gavras, con guion de Jorge Sempr¨²n, basada en el libro de Artur London, perseguido por el estalinismo. Para las compa?eras que van a ver esa pel¨ªcula era una manipulaci¨®n de fuerzas anticomunistas. La miraron horrorizadas, incapaces de creer que Stalin fuera capaz de tales miserias. Pero para la propia Ana Pu¨¦rtolas ese episodio de la ficci¨®n la marc¨® en la realidad como una de las preguntas decisivas para que se fuera mellando su lealtad al comunismo mao¨ªsta. ¡°Ah¨ª se abri¨® una grieta¡±.
¡ª?Y cu¨¢les fueron las otras grietas?
¡ªEl asesinato de Puig Antich. Dentro del grupo se plante¨® esa pena de muerte a la luz de los dictados de la revo?luci¨®n de Mao, que estimaba que la ejecuci¨®n de esa sentencia puede ser ¡°buena o mala¡± seg¨²n quien la lleve a cabo. La libertad sexual, la homosexualidad, la liberalizaci¨®n de las costumbres fueron otras grietas importantes¡ Defender la homosexualidad pon¨ªa en peligro la organizaci¨®n y, claro, eso pod¨ªa justificarlo todo. Esas fueron algunas grietas, s¨ª.
La v¨ªa de Allende al socialismo, el propio asesinato de Carrero Blanco, la (incre¨ªble para el grupo, y no s¨®lo para ellos, pues Guevara era tenido por un superhombre) muerte del Che son hechos que marcan la d¨¦cada, as¨ª como la respuesta sentimental y pol¨ªtica que la izquierda del grupo dio a aquellos momentos decisivos del final de la dictadura. Eugenio del R¨ªo, un importante estudioso de esa ¨¦poca, en la que particip¨® como militante, firma un epitafio que recoge Ana Pu¨¦rtolas en uno de los documentos que adjunta a su novela: ¡°Est¨¢bamos ciegos con Lenin, luego est¨¢bamos ciegos con Mao y en menos de un a?o, pr¨¢cticamente, prescindimos de Mao. Era una masa acr¨ªtica, indeseable e ignorante¡±. ?Eran as¨ª? ¡°Cometimos muchos errores, y hay que analizarlo en aquel contexto. Eugenio ha reflexionado mucho sobre esos errores. Lo de Portugal nos hizo reflexionar y muchas cosas cambiaron a partir de ah¨ª. Hubo gente sectaria, claro, pero tambi¨¦n fuimos capaces de reflexionar luego sobre lo que hicimos mal. Ah, y no est¨¢ escrito el libro en primera persona porque en realidad estoy implicada de alguna forma en cada uno de los personajes¡±.
Ella misma es El grupo, aprendiendo de Mao y luego aprendiendo a dudar de las certezas a que les llevaron, en grupo, el tiempo y la ideolog¨ªa.
El grupo. 1964-1974. Ana Pu¨¦rtolas. Anagrama. Barcelona, 2016. 352 p¨¢ginas. 20,90 euros.
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